El papel de víctimas

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Con la nueva película del director Daniel Díaz Torres, “La película de Ana”, como en otras muestras de la más reciente cinematografía cubana, uno no sabe si deprimirse, abochornarse o seguir la rutina de volver a reírnos de nuestras vicisitudes y el modo en que las afrontamos. Si es que en definitiva, todo eso no resulta tristemente lo mismo.

En el filme, Ana, encarnada muy convincentemente por Laura de la Uz -probablemente sea su mejor papel hasta ahora- es una poco afortunada actriz que a cambio de ganarse 500 dólares para comprarse un refrigerador, acepta fingirse una jinetera y contar la mala vida que se inventa en un documental extranjero. Para ello, recurre a la exageración y el regodeo escatológico en nuestras miserias y desventuras.

Es una actitud muy frecuente entre muchos cubanos cuando quieren describir el modo en que viven a los extranjeros. Más aun si esperan sacar algún provecho que los ayude a paliar su pobreza. Como si con la realidad, dura y fea como es, no fuese suficiente para conmover a cualquiera.

La culpa de eso, en buena parte, la tiene -además de ya sabemos quiénes-, cierto tipo de turista extranjero, que luego de dar por perdida la meca revolucionaria, ahora se deleita con los edificios en ruina, el exotismo folklórico, la prostitución barata, nuestra dignidad en subasta.

No les basta la literatura del realismo sucio y las películas de jineteras, balseros y freakies que se inoculan el SIDA; necesitan estimular su morbo con las historias en boca de los perdedores, tan francos y desinhibidos como somos; luego, si se sienten suficientemente conmovidos, ejercen la caridad, de la manera que es entendida en el Primer Mundo.

No fuimos capaces de construir el paraíso revolucionario, ni siquiera de simularlo, y ahora, para no defraudar a los foráneos, con lo baja que anda nuestra autoestima nacional luego de tanto fracaso, es como si estuviéramos obligados a complacerlos mostrándonos ante los lentes de sus cámaras, desaforadamente despelotados, sexys, sicalípticos, extremados en el remeneo y la chusmería, en los solares y entre las ruinas, a ritmo de timba y reguetón. Y siempre recordándoles que necesitamos con desesperación sus dólares y sus euros para no morirnos de hambre.

Del papel de víctimas no se salvan ni siquiera algunos disidentes, que exageran acerca de la represión, como si la verdadera, la cotidiana, la de Seguridad del Estado y las brigadas de respuesta rápida, no fuese de por sí aterradora. Tampoco los gobernantes, con su gastado discurso del bloqueo y la hostilidad de los Estados Unidos.

Jineteras, pingueros, timadores, pillos de toda laya, ancianitos chivatones y desmerengados, babalaos y santeras de utilería, viejitos barbudos disfrazados de Fidel Castro que pagan licencia de figurantes en la Habana Vieja, artistas que por encargo traicionan a sus musas, fanáticos de la pacotilla, gente desesperada por largarse a cualquier lugar del mundo… ¿Y qué queda de nuestra vergüenza y dignidad? Porque bastante malparados como pueblo quedamos en esto de sobreactuar constantemente el papel de víctimas. En nada nos ayuda. Más bien, abochorna.

Cuando dejem
os de posar para las cámaras, lo mismo con la honda de David que con la mano tendida en gesto mendicante, cuando dejemos de tenernos lástima y de querer inspirársela a los demás, tal vez entonces podamos empezar a resolver nuestros problemas.


TRADUZIONE AUTOMATICA

L'Avana, Cuba, Jan, www.cubanet.org-Con il nuovo film del regista Daniel Diaz Torres, "Ana film", come in altri campioni del cinema più recente di Cuba, non si sa se depresso, o seguire abochornarse ritorno alla routine delle nostre vicende ridere e come il viso. Se in definitiva tutto ciò che è, purtroppo, non la stessa cosa.

Nel film, Anna, ha giocato molto convincente da Laura de la Uz-probabilmente il suo ruolo migliore fino ad ora, è un ritorno un'attrice sfortunata per guadagnare $ 500 per comprare un frigorifero, l'utente accetta di fingere una prostituta e di avere la vita cattiva inventa un documentario straniero. Per fare questo, ricorre a esagerazioni ed escatologico gongolare nelle nostre miserie e sventure.

Si tratta di un atteggiamento molto comune tra molti cubani quando vogliono descrivere come vivono gli stranieri. Inoltre se sperano di ricavare qualche frutto per aiutarli ad alleviare la loro povertà. Come se la realtà, dura e brutta che sia, non è sufficiente a tremare chiunque.

La colpa per questo, in buona parte, e dispone di ben-Sai-Chi, alcuni tipi di turisti stranieri, che dopo aver dato per perso rivoluzionario mecca, delizia ora con edifici in rovina, la gente esotica, la prostituzione a buon mercato, la nostra dignità in asta.

Non abbastanza di letteratura realismo sporco e film jineteras, travi e appassionati che vengono inoculate l'AIDS, è necessario per stimolare la vostra curiosità con le storie raccontate dai perdenti, come franco e disinibito come siamo, allora, se si sentono sufficientemente spostato , esercitare la carità, nel modo in cui è inteso nel Primo Mondo.

Non siamo stati in grado di costruire il paradiso rivoluzionario o addirittura simulare, e ora, per non frodare stranieri, che cammina con una bassa autostima nazionale dopo tale mancanza è come se si è costretti ad obbligare alle lenti che mostrano il loro telecamere, purtroppo despelotados, sexy, sicalípticos, estremi in chusmería remeneo e nel solare e tra le rovine, e il ritmo del reggaeton timba. E sempre ricordando che un disperato bisogno di loro dollari e in euro per non morire di fame.

Il ruolo delle vittime non ha risparmiato anche alcuni dissidenti, che esagerano di repressione, come se il reale, il quotidiano, la sicurezza dello Stato e le brigate di risposta rapida, non era di per sé spaventoso. Né i governanti, il suo discorso ha trascorso il blocco e l'ostilità degli Stati Uniti.

Jineteras, pingueros, imbroglioni, truffatori di ogni genere, vecchi e chivatones desmerengados, babalaos santeras e oggetti di scena, vecchi barbuti vestiti da Fidel Castro pagato extra licenza a L'Avana Vecchia, commissionato artisti tradire le loro muse, ventilatori scadente, persone disperate a decollare in qualsiasi parte del mondo ... e ciò che resta della nostra vergogna e dignità? Perché le persone erano piuttosto malmenati come in questo costantemente esagerare il ruolo delle vittime. In nulla aiuta. Piuttosto, mette in imbarazzo.

Quando Dejem
Mi posa per le telecamere, quindi con fionda di Davide con la mano tesa in accattonaggio gesto, quando non vogliamo più avere pietà inspirársela noi e gli altri, allora forse possiamo cominciare a risolvere i nostri problemi.

CUBANET