Cubanos por el mundo opinan sobre la reforma migratoria

Durante estos días se ha especulado sobre la reciente reformamigratoria cubana. Desde la ciudadanía llegan comentarios por lo general positivos sobre los cambios en la política migratoria, esperados durante años. Desde ‘a fuera’, la prensa anticubana -como de costumbre- reproduce supuestas declaraciones y opiniones que califican de ‘isleñas’ y que enfatizan aspectos totalmente negativos.
Poniendo a un lado el total intento de manipulación de la citada prensa anticubana, se ha intentado aquí recoger un conjunto de opiniones de varios ciudadanos cubanos que viven en distintas partes del mundo. Se trata de participantes en las redes sociales y entrevistados a los que se les han hecho preguntas acerca de la citada reforma, de sus juicios y de cómo, según ellos, esto cambiará la vida de sus familiares que viven en la Isla

Desde los críticos hasta los defensores, se puede notar que -más o menos- todos han entendido las características fundamentales de los cambios. Las perspectivas y las reacciones, por supuesto, son totalmente opuestas.

Entre los críticos, Alberto afirma que se han quedado con la prerrogativa de seguir negando la salida a quienes ellos quieran, solo que cambia de nombre. Ya no se llamará permiso de salida, ahora será un sello en el pasaporte, lo que en la práctica desmiente lo de la eliminación de la prohibición a quienes ellos quieran castigar.

Lázaro está seguro de que ahora comenzará otro problema mayor: mucha gente joven que tiene talento para ser médico o cientifico dejará de optar por esas carreras para que en el futuro no le nieguen el dichoso pasaporte. La verdad es que esperaba un cambio completo y que todo aquel que quisiera o pudiera viajar lo hiciera.

En el mismo sentido Norberto Jimenez (Estados Unidos) cree que muchas cosas no están claras y alguien continúa decidiendo quien entra o no y las condiciones excluyentes para ir a Cuba son demasiados subjetivas, enmarcadas en grupos, pero nunca sabes donde estarás tú incluido, menos aun cuando te enteras en si puedes ir o no, puedes montarte en un avión y cuando llegues a Cuba, alguien te dice que tu caes en los grupos que están excluidos y te viran para atrás.

Entre los que saludaron con entusiasmo la reforma, Zuliran (Estados Unidos) ha afirmado sentirse muy optimista y los cubanos que estamos a fuera esperamos que sigan llegando buenas nuevas de nuestra Cuba, todo para el bien de la Patria, con cambios y transformaciones siempre para mejorar y cambiar lo que en otros tiempos se hizo por una causa y que ya es obsoleto. Además afirma que el pueblo tiene el derecho de salir para donde lo desee. Cree que muchos se quedarán, pero otros trabajarán fuera por un tiempo pero al final regresarán a Cuba. Por lo que se refiere a su familia en Cuba, Zuliran afirma de antemano que no quiere emigrar pero ellos también se van a beneficiar de esa reforma. Sus tres sobrinos, por ejemplo, le gustaría traerlos aquí (en Estados Unidos) a pasear en el verano. Ahora pueden salir adonde ellos quieran, siempre que el país donde decidan viajar les de la visa.

Para Maribel Alarcón (Italia) la reforma le parece muy buena, era hora que la hicieran, poco a poco comenzamos a entrar en el siglo XXI. Se acabó el papeleo inútil y costoso, la gran mayoría es feliz del cambio. Efectos negativos no me parece que tenga, aún no es completa y algunos sectores de profesionales no pueden aprovecharse de ella, pero en general puede traer solo bien. Mi familia piensa lo mismo; el día que deseen venir pueden hacerlo tranquilamente cosa que hasta ahora no podían hacer.

Rafael Leyva Ricardo (Venezuela) afirma: Considero que la actualización de la política migratoria cubana incidirá positivamente en la población pues se flexibilizan los trámites para que aquel que desee visitar algún país pueda hacerlo sin tener que pasar por engorrosos y caras gestiones. Si creo también que estas positivas modificaciones deben estar acompañadas de otras medidas que permitan a los jóvenes, profesionales, trabajadores y campesinos a viajar y poder compartir otras experiencias en naciones latinoamericanas y del Mundo.


Las derogaciones de las cartas de invitaciones y los permisos de salidas también ponen la pelota migratoria en el terreno estadounidense ya que ese gobierno es el único del planeta que restringe a sus ciudadanos los viajes a la isla bajo la anacrónica y fracasada política del Bloqueo. Creo que la Casa Blanca y los diezmados extremistas de Miami están como un boxeador semi noqueado contra las cuerdas y sin respuestas ante el golpe.

Algunos medios de desinformación masiva hablan de un nuevo Mariel y ya comienzan a aterrorizar a los consulados en la Habana con una oleada de potenciales viajeros. Es parte de la campaña de las empresas comunicacionales de derecha que tratan de tapar la realidad de Cuba, cambiante, transformadora y revolucionaria.

Si vamos más a lo particular te confieso también que es una inmensa satisfacción que personajes lúgubres, que han lucrado desde Cuba presentándose como disidentes “presos en la isla” se les haya esfumado la excusa para seguir viviendo del cuento.

Lorenzo Canizares (Estados Unidos) declara que le parece un tremendo paso de avance. Cree que puede acabar con un montón de ilusiones falsas de lo que es el extranjero.

Sandra Alfonso (Estados Unidos) opina que es un paso alante gigantesco. Yo creo que muchos se irán al principio, pero en general es mejor, porque pueden entrar y salir. Y la mayoría escogerá eso.

Pero, entre los favorables, no faltan algunos que se declaran preocupados. Por ejemplo, Olga Guibert (Rusia), define la reforma como algo bueno pero que al mismo tiempo asusta. Tiene miedo a pensar eso, pero puede que así de poco la Revolución llegue a su fin. Piensa que la reforma se tenía que hacer de otra forma, modificar las leyes pero no así de repente. Los primeros provocadores serán los americanos que empezarán a inventar pretextos para que el mundo vea que la Revolución cubana tiene que caer. Cree que muchos, muchísimos, atraídos por cantos de sirena, decidirán salir de Cuba. Habrá un gran exodo. Muchos jóvenes saldrán para vivir lo que ven por televisión. Pero, lo bonito del caso, muchos de ellos se quedarán decepcionados porque verán que nadie los ayudará, mucho menos el gobierno, y que nada es gratis. Muchos trabajarán en lugares que nunca pensaron, y tendrán que aguantar muchas cosas y momentos desagradables, empezando que te pueden mirar por tu color, criticar, las drogas, la violencia. Olga conoce a una muchacha, que después de vivir sólo un año en Europa y le dijo que estaba harta de todo esto, que para nada le sirviera tener todo, si no tenía libertad y que prefería comer arroz con frijoles, pero salir tranquila a la calle sin miedo, que estar encerrada en casa y por fin volvió a Cuba y dice que no está arrepentida. En Cuba, Olga tiene a su padre y dice que se quedará a vivir allá, si sale es sólo para visita y no por mucho tiempo. Dice que estar de visita es bueno, pero más bueno es estar en casa.

Aymee Gonzalez comenta: confío en que muchas cosas deben mejorar o cambiar en Cuba. Nunca voy a estar de acuerdo que como cubano tenga un límite de tiempo para permanecer en mi país, que los pasaportes tengas validez por 6 años pero cada 2 haya que renovarlos o prorrogarlos por dos años más, que perdamos la cedula de identidad cubana cuando salimos del país. Estoy de acuerdo que hay que ir dando pasito a pasito, pero estas medidas de alguna manera han beneficiado al gobierno americano, poniendo siempre al gobierno cubano en el banquillo de los que violan ese derecho al cubano, politizaron las salidas ilegales, culpan al gobierno cubano de la muerte de miles de balseros, pero los Estados Unidos a mi parecer tiene más responsabilidad, si hicieran eso mismo con todos estos países, de darles preferencias como lo hacen con los cubanos,veremos si no hay un exodo igual o de mayor embergadura.

Por un lado, se nota claramente que todas las críticas se basan en el hecho de que la nueva ley sigue manteniendo determinados controles por parte de las autoridades migratorias cubanas en términos de quien puede o no puede salir o entrar. En ese sentido, la disposición incluye una serie de inadmisibilidades en territorio nacional, como casos de terrorismo, narcotráfico y seguridad nacional (artículo 24). Se establece también que los ciudadanos cubanos residentes en el territorio nacional no pueden obtener pasaporte en determinados casos, principalmente aquellos relacionados con la seguridad nacional y las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo calificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico de la nación (artículo 23).

Es evidente que esas personas esperaban una apertura total de las fronteras cubanas en el sentido de que salga quien quiera, entre quien quiera. Eso, por supuesto, no existe en ninguna parte del mundo y menos puede existir en Cuba. No se trata de repetir el slogan antimperialista o usar excusas externas para justificar limitaciones internas. Se trata de un criterio pragmático y absolutamente realista. Cuba está ahí, a pocos kilómetros del poderoso vecino del Norte y en una manera u otra tiene que defenderse. En Miami, sobre todo, están radicados terroristas y asesinos que se han atentado contra la población cubana.

Se puede entender sencillamente que una ‘abertura total’ sería un acto de autolesión y de extremo peligro para toda la población cubana en términos económicos, sociales y, sobre todo, de seguridad. Pero, exceptuando casos extremos, por las citadas razones de seguridad, es evidente que la reforma beneficiará a la inmensa mayoría de los cubanos de la Isla y de los emigrados, estos últimos -casi en su totalidad- ajenos de cualquier juego político contrarrevolucionario, subversivo y violento.

Por otro lado, las preocupaciones de las entrevistadas que se declaran ‘favorables’ parecen estar sin fundamento. El gran exodo que ellas pronostican es algo que difícilmente puede realizarse. En ese sentido, hay que subrayar que el gobierno norteamericano otorga un máximo de 20 mil visas anuales a los ciudadanos cubanos que de forma legal quieren emigrar hacia Estados Unidos, pero al mismo tiempo promociona las salidas ilegales y el fenómeno de los balseros al otorgar la residencia a todos los cubanos que, de cualquier forma, lleguen a territorio norteamericano (Leyde Ajuste Cubano).

Por lo tanto, a nivel político, esa reforma migratoria sólo tendrá el resultado de enseñar cuál es el gobierno que de hecho limita la emigración cubana hacia el norte. Es evidente que si las actuales disposiciones del gobierno norteamericano no se modifican, la emigración legal desde Cuba hacia Estados Unidos seguirá siendo en términos de 20 mil ciudadanos al año y, a la vez, seguirá presentándose el fenómeno de los balseros. Todo depende de como reaccionará la Casa Blanca. El gobierno cubano lanzó el reto, ahora el gobierno norteamericano debe responder. Once millones de cubanos estarán pendientes.


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