Pinar, duro de matar

La tropa de Giraldo González ha dejado el alma sobre el diamante, antes de ser sentenciada in extremis dos veces seguidas en el patio azul. Están luchando a brazo partido por la clasificación

Cualquiera que haya visto las más recientes presentaciones del equipo Pinar del Río en el Latino, pensaría que los vueltabajeros están luchando a brazo partido por la clasificación, y no sumidos en el frío sótano de la tabla en la presente Serie Nacional.

Es cierto que matemáticamente mantienen sus aspiraciones de colarse entre los grandes, pero a falta de solo cuatro subseries para cubrir el segundo tramo del torneo, esas opciones ya parecen casi remotas.

No obstante, la tropa de Giraldo González ha dejado el alma sobre el diamante, antes de ser sentenciada in extremis dos veces seguidas en el patio azul. Eso se llama garra y pasión, dos atributos que merecen un enorme reconocimiento en cualquier escenario.

Una vez más parecían los pativerdes encaminados por la senda el triunfo. Supieron venir de abajo para balancear la pizarra en el quinto episodio y colocarse con ventaja de tres un inning después. Entonces, ya Despaigne había conectado su segundo cuadrangular de la tarde, y solo faltaba rematar la faena.

Pero también Malleta mantenía el estado de gracia que le llevó a decidir el juego del viernes, y su tercer sencillo en el juego, después de conectar cuadrangular y doble, volvió a equilibrar el marcador.

De ahí en lo adelante se vivió un excelente duelo de relevistas entre dos «foráneos», y ambos Rodríguez, para más señas. Leinier, sumado desde Mayabeque, y el tunero Yudier, trabajaron cuatro entradas hasta que Giraldo decidió sustituir al primero al comienzo del inning 12, y la suerte le viró la espalda.

El par de boletos otorgados por Jandi Monpeller dejaron la escena lista para el metrallazo de Rudy Reyes —su cuarto en la jornada— que bajó el telón del partido.

Mientras, Villa Clara recobró el aliento ante sus parciales, y dejó al diestro pinero Wilber Pérez con ganas de celebrar su docena de triunfos en lo que va de campaña.

El doble 28 del jovencito pinero Andy Ibáñez —líder en ese renglón— más el imparable de Santamaría, sirvieron para borrar la mínima ventaja de los locales establecida por el otro batazo de dos bases con la firma del refuerzo santiaguero Edilse Silva.

Pero un triple de Yandy Canto frente a Wilber, con Yeniet Pérez en la inicial, propició la que a la postre resultaría definitoria, aunque los Naranjas, con solo cuatro imparables, marcaron una más.

Por su parte, los Tigres de Ciego de Ávila dieron un paso atrás en la lucha por el codiciado cuarto boleto semifinalista, luego de encajar una costosa lechada a manos de los Gallos espirituanos.

Brocha en mano se presentaron Norge Luis Ruiz y Yaisel Sierra —otros dos «importados»— para dejar en solo cinco imparables a la ofensiva avileña.
Reclamación desechada

En el duelo nocturno del pasado viernes, la dirección del equipo de Matanzas realizó una protesta luego que Adeivis Manso, entrenador de pitcheo de Cienfuegos y expulsado en el anterior partido de su equipo, hiciera una visita al box.

Después de analizar los informes presentados, el Comité de Apelaciones de la 52 Serie Nacional acordó declarar sin lugar la protesta por cuanto no fue efectuada en tiempo, según establece la regla 4.19 delReglamento Oficial de Béisbol.

Además, teniendo en cuenta la violación del reglamento para la competencia, consideró aplicar la suspensión del entrenador sureño durante los dos próximos juegos de su equipo. Similar medida se aplicó, pero solo por un desafío, al director cienfueguero, Iday Abreu.

Por último, decidió amonestar públicamente al Comisario Técnico del partido y al grupo de árbitros actuantes.