Cuba en el Clásico Mundial: clasificación por KO

Cuba avanzó por tercera ocasión consecutiva a la segunda fase del Clásico Mundial. El triunfo sobre China de 12 a 0 fue contundente...



La ofensiva cubana no perdonó al rival más débil del III Clásico Mundial de béisbol y, por segunda vez en su historia en este evento, la selección nacional logró un KO, 12 por 0, sobre China. Con esta victoria, el equipo que dirige Víctor Mesa aseguró un boleto para la segunda fase, que comenzará a partir del próximo día 8, en el Tokio Dome.

El mentor cubano sorprendió con la conformación de la alineación inicial. El bajo rendimiento de Yuliesky Gourriel había provocado diversas polémicas y todos esperaban un cambio; pero pocos anticiparon que la elección de Víctor, como tercer bate, fuera el matancero José Miguel Fernández.

Danny Betancourt recibió la responsabilidad de abrir el desafío y desde el primer inning mostró un dominio total sobre los bateadores chinos. El manager estadounidense John McClaren envió a la lomita al zurdo Xin Li, muy espigado y extremadamente delgado. La velocidad de su recta apenas alcanzó las 84 millas; sin embargo, en los tres primeros innings los bateadores cubanos fueron muy inefectivos y solo lograron dos carreras.

Cuba abrió el marcador en el cierre del primer capítulo cuando, con dos outs, Frederich Cepeda—el hombre que más imparables ha conectado en los Clásicos Mundiales, por delante de Ichiro Suzuki—conectó un triple al jardín derecho que impulsó a Fernández.

Luego, en el segundo inning, Alfredo Despaigne y Yuliesky Gourriel—ubicado como séptimo bate—abrieron con imparables. Le correspondía el turno al receptor Eriel Sánchez. En el partido anterior, frente a Brasil, en una situación similar, Víctor ordenó el toque de bola de sacrificio. En aquel momento el espirituano falló en las tres oportunidades. Ahora, contra un lanzador de escasas posibilidades, el manager exigió lo mismo y obtuvo idéntico resultado: Eriel fue out y no pudo adelantar a los corredores.

La explosión de la ofensiva ocurrió en el cuarto inning. Con un hombre en circulación, el santiaguero Alexei Bell aprovechó una recta alta de Li y sacó la pelota por el jardín izquierdo. Este fue el primer jonrón del grupo A. Las dimensiones del Domo de Fukuoka son normales; pero las altas cercas quizás hayan impedido que varios batazos fueran más allá.

Li sobrepasó los 65 lanzamientos y le cedió su lugar al primer relevista, Yu Liu, aunque este no detuvo a los cubanos. Despaigne disparó un oportuno doble al izquierdo que colocó dos anotaciones más en la pizarra y en Fukuoka—y en la madrugada cubana—todos empezamos a soñar con el KO. Un inning más tarde llegó el mejor momento para la selección nacional.

Fernández volvió a demostrar que es un jugador oportuno y con su imparable remolcó a dos compañeros y, poco después, con las bases llenas, Abreu vio muy bien una recta alta de Liu y su batazo sobrevoló las cercas del jardín izquierdo. Con este Grand Slam Cuba alcanzó el marcador de KO, 12 por 0.

El poder de los bates cubanos ocupó los principales titulares; pero el trabajo de los lanzadores, especialmente el de Betancourt, también resultó muy llamativo. El santiaguero dominó por completo a la débil alineación china y en 4,1 innings de actuación ponchó a ocho bateadores, seis de ellos de forma consecutiva. Solo permitió un imparable y con estos números podría haber garantizado el puesto como segundo abridor de Cuba para la fase en Tokio.

Después, Víctor colocó a tres relevistas más, con el objetivo de que tuvieran algo de acción, porque el partido ya estaba decidido: Yadier Pedroso no sobrepasó las 90 millas con su recta y estuvo algo descontrolado; Vladimir García estiró el brazo con lanzamientos de mucha velocidad y cerró Alexander Rodríguez.

Si unas horas antes los chinos dejaron una buena impresión en su duelo contra los japoneses, no puede escribirse lo mismo de su resultado frente a los cubanos. Más allá del fácil KO, los asiáticos cometieron errores mentales que no deberían verse en el principal torneo del béisbol internacional. Por ejemplo, en el segundo inning, Fujia Chu salió al robo de la base y llegó quieto; sin embargo, creyó que el bateador había conectado un foul y salió trotando, de regreso a la primera almohadilla. Los defensores cubanos reaccionaron rápidamente y tocaron al sorprendido Chu, pues, en realidad, el bateador chino nunca hizo contacto con la pelota, por lo que estaba “viva y en juego”.

Luego, en el final del cuarto episodio, los asiáticos protestaron en dos ocasiones una jugada en primera base. La reclamación no prosperó, pero mientras seguía la discusión, Erisbel Arruebarruena aprovechó que nadie le prestaba atención y avanzó desde segunda hasta tercera.

Cuba y Japón tienen dos victorias y ya clasificaron para la segunda fase del Clásico. El partido entre ambos será de puro trámite y, probablemente, los directores coloquen a varios lanzadores, porque el resultado de ese desafío solo decide quién pasa como primero del grupo A.

Los bateadores más destacados del encuentro fueron: Abreu, de 4-2, con 5 impulsadas; Fernández, de 4-3, con 4 anotadas y 2 remolcadas; además, Cepeda, de 3-2 y una impulsada.

Anotaciones por entradas:

CHN 000 000 0 0 3 2
CUB 101 460 X 12 15 0

Ganó: Danny Betancourt Perdió: Xin Li Jonrones: Alexei Bell y José Dariel Abreu (con bases llenas)