Béisbol: Una mirada crítica después de la victoria

Valoraciones de nuestro narrador y comentarista deportivo Normando Hernández Castro, de CMHW, a propósito de la recién finalizada 52 Serie Nacional de Béisbol, que cerró con el esperado triunfo de los Naranjas de Villa Clara.



Aunque ya hace algunos días del triunfo del equipo Villa Clara en la 52 Serie Nacional de Béisbol, hoy quiero referirme a algunas cosas que vivimos y disfrutamos los cubanos en vivo y en directo por la Televisión o de cuerpo presente en los estadios, en ocasión de los play off semifinales y final del mayor espectáculo deportivo-cultural-recreativo que tiene el país.

Entre las principales cosas que hemos disfrutado todos, está en primer lugar, un buen béisbol, con una rivalidad deportiva a toda prueba, estadios llenos, y una efervescencia beisbolera que contagió de punta a cabo a cada uno de los territorios representados en los cuatro equipos clasificados para estas fases decisivas. Sin embargo, hay que decir que esto de "buen béisbol", siempre ha ocurrido en estas etapas de nuestros campeonatos domésticos, aún en las anteriores estructuras de nuestros torneos, pues se trata de nuestro deporte nacional, convertido desde hace muchos años en la gran pasión de todos los cubanos.

Hoy en día algunos colegas se han empeñado en decir y en tratar de convencer al público de que esto solo se ha visto ahora con la nueva estructura competitiva de dos etapas clasificatorias y tres play off, como si nunca los cubanos hubiéramos tenido y vivido grandes porfías beisboleras, marcadores cerrados, estadios llenos de bote en bote, fiebre beisbolera al máximo de temperatura y provincias enteras a la expectativa de lo ocurrido y por ocurrir en cada juego.

Se ha tratado de explicar y de hacer ver que con la actual estructura ya casi está resuelto el problema de la elevación del techo de nuestro béisbol, o que está resuelto el problema de la calidad de este deporte en nuestro país, y algunos llegan a afirmar que este deporte en Cuba no tiene problemas.

Nada más lejos de la realidad, sin menoscabar ni restarle méritos a una Serie que acaba de terminar bien arriba, con muchas alegrías y emociones para determinadas provincias y equipos que estuvieron envueltos hasta el final en semanas enteras de entrega desenfrenada y garra por el triunfo en cada salida al terreno; de sudor derramado, voluntad a toda prueba y esfuerzo infinito por tratar de lograr el título nacional. Sin embargo hay muchas cosas que enmendar, perfeccionar, desarrollar, y hasta eliminar y sancionar para lograr los más altos resultados y calidad en nuestra pelota doméstica.

Los que llevamos tiempo viendo y trabajando en nuestro béisbol, en las funciones que sean, sabemos perfectamente que todo lo que nos aportó la actual Serie Nacional, lo habíamos vivido y tenido antes en las anteriores estructuras, y de manera especial, en las más recientes de 90 juegos.

Todo el mundo sabe que la presencia de los "refuerzos" le deja para después a los managers y directivos de las provincias amargos momentos, pues aunque ellos deben fortalecer a cada una de las selecciones con que van a jugar, otros tienen que entregarles sus puestos y sus guantes por un espacio de tiempo, y el pelotero lo que quiere es jugar pelota y desarrollarse en el terreno de juego, no en el banco, independientemente de que hubo refuerzos que rindieron y ayudaron mucho a sus equipos, pero otros no pudieron lograrlo.

¿Que hará Villa Clara en la Serie del Caribe?, ¿a quién dejará fuera de su nómina oficial? Solo serán 28 los peloteros que viajarán a Isla Margarita, en Venezuela, para la próxima contienda de este tipo. Y de los 28, cinco serán obligatoriamente los cinco "refuerzos" que jugaron con el equipo a partir de la segunda etapa, aunque también pudieran incorporarse otros "importados" según dijo la Federación Cubana.

Si de una nómina oficial de 32 peloteros "naturales", usted solo puede llevar 23, porque los otros cinco son los "refuerzos", ¿cuántos tendrían que quedarse fuera de ese viaje y de ese reconocimiento al equipo? Nada menos que nueve peloteros por el momento, porque si se incluyeran más "refuerzos", serían entonces menos de 23 villaclareños los que podrían ir a la Serie del Caribe. Y todas esas ausencias y bajas de peloteros "naturales" en la nómina, son rollos y disgustos posteriores entre atletas y directivos aquí en la propia provincia, que quedarán pendientes para el futuro.

No pretendo atiborrarlos de problemas. En este espacio infinito en el que vivimos y nos movemos hay tiempo suficiente para todo, y por lo tanto, también lo habrá para seguir tocando otros temas de mucho interés en nuestro béisbol.

Ahora quiero finalizar este trabajo, señalando otras cosas que vimos y sentimos los cubanos en vivo y en directo, o de cuerpo presente en nuestros estadios, en ocasión de los play off de la Serie Nacional recién concluida:

-Managers protestones y agresivos contra decisiones arbitrales, sin que las sanciones o medidas hayan sido del todo ejemplarizantes, aún cuando se hayan parado algunos juegos por espacio de 20 minutos o más.

-Managers con respuestas totalmente descompuestas y desafortunadas a los periodistas en las llamadas Conferencias de Prensa, así como peloteros que fueron llevados a las mismas sin el más mínimo deseo de participar en ellas.

-Se habla de periodistas con preguntas intrascendentes, pero quién o quiénes son los jurados para saber si de verdad son intrascendentes o no las preguntas que hicieron? ¿Por qué no pensar también que hay miedo de preguntar lo que más quiere saber el público para evitar una respuesta desagradable y fuera de tono por parte de los que tienen que responder?

-Árbitros que hicieron mucho esfuerzo por tratar de salir airosos en su trabajo, algunos que lo lograron completamente, y otros que están por debajo del nivel de la competencia y no preparados todavía para esa presión y exigencia competitivas.

-Gestos, hechos y desmanes poco edificantes de lo que tenemos que lograr en una sociedad que tanto ha hecho por la formación y educación del hombre nuevo, y de las jóvenes generaciones.

-Y la irrupción con fuerza y libertad absolutas para que managers y personal del evento profesen en los estadios sus creencias religiosas, con ritos y ceremonias al aire libre, y en presencia del público.

Normando Hernández Castro
Emisora CMHW