Cerca
Ultimi argomenti attivi
Chi è online?
In totale ci sono 34 utenti online: 0 Registrati, 0 Nascosti e 34 Ospiti :: 1 Motore di ricercaNessuno
Il numero massimo di utenti online contemporaneamente è stato 85 il Sab 9 Giu 2012 - 10:49
Nuova legge sugli investimenti esteri
2 partecipanti
Pagina 1 di 1
Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.martinoticias.com/content/cuba-inversion-extranjera-ley-retraso-/32015.html
Cuba pospone aprobación de nueva ley de inversión extranjera
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
Cuba ha pospuesto hasta fines de abril sus planes para adoptar una nueva ley de inversión extranjera inicialmente prevista para marzo, debido a que se están ultimando los detalles del proyecto que deberá aprobar la Asamblea Nacional, dijo esta semana a diplomáticos un funcionario del Gobierno cubano.
El gobernante cubano Raúl Castro dijo en diciembre que se convocaría una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (Parlamento) para aprobar en marzo la nueva ley de inversión extranjera.
Medios de comunicación estatales dijeron en las últimas semanas sin más explicaciones que la nueva ley se está discutiendo en secreto y se adoptaría en algún momento durante la primera mitad de este año.
El ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, informó sobre la adopción de la nueva ley en abril a la comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, quien está de visita en la isla para un foro internacional, dijo un miembro de su delegación.
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
El gobernante Partido Comunista aprobó un plan de más de 300 reformas para modernizar la economía socialista en abril del 2011, que incluye el traspaso del 20 por ciento de la fuerza laboral del Estado a un sector no estatal que está formado por la pequeña empresa minorista, granjas, cooperativas agrícolas y otras empresas conjuntas.
Pero desde hace dos años, las autoridades cubanas han ido y venido en cuanto a si se debe modificar una ley de inversión lanzada en la década de 1990 o redactar una nueva con el objetivo de atraer las inversiones a la isla, cuyos niveles se encuentran muy por debajo de la de los países vecinos.
"Parece que ni siquiera Raúl ha sido capaz de romper el punto muerto en las altas esferas del Partido Comunista (...), donde ciertos principios revolucionarios y las prácticas burocráticas chocan con la necesidad desesperada para captar capital extranjero y tecnología", dijo Richard Feinberg, autor de una serie de estudios sobre las reformas cubanas y un alto miembro no residente del Brookings Institution.
Bajo la ley actual de inversión en Cuba, las empresas extranjeras pagan un impuesto sobre las ganancias del 30 por ciento y del 20 por ciento por el impuesto al trabajo, aunque este último está siendo reducido gradualmente.
La economía cubana creció un 2,7 por ciento el pasado año y se espera que se desacelerará en el 2014 debido a la falta de divisas para las importaciones y de capital para inversión. Economistas cubanos estiman que el país necesita crecer a una tasa de entre un 5 y un 7 por ciento para desarrollarse.
Cuba pospone aprobación de nueva ley de inversión extranjera
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
Cuba ha pospuesto hasta fines de abril sus planes para adoptar una nueva ley de inversión extranjera inicialmente prevista para marzo, debido a que se están ultimando los detalles del proyecto que deberá aprobar la Asamblea Nacional, dijo esta semana a diplomáticos un funcionario del Gobierno cubano.
El gobernante cubano Raúl Castro dijo en diciembre que se convocaría una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (Parlamento) para aprobar en marzo la nueva ley de inversión extranjera.
Medios de comunicación estatales dijeron en las últimas semanas sin más explicaciones que la nueva ley se está discutiendo en secreto y se adoptaría en algún momento durante la primera mitad de este año.
El ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, informó sobre la adopción de la nueva ley en abril a la comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, quien está de visita en la isla para un foro internacional, dijo un miembro de su delegación.
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
El gobernante Partido Comunista aprobó un plan de más de 300 reformas para modernizar la economía socialista en abril del 2011, que incluye el traspaso del 20 por ciento de la fuerza laboral del Estado a un sector no estatal que está formado por la pequeña empresa minorista, granjas, cooperativas agrícolas y otras empresas conjuntas.
Pero desde hace dos años, las autoridades cubanas han ido y venido en cuanto a si se debe modificar una ley de inversión lanzada en la década de 1990 o redactar una nueva con el objetivo de atraer las inversiones a la isla, cuyos niveles se encuentran muy por debajo de la de los países vecinos.
"Parece que ni siquiera Raúl ha sido capaz de romper el punto muerto en las altas esferas del Partido Comunista (...), donde ciertos principios revolucionarios y las prácticas burocráticas chocan con la necesidad desesperada para captar capital extranjero y tecnología", dijo Richard Feinberg, autor de una serie de estudios sobre las reformas cubanas y un alto miembro no residente del Brookings Institution.
Bajo la ley actual de inversión en Cuba, las empresas extranjeras pagan un impuesto sobre las ganancias del 30 por ciento y del 20 por ciento por el impuesto al trabajo, aunque este último está siendo reducido gradualmente.
La economía cubana creció un 2,7 por ciento el pasado año y se espera que se desacelerará en el 2014 debido a la falta de divisas para las importaciones y de capital para inversión. Economistas cubanos estiman que el país necesita crecer a una tasa de entre un 5 y un 7 por ciento para desarrollarse.
Ultima modifica di mosquito il Dom 30 Mar 2014 - 15:12 - modificato 2 volte.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.oncubamagazine.com/economia-negocios/publican-detalles-de-la-nueva-ley-de-la-inversion-extranjera/
Publican detalles de la nueva Ley de la Inversión Extranjera
Nuevos detalles de la próxima Ley de la Inversión Extranjera se hicieron públicos, a pocos días de la discusión del Anteproyecto en una inusual sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
El artículo 20 de la legislación establecerá que el Estado autorizará la entrada de capital foráneo que no afecte la defensa y seguridad nacional, el patrimonio de la nación y el medio ambiente, según informó la Agencia Cubana de Noticias, después del encuentro que el diputado José Luís Santander, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento cubano sostuvo con la prensa.
Santander explicó también que la legislación otorgará carácter prioritario a la inversión extranjera en casi todos los sectores de la economía, especialmente en los de la producción. “Permitirá además el establecimiento de una carpeta de inversiones, de modo que quienes deseen podrán conocer las áreas de interés para el país.”
El nuevo marco de la inversión extranjera también decretará un sustancial incremento del pago a los cubanos contratados por los foráneos, según detalló Déborah Rivas, funcionaria del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
Ya en la Zona Especial Económica del Mariel, ningún trabajador pueda ganar menos del salario medio de La Habana, una cantidad determinada de la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas e Información, ONEI. El salario medio de la capital cubana es uno de los más altos del país y está en constante crecimiento.
Rivas explicó que las inversiones tendrán plena protección y seguridad jurídica. No se podrán realizar expropiaciones, a menos que se realicen por motivos de utilidad pública o interés social, “previamente declarados por el Consejo de Ministros, pero con la debida indemnización por el valor comercial establecido, de mutuo acuerdo entre Cuba y los inversores” especifica la ACN. Esa normativa no sería muy diferente a la vigente bajo la actual legislación.
La presentación de una nueva ley de la inversión extranjera en un contexto inédito y a toda velocidad parece vaticinar un cambio radical en las relaciones entre el Estado cubano y los empresarios interesados en entrar en la economía nacional.
En un ensayo elaborado para la Delegación de Unión Europea en La Habana, expertos del Centro de Estudios de la Economía Cubana indicó que “si bien en la letra de la legislación no se establecen grandes restricciones, brindando por ejemplo la posibilidad de invertir en prácticamente todos los sectores de la economía nacional sin límites al aporte del capital extranjero, en la práctica las características del entorno institucional cubano (economía con alto predominio de la propiedad estatal, centralmente planificada y poco desarrollo de las relaciones de mercado) han condicionado las posibilidades de la inversión extranjera, restringiéndola hacia determinados sectores o formas de inversión en función de los intereses públicos en cada momento concreto.”
Agregaron que “en Cuba la inversión extranjera es considerada un complemento de las inversiones nacionales de acuerdo a las previsiones de desarrollo económico y social a mediano (…) Ello condiciona el carácter altamente selectivo y discrecional de aprobación de los proyectos, al mismo tiempo que reduce los grados de libertad en el manejo de los negocios.”
Cuánto se abrirá Cuba a la inversión extranjera es una pregunta que solo se podrá responder después del próximo 29 de marzo.
Publican detalles de la nueva Ley de la Inversión Extranjera
Nuevos detalles de la próxima Ley de la Inversión Extranjera se hicieron públicos, a pocos días de la discusión del Anteproyecto en una inusual sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
El artículo 20 de la legislación establecerá que el Estado autorizará la entrada de capital foráneo que no afecte la defensa y seguridad nacional, el patrimonio de la nación y el medio ambiente, según informó la Agencia Cubana de Noticias, después del encuentro que el diputado José Luís Santander, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento cubano sostuvo con la prensa.
Santander explicó también que la legislación otorgará carácter prioritario a la inversión extranjera en casi todos los sectores de la economía, especialmente en los de la producción. “Permitirá además el establecimiento de una carpeta de inversiones, de modo que quienes deseen podrán conocer las áreas de interés para el país.”
El nuevo marco de la inversión extranjera también decretará un sustancial incremento del pago a los cubanos contratados por los foráneos, según detalló Déborah Rivas, funcionaria del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
Ya en la Zona Especial Económica del Mariel, ningún trabajador pueda ganar menos del salario medio de La Habana, una cantidad determinada de la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas e Información, ONEI. El salario medio de la capital cubana es uno de los más altos del país y está en constante crecimiento.
Rivas explicó que las inversiones tendrán plena protección y seguridad jurídica. No se podrán realizar expropiaciones, a menos que se realicen por motivos de utilidad pública o interés social, “previamente declarados por el Consejo de Ministros, pero con la debida indemnización por el valor comercial establecido, de mutuo acuerdo entre Cuba y los inversores” especifica la ACN. Esa normativa no sería muy diferente a la vigente bajo la actual legislación.
La presentación de una nueva ley de la inversión extranjera en un contexto inédito y a toda velocidad parece vaticinar un cambio radical en las relaciones entre el Estado cubano y los empresarios interesados en entrar en la economía nacional.
En un ensayo elaborado para la Delegación de Unión Europea en La Habana, expertos del Centro de Estudios de la Economía Cubana indicó que “si bien en la letra de la legislación no se establecen grandes restricciones, brindando por ejemplo la posibilidad de invertir en prácticamente todos los sectores de la economía nacional sin límites al aporte del capital extranjero, en la práctica las características del entorno institucional cubano (economía con alto predominio de la propiedad estatal, centralmente planificada y poco desarrollo de las relaciones de mercado) han condicionado las posibilidades de la inversión extranjera, restringiéndola hacia determinados sectores o formas de inversión en función de los intereses públicos en cada momento concreto.”
Agregaron que “en Cuba la inversión extranjera es considerada un complemento de las inversiones nacionales de acuerdo a las previsiones de desarrollo económico y social a mediano (…) Ello condiciona el carácter altamente selectivo y discrecional de aprobación de los proyectos, al mismo tiempo que reduce los grados de libertad en el manejo de los negocios.”
Cuánto se abrirá Cuba a la inversión extranjera es una pregunta que solo se podrá responder después del próximo 29 de marzo.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.diariodecuba.com/cuba/1395846055_7822.html
La nueva Ley de Inversiones incluirá importantes rebajas tributarias para las empresas extranjeras
Mantiene la contratación de trabajadores cubanos a través de una entidad empleadora estatal y no aclara si los emigrados podrán invertir en la Isla.
La nueva Ley de Inversiones, que la Asamblea Nacional del Poder Popular debe aprobar el próximo sábado en sesión extraordinaria, incluye importantes rebajas tributarias a las empresas extranjeras, amplía los sectores autorizados, mantiene la contratación de trabajadores cubanos a través de una entidad estatal y no aclara si los emigrados podrán hacer negocios en la Isla, según detalles dados a conocer este miércoles por medios oficiales.
El proyecto "revisa y adecúa" la Ley No. 77, de la Inversión Extranjera, de septiembre de 1995, tomando en cuenta legislaciones existentes en otros países, indicaron a la prensa oficial José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión Permanente de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional y Déborah Rivas, directora general de Inversión del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX). No aclararon a qué naciones se referían.
Con la nueva ley, el Gobierno busca acceso a financiamiento externo, tecnologías y nuevos mercados, además de insertar productos y servicios de la Isla en el mercado internacional.
Otro objetivo parece ser lavar la imagen ante los inversionistas extranjeros, que frecuentemente se quejan de la lenta burocracia cubana y de la arbitrariedad del régimen.
'Protección y seguridad jurídica'
Según el diario oficial Juventud Rebelde, la ley proveerá a los empresarios de "plena protección y seguridad jurídica". No obstante, sus inversiones podrán ser expropiadas "por motivos de utilidad pública o interés social previamente declarados por el Consejo de Ministros". En ese caso, serían indemnizados.
En cuanto a las áreas de inversión, el proyecto establece que podría ser autorizada en todos los sectores, excepto en los servicios de salud y educación, y en las instituciones armadas, salvo en sus sistemas empresariales.
Sobre las modalidades de inversión extranjera, el proyecto propone empresas mixtas, empresa de capital totalmente extranjero y contrato de asociación económica internacional. En este último caso estarían los pactos a riesgo para la exploración de recursos naturales no renovables, la construcción, la producción agrícola, la administración hotelera y los contratos de prestación de servicios profesionales, entre otros.
Rebaja de impuestos
Por otra parte, el proyecto reduce los impuestos que deberán pagar los inversores y ofrece ocho años de gracia a parte de ellos.
Establece la exención del pago del impuesto sobre los ingresos personales a los inversionistas foráneos. Asimismo, para inversionistas extranjeros y nacionales (personas jurídicas, dentro de lo que se incluye a las cooperativas) propone un tipo impositivo del 15% sobre las ganancias, la mitad del vigente.
Los beneficios fiscales no se aplicarán, sin embargo, para las inversiones extranjeras en la explotación de recursos naturales, renovables o no, que deberán pagar impuestos sobre las ganancias de hasta un 50 por ciento. Esto afectaría a los sectores del petróleo y el níquel, por ejemplo.
El proyecto no excluye las inversiones en la Isla de los emigrados cubanos, pero tampoco lo hace la ley vigente y hasta el momento el Gobierno no las ha autorizado.
El texto que deberá aprobar la Asamblea Nacional define a los inversionistas foráneos como personas naturales o jurídicas "con domicilio y capital en el extranjero", sin más especificaciones.
Sigue la contratación por entidades estatales
Para la contratación de trabajadores cubanos, se mantiene la utilización de una entidad empleadora estatal, a pesar de las quejas al respecto de los empresarios foráneos.
Solo se exceptuarán de este régimen los integrantes de los órganos de dirección y administración de las empresas mixtas.
Hasta ahora, el Gobierno se ha quedado con la mayor parte del dinero que pagan las empresas por concepto de salario a los trabajadores cubanos.
Al respecto, Déborah Rivas dijo que la entidad empleadora "no tendrá un fin recaudatorio", indicó Juventud Rebelde, pero no aclaró si esto significa que los trabajadores cubanos recibirán íntegro el salario.
Rivas dijo que el pago será en moneda nacional y por acuerdo entre la empresa mixta y la entidad empleadora.
La nueva Ley de Inversiones incluirá importantes rebajas tributarias para las empresas extranjeras
Mantiene la contratación de trabajadores cubanos a través de una entidad empleadora estatal y no aclara si los emigrados podrán invertir en la Isla.
La nueva Ley de Inversiones, que la Asamblea Nacional del Poder Popular debe aprobar el próximo sábado en sesión extraordinaria, incluye importantes rebajas tributarias a las empresas extranjeras, amplía los sectores autorizados, mantiene la contratación de trabajadores cubanos a través de una entidad estatal y no aclara si los emigrados podrán hacer negocios en la Isla, según detalles dados a conocer este miércoles por medios oficiales.
El proyecto "revisa y adecúa" la Ley No. 77, de la Inversión Extranjera, de septiembre de 1995, tomando en cuenta legislaciones existentes en otros países, indicaron a la prensa oficial José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión Permanente de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional y Déborah Rivas, directora general de Inversión del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX). No aclararon a qué naciones se referían.
Con la nueva ley, el Gobierno busca acceso a financiamiento externo, tecnologías y nuevos mercados, además de insertar productos y servicios de la Isla en el mercado internacional.
Otro objetivo parece ser lavar la imagen ante los inversionistas extranjeros, que frecuentemente se quejan de la lenta burocracia cubana y de la arbitrariedad del régimen.
'Protección y seguridad jurídica'
Según el diario oficial Juventud Rebelde, la ley proveerá a los empresarios de "plena protección y seguridad jurídica". No obstante, sus inversiones podrán ser expropiadas "por motivos de utilidad pública o interés social previamente declarados por el Consejo de Ministros". En ese caso, serían indemnizados.
En cuanto a las áreas de inversión, el proyecto establece que podría ser autorizada en todos los sectores, excepto en los servicios de salud y educación, y en las instituciones armadas, salvo en sus sistemas empresariales.
Sobre las modalidades de inversión extranjera, el proyecto propone empresas mixtas, empresa de capital totalmente extranjero y contrato de asociación económica internacional. En este último caso estarían los pactos a riesgo para la exploración de recursos naturales no renovables, la construcción, la producción agrícola, la administración hotelera y los contratos de prestación de servicios profesionales, entre otros.
Rebaja de impuestos
Por otra parte, el proyecto reduce los impuestos que deberán pagar los inversores y ofrece ocho años de gracia a parte de ellos.
Establece la exención del pago del impuesto sobre los ingresos personales a los inversionistas foráneos. Asimismo, para inversionistas extranjeros y nacionales (personas jurídicas, dentro de lo que se incluye a las cooperativas) propone un tipo impositivo del 15% sobre las ganancias, la mitad del vigente.
Los beneficios fiscales no se aplicarán, sin embargo, para las inversiones extranjeras en la explotación de recursos naturales, renovables o no, que deberán pagar impuestos sobre las ganancias de hasta un 50 por ciento. Esto afectaría a los sectores del petróleo y el níquel, por ejemplo.
El proyecto no excluye las inversiones en la Isla de los emigrados cubanos, pero tampoco lo hace la ley vigente y hasta el momento el Gobierno no las ha autorizado.
El texto que deberá aprobar la Asamblea Nacional define a los inversionistas foráneos como personas naturales o jurídicas "con domicilio y capital en el extranjero", sin más especificaciones.
Sigue la contratación por entidades estatales
Para la contratación de trabajadores cubanos, se mantiene la utilización de una entidad empleadora estatal, a pesar de las quejas al respecto de los empresarios foráneos.
Solo se exceptuarán de este régimen los integrantes de los órganos de dirección y administración de las empresas mixtas.
Hasta ahora, el Gobierno se ha quedado con la mayor parte del dinero que pagan las empresas por concepto de salario a los trabajadores cubanos.
Al respecto, Déborah Rivas dijo que la entidad empleadora "no tendrá un fin recaudatorio", indicó Juventud Rebelde, pero no aclaró si esto significa que los trabajadores cubanos recibirán íntegro el salario.
Rivas dijo que el pago será en moneda nacional y por acuerdo entre la empresa mixta y la entidad empleadora.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.oncubamagazine.com/economia-negocios/cubanos-residentes-en-el-exterior-podran-invertir-en-cuba/
Cubanos residentes en el exterior podrán invertir en Cuba
Ley de Inversión extranjera. Optimismo y coherencia
El proyecto de Ley de la Inversión Extranjera que en estos momentos está siendo analizado por los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular con vistas a su discusión el próximo sábado 29 de marzo destaca por dotar al entramado legal cubano de una herramienta necesaria acorde con los retos que impone una economía inmersa en un proceso de cambio.
El texto se despoja de vicios controladores contenidos en la vigente Ley 77, que data de 1995, y enfoca su articulado en varios aspectos importantes: las garantías a los inversores; la pluralidad de sectores posibles y el régimen tributario de las distintas formas de participación del capital extranjero.
En ninguno de los casos se específica que la inversión extranjera tenga que venir de personas naturales o jurídicas con nacionalidad distinta a la cubana, en esto, en el Capítulo II (inciso m, artículo 2), la Ley dice que el inversionista extranjero es una “persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero”. Explícitamente esta definición incluye a los cubanos residentes en el exterior quienes podrán participar de las asociaciones económicas con las mismas regulaciones que la Ley establece para ciudadanos de otras nacionalidades.
Sin embargo, cuando se habla del “inversionista nacional” se entiende sólo como “persona jurídica” lo cual excluye la participación en sociedad con capital extranjero a cubanos residentes en la Isla y con los medios legalmente adquiridos para hacerlo. Con el auge del sector privado, esta limitación se convierte en un freno aunque el reglamento de la Ley pudiera amparar la asociación de capitales con el sector no estatal.
El proyecto de Ley se orienta a facilitar la participación de capital foráneo, despejar los fantasmas del autoritarismo y la ausencia de garantías. Admite tres formas de inversión al igual que la ley vigente, pero, de forma correspondiente con los cambios y reformas en el sistema económico cubano, añade la Zona Especial de Desarrollo como un nuevo espacio económico en los cuales los inversores podrán contar con ventajas adicionales.
Las inversiones podrán ser autorizadas en todos los sectores, con excepción de los servicios de salud y educación y las instituciones armadas. En el caso de las dos primeras, está limitación parte del derecho universal y gratuito de los mismos garantizado por el Estado cubano, y es una conclusión coherente con la voluntad política de mantener un proyecto socialista en los servicios básicos.
De especial relevancia es la posibilidad de participar en el sector de los servicios públicos. A diferencia de la Ley de 1995, el Consejo de Estado, es el órgano designado para autorizar la inversión para la exploración o explotación de recursos naturales no renovables o cuando éstas se orienten vayan dirigidas a la gestión de servicios públicos como el transporte, las comunicaciones, acueductos, electricidad, la realización de obras públicas o la explotación de un bien público.
Este añadido deja algunas dudas. Se autoriza la inversión para la “gestión” de los servicios citados. No queda claro si al decir “gestión” se limita a la modalidad de “Contrato de asociación económica internacional”. De ser así, no estarían permitidas participaciones dinerarias en el desarrollo de esos servicios, sólo en asesoría y gerencia, lo cual podría castrar la evolución de sectores muy necesitados y deficitarios. En cualquier caso la parte extranjera podría aportar “know how” y nuevos modelos de explotación.
Al limitar la inversión directa de capital en el desarrollo de empresas de comunicaciones no se favorece una alternativa para servicios de telefonía o Internet, o la posibilidad de invertir en el la implementación de fuentes sostenibles de generación eléctrica, como la eólica o solar, donde hay avances significativos de los que Cuba hubiera podido aprovecharse.
Aunque el proyecto de Ley elimina muchas de las trabas burocráticas de la anterior aún se entrampa en los vicios heredados de un sistema institucional complejo y aparatoso. La aprobación de la inversión en cualquier de sus modalidades se hará en un plazo de “sesenta días naturales” lo que en la práctica podrían ser hasta tres meses de espera. Este tiempo es demasiado largo en la dinámica del movimiento de capital internacional. Asociaciones de este tipo en España se demoran unos 40 días y en los Estados Unidos apenas una semana.
Entre otras limitaciones del proyecto está la permanencia de una Agencia empleadora que gestionará la contratación del personal para las distintas modalidades empresariales autorizadas. No se permite la libre contratación, salvo en casos excepcionales y con una autorización especial. De hecho, en el Capítulo X, “Del régimen laboral” (artículo 30, inciso 3) dice textualmente: “los servicios del personal cubano o extranjero residente permanente en la República de Cuba (…) se prestan mediante un contrato que suscribe la empresa con una entidad empleadora propuesta por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y autorizada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”. O sea, cuatro entidades para contratar un trabajador.
Este es un elemento negativo por varias razones: se reduce la competitividad y la fidelidad con el empleador; puede generar demoras innecesarias en la contratación del personal; favorece el amiguismo por sobre la profesionalidad; no permite al empresario gestionar su propia fuerza laboral de acuerdo no sólo con la calificación del mismo sino con la dinámica de formación de equipos; vicia el proceso de selección de candidatos y genera burocracia innecesaria.
El aspecto más revolucionario es en materia impositiva. La ley de 1995 establecía el pago de impuestos sobre utilidades, gestión de la fuerza de trabajo, aranceles y derechos aduanales, posesión de vehículos, solicitud de documentos, y hasta un total de siete diferentes impuestos más otras obligaciones.
El presente proyecto de Ley exime a las empresas del pago del impuesto sobre las utilidades durante los primeros ocho años a partir de su constitución. En aquellos casos en que la utilidades se reinviertan en el país, también estarán exentas de tributo. El impuesto sobre las ventas cuenta con una bonificación del cincuenta por ciento en el tipo impositivo pero además no tendrá que ser abonado durante el primer año de operación de la empresa, lo mismo ocurre con el impuesto sobre los servicios.
El impuesto sobre las utilidades se fija en un quince por ciento sobre el neto de las mismas y se eximen por completo las tributaciones sobre los ingresos personales y la utilización de la fuerza de trabajo. Como ventajas adicionales, durante el período de amortización o durante el proceso inversionista el empresario no tributará por aranceles aduaneros ni tendrá que aportar la contribución territorial para el desarrollo local.
El texto que se discute es coherente con la voluntad de cambios y las modificaciones paulatinas que tienen lugar en la economía de acuerdo con la actualización de su modelo. Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aconsejan revisar y adecuar el marco legal para ajustarlo a esos cambios. En este sentido se eliminan del texto del 95 toda referencia a las llamadas “Zonas Francas” y se enfatiza en espacios habilitados como “Zona Especial de Desarrollo”.
Por supuesto que está en la mira de la disposición la recién inaugurada Zona Especial de Desarrollo del Mariel, por la que ya numerosos inversores, especialmente de Brasil han mostrado interés. Estas zonas, con incentivos específicos se podrían convertir en fuente de empleo y recursos para la población y en proyectos lucrativos y atractivos para posibles empresarios.
Pero el proyecto de Ley va mucho más allá. El texto que se discute establece claramente que la prioridad es estabilizar la inversión extranjera lo que se hace garantizando su permanencia, protegiendo su capital y eliminando impuestos innecesarios. Todo el aparato impositivo previo queda desmantelado y las ventajas que se ofrecen propician un espacio ideal para la inversión así como aceleraría la amortización de la misma.
La futura Ley no limita la inversión por nacionalidad, lo que define es la procedencia del capital. Se permite la participación de cubanos residentes en el exterior, como personas naturales y jurídicas lo que lamentablemente no sucede para los naturales cubanos residentes en la Isla.
Evidentemente se enfoca hacia la macroeconomía nacional, favoreciendo las inversiones en zonas de desarrollo y actividades que redunden en beneficios sustanciosos para ambas partes. Hubiera sido interesante que tomara en cuenta el sector no estatal del cual ya se benefician más de 400 000 cubanos y que es, sin dudas, el segmento laboral con más crecimiento en los últimos años. La posibilidad de participación de empresas no estatales, o incluso de asociaciones con capital individual legal que resida en la Isla es un punto negativo en el texto que se propone.
Del mismo modo en una de sus disposiciones transitorias aún habla de que para proceder a los pagos en pesos cubanos deben obtenerse previamente dichas cantidades con pesos convertibles. No obstante, y como una prueba más de que hay un enfoque sistémico en las reformas y una explicita voluntad de dotar de legalidad a las mismas, la propuesta de ley establece que esto sólo mantendrá su “vigencia hasta que se disponga en el país la unificación monetaria” Otro elemento que, a los ojos de analistas, genera confianza en la irreversibilidad de los cambios.
No se especifica en el texto la posible participación en cooperativa, ni estatales ni privadas, pero tampoco se niega. En derecho lo que la ley no prohíbe está implícitamente permitido. Esperemos que el reglamento a aprobar sea más específico en cuanto a aspectos puntuales que en la futura Ley son demasiado generales.
La futura Ley es un texto que permite ser optimistas. No está signado por un deseo eminentemente lucrativo, evidente en la Ley 77 de 1995 aún vigente. Esta Ley se escribe para el futuro, para garantizar a la inversión extranjera como parte de una economía en desarrollo. Las garantías que ofrece y las ventajas impositivas son altamente tentadoras y están abiertas las posibilidades en prácticamente todos los ámbitos económicos.
Cuba se ajusta a una dinámica cada vez más cercana a la lógica de un país en desarrollo. La necesidad de la inversión extranjera no sólo supone la inyección de divisas a su economía, es fuente, además, de empleo, desarrollo profesional, acceso a nuevas tecnologías y mercados, y es, de hecho, motor impulsor de cambios sociales.
No obstante, este esfuerzo está limitado por leyes extraterritoriales vigentes en los Estados Unidos y que afectan directamente a futuros inversores. Ante la voluntad del gobierno cubano de abrir espacios de colaboración está la terquedad de un embargo injusto. Esas leyes impiden a ciudadanos norteamericanos invertir en Cuba, incluso si éstos son de origen cubano. Estados Unidos, por su cercanía y los lazos históricos con la Nación cubana está llamado a ser el inversor lógico por excelencia. El embargo también actúa, ahora más que nunca, en contra de los intereses de los propios empresarios norteamericanos.
Algunas de las ideas aquí esbozadas podrán cambiar en la versión final, pero nada nos impide afirmar que desde el próximo sábado Cuba contará con una Ley que la sitúa más cerca del mundo y que forma parte de una voluntad real de cambio y consolidación de su proyecto socio económico. Un paso más hacia el futuro.
Cubanos residentes en el exterior podrán invertir en Cuba
Ley de Inversión extranjera. Optimismo y coherencia
El proyecto de Ley de la Inversión Extranjera que en estos momentos está siendo analizado por los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular con vistas a su discusión el próximo sábado 29 de marzo destaca por dotar al entramado legal cubano de una herramienta necesaria acorde con los retos que impone una economía inmersa en un proceso de cambio.
El texto se despoja de vicios controladores contenidos en la vigente Ley 77, que data de 1995, y enfoca su articulado en varios aspectos importantes: las garantías a los inversores; la pluralidad de sectores posibles y el régimen tributario de las distintas formas de participación del capital extranjero.
En ninguno de los casos se específica que la inversión extranjera tenga que venir de personas naturales o jurídicas con nacionalidad distinta a la cubana, en esto, en el Capítulo II (inciso m, artículo 2), la Ley dice que el inversionista extranjero es una “persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero”. Explícitamente esta definición incluye a los cubanos residentes en el exterior quienes podrán participar de las asociaciones económicas con las mismas regulaciones que la Ley establece para ciudadanos de otras nacionalidades.
Sin embargo, cuando se habla del “inversionista nacional” se entiende sólo como “persona jurídica” lo cual excluye la participación en sociedad con capital extranjero a cubanos residentes en la Isla y con los medios legalmente adquiridos para hacerlo. Con el auge del sector privado, esta limitación se convierte en un freno aunque el reglamento de la Ley pudiera amparar la asociación de capitales con el sector no estatal.
El proyecto de Ley se orienta a facilitar la participación de capital foráneo, despejar los fantasmas del autoritarismo y la ausencia de garantías. Admite tres formas de inversión al igual que la ley vigente, pero, de forma correspondiente con los cambios y reformas en el sistema económico cubano, añade la Zona Especial de Desarrollo como un nuevo espacio económico en los cuales los inversores podrán contar con ventajas adicionales.
Las inversiones podrán ser autorizadas en todos los sectores, con excepción de los servicios de salud y educación y las instituciones armadas. En el caso de las dos primeras, está limitación parte del derecho universal y gratuito de los mismos garantizado por el Estado cubano, y es una conclusión coherente con la voluntad política de mantener un proyecto socialista en los servicios básicos.
De especial relevancia es la posibilidad de participar en el sector de los servicios públicos. A diferencia de la Ley de 1995, el Consejo de Estado, es el órgano designado para autorizar la inversión para la exploración o explotación de recursos naturales no renovables o cuando éstas se orienten vayan dirigidas a la gestión de servicios públicos como el transporte, las comunicaciones, acueductos, electricidad, la realización de obras públicas o la explotación de un bien público.
Este añadido deja algunas dudas. Se autoriza la inversión para la “gestión” de los servicios citados. No queda claro si al decir “gestión” se limita a la modalidad de “Contrato de asociación económica internacional”. De ser así, no estarían permitidas participaciones dinerarias en el desarrollo de esos servicios, sólo en asesoría y gerencia, lo cual podría castrar la evolución de sectores muy necesitados y deficitarios. En cualquier caso la parte extranjera podría aportar “know how” y nuevos modelos de explotación.
Al limitar la inversión directa de capital en el desarrollo de empresas de comunicaciones no se favorece una alternativa para servicios de telefonía o Internet, o la posibilidad de invertir en el la implementación de fuentes sostenibles de generación eléctrica, como la eólica o solar, donde hay avances significativos de los que Cuba hubiera podido aprovecharse.
Aunque el proyecto de Ley elimina muchas de las trabas burocráticas de la anterior aún se entrampa en los vicios heredados de un sistema institucional complejo y aparatoso. La aprobación de la inversión en cualquier de sus modalidades se hará en un plazo de “sesenta días naturales” lo que en la práctica podrían ser hasta tres meses de espera. Este tiempo es demasiado largo en la dinámica del movimiento de capital internacional. Asociaciones de este tipo en España se demoran unos 40 días y en los Estados Unidos apenas una semana.
Entre otras limitaciones del proyecto está la permanencia de una Agencia empleadora que gestionará la contratación del personal para las distintas modalidades empresariales autorizadas. No se permite la libre contratación, salvo en casos excepcionales y con una autorización especial. De hecho, en el Capítulo X, “Del régimen laboral” (artículo 30, inciso 3) dice textualmente: “los servicios del personal cubano o extranjero residente permanente en la República de Cuba (…) se prestan mediante un contrato que suscribe la empresa con una entidad empleadora propuesta por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y autorizada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”. O sea, cuatro entidades para contratar un trabajador.
Este es un elemento negativo por varias razones: se reduce la competitividad y la fidelidad con el empleador; puede generar demoras innecesarias en la contratación del personal; favorece el amiguismo por sobre la profesionalidad; no permite al empresario gestionar su propia fuerza laboral de acuerdo no sólo con la calificación del mismo sino con la dinámica de formación de equipos; vicia el proceso de selección de candidatos y genera burocracia innecesaria.
El aspecto más revolucionario es en materia impositiva. La ley de 1995 establecía el pago de impuestos sobre utilidades, gestión de la fuerza de trabajo, aranceles y derechos aduanales, posesión de vehículos, solicitud de documentos, y hasta un total de siete diferentes impuestos más otras obligaciones.
El presente proyecto de Ley exime a las empresas del pago del impuesto sobre las utilidades durante los primeros ocho años a partir de su constitución. En aquellos casos en que la utilidades se reinviertan en el país, también estarán exentas de tributo. El impuesto sobre las ventas cuenta con una bonificación del cincuenta por ciento en el tipo impositivo pero además no tendrá que ser abonado durante el primer año de operación de la empresa, lo mismo ocurre con el impuesto sobre los servicios.
El impuesto sobre las utilidades se fija en un quince por ciento sobre el neto de las mismas y se eximen por completo las tributaciones sobre los ingresos personales y la utilización de la fuerza de trabajo. Como ventajas adicionales, durante el período de amortización o durante el proceso inversionista el empresario no tributará por aranceles aduaneros ni tendrá que aportar la contribución territorial para el desarrollo local.
El texto que se discute es coherente con la voluntad de cambios y las modificaciones paulatinas que tienen lugar en la economía de acuerdo con la actualización de su modelo. Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aconsejan revisar y adecuar el marco legal para ajustarlo a esos cambios. En este sentido se eliminan del texto del 95 toda referencia a las llamadas “Zonas Francas” y se enfatiza en espacios habilitados como “Zona Especial de Desarrollo”.
Por supuesto que está en la mira de la disposición la recién inaugurada Zona Especial de Desarrollo del Mariel, por la que ya numerosos inversores, especialmente de Brasil han mostrado interés. Estas zonas, con incentivos específicos se podrían convertir en fuente de empleo y recursos para la población y en proyectos lucrativos y atractivos para posibles empresarios.
Pero el proyecto de Ley va mucho más allá. El texto que se discute establece claramente que la prioridad es estabilizar la inversión extranjera lo que se hace garantizando su permanencia, protegiendo su capital y eliminando impuestos innecesarios. Todo el aparato impositivo previo queda desmantelado y las ventajas que se ofrecen propician un espacio ideal para la inversión así como aceleraría la amortización de la misma.
La futura Ley no limita la inversión por nacionalidad, lo que define es la procedencia del capital. Se permite la participación de cubanos residentes en el exterior, como personas naturales y jurídicas lo que lamentablemente no sucede para los naturales cubanos residentes en la Isla.
Evidentemente se enfoca hacia la macroeconomía nacional, favoreciendo las inversiones en zonas de desarrollo y actividades que redunden en beneficios sustanciosos para ambas partes. Hubiera sido interesante que tomara en cuenta el sector no estatal del cual ya se benefician más de 400 000 cubanos y que es, sin dudas, el segmento laboral con más crecimiento en los últimos años. La posibilidad de participación de empresas no estatales, o incluso de asociaciones con capital individual legal que resida en la Isla es un punto negativo en el texto que se propone.
Del mismo modo en una de sus disposiciones transitorias aún habla de que para proceder a los pagos en pesos cubanos deben obtenerse previamente dichas cantidades con pesos convertibles. No obstante, y como una prueba más de que hay un enfoque sistémico en las reformas y una explicita voluntad de dotar de legalidad a las mismas, la propuesta de ley establece que esto sólo mantendrá su “vigencia hasta que se disponga en el país la unificación monetaria” Otro elemento que, a los ojos de analistas, genera confianza en la irreversibilidad de los cambios.
No se especifica en el texto la posible participación en cooperativa, ni estatales ni privadas, pero tampoco se niega. En derecho lo que la ley no prohíbe está implícitamente permitido. Esperemos que el reglamento a aprobar sea más específico en cuanto a aspectos puntuales que en la futura Ley son demasiado generales.
La futura Ley es un texto que permite ser optimistas. No está signado por un deseo eminentemente lucrativo, evidente en la Ley 77 de 1995 aún vigente. Esta Ley se escribe para el futuro, para garantizar a la inversión extranjera como parte de una economía en desarrollo. Las garantías que ofrece y las ventajas impositivas son altamente tentadoras y están abiertas las posibilidades en prácticamente todos los ámbitos económicos.
Cuba se ajusta a una dinámica cada vez más cercana a la lógica de un país en desarrollo. La necesidad de la inversión extranjera no sólo supone la inyección de divisas a su economía, es fuente, además, de empleo, desarrollo profesional, acceso a nuevas tecnologías y mercados, y es, de hecho, motor impulsor de cambios sociales.
No obstante, este esfuerzo está limitado por leyes extraterritoriales vigentes en los Estados Unidos y que afectan directamente a futuros inversores. Ante la voluntad del gobierno cubano de abrir espacios de colaboración está la terquedad de un embargo injusto. Esas leyes impiden a ciudadanos norteamericanos invertir en Cuba, incluso si éstos son de origen cubano. Estados Unidos, por su cercanía y los lazos históricos con la Nación cubana está llamado a ser el inversor lógico por excelencia. El embargo también actúa, ahora más que nunca, en contra de los intereses de los propios empresarios norteamericanos.
Algunas de las ideas aquí esbozadas podrán cambiar en la versión final, pero nada nos impide afirmar que desde el próximo sábado Cuba contará con una Ley que la sitúa más cerca del mundo y que forma parte de una voluntad real de cambio y consolidación de su proyecto socio económico. Un paso más hacia el futuro.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.diariodecuba.com/cuba/1395934967_7846.html
Analista: Nada en la nueva Ley de Inversiones indica que los emigrados podrán hacer negocios en la Isla
En cuanto a los empresarios extranjeros, el Gobierno cubano 'tiene una importante brecha de credibilidad que superar', advierte un diplomático.
Nada en el adelanto dado a conocer de la nueva Ley de Inversiones del régimen garantiza que los cubanos residentes en el exterior podrán hacer negocios en la Isla, advirtió el economista cubano exiliado Elías Amor en declaraciones a DIARIO DE CUBA, después de que varios medios de prensa interpretaran una supuesta apertura a los emigrados en el texto que aprobará el sábado la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se trata de "un revuelo interesado", iniciado por publicaciones afines al Gobierno cubano, consideró Amor, residente en España.
Detalles del contenido de la ley difundidos por medios de prensa oficiales y publicaciones simpatizantes de La Habana indican que el origen del "revuelo" estaría en la definición ambigua que las autoridades de la Isla hacen en el nuevo texto de inversionista foráneo: una "persona natural o jurídica, con domicilio y capital en el extranjero, que participe como accionista en una empresa mixta o participe en una empresa de capital totalmente extranjero, o figure como parte de un contrato de asociación económica internacional".
Sin embargo, la descripción es casi la misma que aparece en la ley vigente: "persona natural o jurídica, con domicilio en el extranjero y capital extranjero, que se convierte en accionista de una empresa mixta, o participa en una empresa de capital totalmente extranjero, o que figura como parte en los contratos de asociación económica internacional".
Tanto el texto que será aprobado como el vigente permiten "en teoría" que un cubano que haya adquirido, por ejemplo, la nacionalidad canadiense, pueda invertir en la Isla como extranjero, señaló Amor.
"Ahora, como la autorización la dan ellos (las autoridades), se reservan la posibilidad de decidir si la inversión les interesa o no", advirtió.
"Cuando ellos se enteran de que hay un cubano de origen detrás de un proyecto de inversión, lo cancelan inmediatamente. Es como una medida represiva", dijo.
Una de las primeras publicaciones en proclamar que con la nueva ley los emigrados cubanos podrán invertir en la Isla fue la revista OnCuba —con representación en La Habana—, editada por el empresario cubanoamericano Hugo Cancio. Le siguieron otras como la procastrista Progreso Semanal.
"¿Quién mejor que los cubanos que viven en el extranjero para invertir en su país?, preguntó Cancio en su cuenta en Twitter. "¿Quién lo haría con más entusiasmo y afán?".
Pero, en este aspecto, "no hay cambio ninguno" en la nueva ley, insistió Elías Amor.
En cuanto a los cubanos que residen en la Isla, el texto que aprobará la Asamblea Nacional excluye explícitamente la posibilidad de que puedan realizar inversiones como personas naturales, lo que afectaría a los cuentapropistas.
Como "inversionista nacional" define solo a una "persona jurídica de nacionalidad cubana, con domicilio en el territorio nacional, que participa como accionista en una empresa mixta, o sea parte, en un contrato de asociación económica internacional". En este caso, según interpretó el diario oficial Juventud Rebelde, se verían beneficiadas las cooperativas, agrícolas o no.
'Brecha de credibilidad'
Otros analistas se mostraron este miércoles escépticos sobre el supuesto "cambio de actitud" hacia el capital extranjero que intentaría mostrar el Gobierno de Raúl Castro con su nueva Ley de Inversiones.
El Gobierno cubano "tiene una importante brecha de credibilidad que superar con los inversores", advirtió Paul Hare, exembajador británico en La Habana y ahora profesor en la Universidad de Boston, citado por la agencia Reuters.
Según el adelanto dado a conocer, la nueva ley reduce a la mitad el impuesto sobre los beneficios que deben pagar los inversores, excepto en el caso de la explotación de recursos naturales, y elimina el impuesto sobre la utilización de la fuerza de trabajo para varias formas de emprendimiento.
Asimismo, promete "plena protección y seguridad jurídica", aunque mantiene que las inversiones podrán ser expropiadas "por motivos de utilidad pública o interés social", como establece la ley vigente, y que los trabajadores cubanos deberán ser contratados a través de una agencia empleadora estatal.
"Los inversores quieren pruebas, no solo la legislación, de que Cuba esté dispuesta a permitir que ganen dinero" y poder "contratar a los cubanos que seleccionen", dijo Hare. También necesitan seguridad de que el Gobierno no va a "mover la portería cuando el éxito parezca ser demasiado gratificante", agregó.
"El impacto de la política se conocerá una vez que Cuba inicie la negociación de acuerdos con socios potenciales, pero los incentivos y la flexibilidad de la nueva ley parece estar diseñado para atraer el capital necesario para levantar la economía y hacer que las reformas tengan éxito", opinó por su parte Phil Peters, que dirige en Virginia un centro de investigación sobre Cuba.
"La agricultura, el azúcar y las energías renovables son los sectores clave para ver signos de una nueva actitud hacia la inversión extranjera", agregó.
En la nueva ley, el Gobierno mantendrá fuera del alcance de los empresarios extranjeros los servicios de salud y educación, y las instituciones armadas, salvo el sistema empresarial de estas últimas.
"A ellos les interesa que se invierta en el turismo, la minería y la biotecnología (…) Al margen de eso, no hay muchas más actividades en Cuba que puedan ser interesantes para la inversión extranjera", consideró Elías Amor.
Señaló que de las modalidades de inversión, el Gobierno excluye, por ejemplo, fórmulas como las franquicias, utilizadas por cadenas de restaurantes y moda, entre otros.
"Es un marco muy restrictivo (…) y que no supone ninguna ventaja para los cubanos", advirtió.
En los últimos días funcionarios del Gobierno han dejado claro que en la nueva ley no habrá "concesiones ni retrocesos" en cuanto al rumbo socialista.
Analista: Nada en la nueva Ley de Inversiones indica que los emigrados podrán hacer negocios en la Isla
En cuanto a los empresarios extranjeros, el Gobierno cubano 'tiene una importante brecha de credibilidad que superar', advierte un diplomático.
Nada en el adelanto dado a conocer de la nueva Ley de Inversiones del régimen garantiza que los cubanos residentes en el exterior podrán hacer negocios en la Isla, advirtió el economista cubano exiliado Elías Amor en declaraciones a DIARIO DE CUBA, después de que varios medios de prensa interpretaran una supuesta apertura a los emigrados en el texto que aprobará el sábado la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se trata de "un revuelo interesado", iniciado por publicaciones afines al Gobierno cubano, consideró Amor, residente en España.
Detalles del contenido de la ley difundidos por medios de prensa oficiales y publicaciones simpatizantes de La Habana indican que el origen del "revuelo" estaría en la definición ambigua que las autoridades de la Isla hacen en el nuevo texto de inversionista foráneo: una "persona natural o jurídica, con domicilio y capital en el extranjero, que participe como accionista en una empresa mixta o participe en una empresa de capital totalmente extranjero, o figure como parte de un contrato de asociación económica internacional".
Sin embargo, la descripción es casi la misma que aparece en la ley vigente: "persona natural o jurídica, con domicilio en el extranjero y capital extranjero, que se convierte en accionista de una empresa mixta, o participa en una empresa de capital totalmente extranjero, o que figura como parte en los contratos de asociación económica internacional".
Tanto el texto que será aprobado como el vigente permiten "en teoría" que un cubano que haya adquirido, por ejemplo, la nacionalidad canadiense, pueda invertir en la Isla como extranjero, señaló Amor.
"Ahora, como la autorización la dan ellos (las autoridades), se reservan la posibilidad de decidir si la inversión les interesa o no", advirtió.
"Cuando ellos se enteran de que hay un cubano de origen detrás de un proyecto de inversión, lo cancelan inmediatamente. Es como una medida represiva", dijo.
Una de las primeras publicaciones en proclamar que con la nueva ley los emigrados cubanos podrán invertir en la Isla fue la revista OnCuba —con representación en La Habana—, editada por el empresario cubanoamericano Hugo Cancio. Le siguieron otras como la procastrista Progreso Semanal.
"¿Quién mejor que los cubanos que viven en el extranjero para invertir en su país?, preguntó Cancio en su cuenta en Twitter. "¿Quién lo haría con más entusiasmo y afán?".
Pero, en este aspecto, "no hay cambio ninguno" en la nueva ley, insistió Elías Amor.
En cuanto a los cubanos que residen en la Isla, el texto que aprobará la Asamblea Nacional excluye explícitamente la posibilidad de que puedan realizar inversiones como personas naturales, lo que afectaría a los cuentapropistas.
Como "inversionista nacional" define solo a una "persona jurídica de nacionalidad cubana, con domicilio en el territorio nacional, que participa como accionista en una empresa mixta, o sea parte, en un contrato de asociación económica internacional". En este caso, según interpretó el diario oficial Juventud Rebelde, se verían beneficiadas las cooperativas, agrícolas o no.
'Brecha de credibilidad'
Otros analistas se mostraron este miércoles escépticos sobre el supuesto "cambio de actitud" hacia el capital extranjero que intentaría mostrar el Gobierno de Raúl Castro con su nueva Ley de Inversiones.
El Gobierno cubano "tiene una importante brecha de credibilidad que superar con los inversores", advirtió Paul Hare, exembajador británico en La Habana y ahora profesor en la Universidad de Boston, citado por la agencia Reuters.
Según el adelanto dado a conocer, la nueva ley reduce a la mitad el impuesto sobre los beneficios que deben pagar los inversores, excepto en el caso de la explotación de recursos naturales, y elimina el impuesto sobre la utilización de la fuerza de trabajo para varias formas de emprendimiento.
Asimismo, promete "plena protección y seguridad jurídica", aunque mantiene que las inversiones podrán ser expropiadas "por motivos de utilidad pública o interés social", como establece la ley vigente, y que los trabajadores cubanos deberán ser contratados a través de una agencia empleadora estatal.
"Los inversores quieren pruebas, no solo la legislación, de que Cuba esté dispuesta a permitir que ganen dinero" y poder "contratar a los cubanos que seleccionen", dijo Hare. También necesitan seguridad de que el Gobierno no va a "mover la portería cuando el éxito parezca ser demasiado gratificante", agregó.
"El impacto de la política se conocerá una vez que Cuba inicie la negociación de acuerdos con socios potenciales, pero los incentivos y la flexibilidad de la nueva ley parece estar diseñado para atraer el capital necesario para levantar la economía y hacer que las reformas tengan éxito", opinó por su parte Phil Peters, que dirige en Virginia un centro de investigación sobre Cuba.
"La agricultura, el azúcar y las energías renovables son los sectores clave para ver signos de una nueva actitud hacia la inversión extranjera", agregó.
En la nueva ley, el Gobierno mantendrá fuera del alcance de los empresarios extranjeros los servicios de salud y educación, y las instituciones armadas, salvo el sistema empresarial de estas últimas.
"A ellos les interesa que se invierta en el turismo, la minería y la biotecnología (…) Al margen de eso, no hay muchas más actividades en Cuba que puedan ser interesantes para la inversión extranjera", consideró Elías Amor.
Señaló que de las modalidades de inversión, el Gobierno excluye, por ejemplo, fórmulas como las franquicias, utilizadas por cadenas de restaurantes y moda, entre otros.
"Es un marco muy restrictivo (…) y que no supone ninguna ventaja para los cubanos", advirtió.
En los últimos días funcionarios del Gobierno han dejado claro que en la nueva ley no habrá "concesiones ni retrocesos" en cuanto al rumbo socialista.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Nuova Legge sugli investimenti stranieri
La via delle riforme economiche, avviata ormai cinque anni fa a Cuba da Raúl Castro, prosegue. Il Parlamento dell'isola ha approvato la nuova legge sugli investimenti stranieri che, nelle speranze del regime, dovrà contribuire ad attirare nuovi capitali internazionali nel povero mercato locale. Il primo obiettivo della nuova legge è dare fiducia e garanzie giuridiche a chi vorrà investire nell'apertura economica cubana. Il secondo favorire il contesto di nuove relazioni commerciali che Raúl vuole consolidare soprattutto con il Brasile e con l'Europa. Il terzo obiettivo, il più importante in prospettiva, è quello di affidarsi agli investimenti stranieri per accendere il motore dello sviluppo. Cuba ha bisogno di capitali per acquistare nuove tecnologie ma soprattutto per garantire un livello sufficiente di produzione di generi alimentari che oggi è costretta ad importare dopo anni di "collettivizzazione" nelle campagne e di fallimentari "piani quinquennali" di sovietica memoria.
Nel dettaglio la nuova legge offre, insieme alle garanzie giuridiche sugli investimenti (spesso sottomessi alle bizzose volontà dell'ex leader maximo), notevoli benifici fiscali e sconti sulle tasse di eventuali profitti, oltre a eliminare faticosi ostacoli burocratici all'importazione ed esportazione di macchinari per l'industria. Una novità molto attesa che dovrebbe essere confermata nel testo finale è anche il via libera agli investimenti diretti dei cubani che risiedono all'estero, che fino ad oggi erano rigorosamente proibiti. Norma che è una scommessa sul futuro. La maggior parte dei cubani in esilio che hanno lasciato l'isola nei 55 anni di regime castrista vivono a Miami, in Spagna e in Messico. Per l'embargo unilaterale americano che vige dal 1961 la vasta comunità di esuli di Miami (fra 800mila e un milione di anime) non potrà investire, almeno in forma diretta, nell'isola ma è da lì che in un futuro, forse non lontanissimo, potranno arrivare capitali sostanziosi.
L'unica cosa che non cambia rispetto alla legge sugli investimenti varata vent'anni da Fidel Castro è la relazione di lavoro. Le aziende straniere che arriveranno sull'isola non potranno assumere dipendenti direttamente ma solo attraverso la preposta agenzia statale che avrà il potere di filtrare le assunzioni. Oggi la legge sulle imprese in joint venture varata nel 1995 ha dimostrato tutta la sua inutilità: da oltre 400 nel 2002, le aziende miste si sono ridotte della metà negli ultimi dieci anni. E la sua riforma è diventata indispensabile. Da poco più di cinque mesi a Cuba c'è già un'area economica speciale, un progetto pilota di apertura al mercato. E' il porto del Mariel, dove il Brasile ha investito per i lavori di ampliamento quasi mille milioni di dollari (750 milioni di euro). Mentre nuovi progetti arriveranno grazie all'eliminazione delle sanzioni anti-regime dell'Unione europea.
La nuova legge sugli investimenti stranieri a Cuba apre all'ingresso di capitali in tutti i settori, tranne nella Sanità, nell'Istruzione e nelle Forze armate. Nessun segnale invece su riforme politiche come chiarito più volte anche dal vicepresidente cubano Marino Murrillo: "A Cuba non ci saranno riforme politiche. Noi stiamo solo parlando di una attualizzazione del modello economico che renda sostenibile il nostro socialismo".
Nel dettaglio la nuova legge offre, insieme alle garanzie giuridiche sugli investimenti (spesso sottomessi alle bizzose volontà dell'ex leader maximo), notevoli benifici fiscali e sconti sulle tasse di eventuali profitti, oltre a eliminare faticosi ostacoli burocratici all'importazione ed esportazione di macchinari per l'industria. Una novità molto attesa che dovrebbe essere confermata nel testo finale è anche il via libera agli investimenti diretti dei cubani che risiedono all'estero, che fino ad oggi erano rigorosamente proibiti. Norma che è una scommessa sul futuro. La maggior parte dei cubani in esilio che hanno lasciato l'isola nei 55 anni di regime castrista vivono a Miami, in Spagna e in Messico. Per l'embargo unilaterale americano che vige dal 1961 la vasta comunità di esuli di Miami (fra 800mila e un milione di anime) non potrà investire, almeno in forma diretta, nell'isola ma è da lì che in un futuro, forse non lontanissimo, potranno arrivare capitali sostanziosi.
L'unica cosa che non cambia rispetto alla legge sugli investimenti varata vent'anni da Fidel Castro è la relazione di lavoro. Le aziende straniere che arriveranno sull'isola non potranno assumere dipendenti direttamente ma solo attraverso la preposta agenzia statale che avrà il potere di filtrare le assunzioni. Oggi la legge sulle imprese in joint venture varata nel 1995 ha dimostrato tutta la sua inutilità: da oltre 400 nel 2002, le aziende miste si sono ridotte della metà negli ultimi dieci anni. E la sua riforma è diventata indispensabile. Da poco più di cinque mesi a Cuba c'è già un'area economica speciale, un progetto pilota di apertura al mercato. E' il porto del Mariel, dove il Brasile ha investito per i lavori di ampliamento quasi mille milioni di dollari (750 milioni di euro). Mentre nuovi progetti arriveranno grazie all'eliminazione delle sanzioni anti-regime dell'Unione europea.
La nuova legge sugli investimenti stranieri a Cuba apre all'ingresso di capitali in tutti i settori, tranne nella Sanità, nell'Istruzione e nelle Forze armate. Nessun segnale invece su riforme politiche come chiarito più volte anche dal vicepresidente cubano Marino Murrillo: "A Cuba non ci saranno riforme politiche. Noi stiamo solo parlando di una attualizzazione del modello economico che renda sostenibile il nostro socialismo".
albertico- Messaggi : 3204
Data d'iscrizione : 04.11.12
Località : Vicenza
Carattere : Allergico alle richieste di ayudas y di ricariche singole doppie o triple
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.oncubamagazine.com/economia-negocios/cuba-ley-de-inversion-extranjera-reformas-y-sector-turistico/
Cuba: Ley de Inversión Extranjera, reformas y sector turístico
Detrás de esta nueva normativa se esconde la necesidad apremiante de inyectar capitales a la economía cubana con el objetivo de generar ciclos de crecimiento virtuosos. Especialistas y fuentes gubernamentales han insistido en el imperativo de lograr entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa (IED) para lograr la meta de un crecimiento anual del 7%. Sin embargo, economistas calculan que la IED en Cuba ronda hoy apenas unos pocos cientos de millones de dólares y que la economía debe crecer solo un 2,2%.
La normativa de 1995 focalizaba la IED sobre sectores muy selectos de la economía nacional -industria ligera, turismo, telecomunicaciones, etc.-, los cuales funcionaban como sectores amurallados, sin lograr encadenamientos económicos al interior y al exterior del país. Además, en las estructuras políticas primaba una mentalidad negativa hacia la IED, pues era percibida como “un mal necesario”.
El Gobierno cubano, con la nueva normativa, busca incorporar la IED como un componente estructural de la economía. Exceptuando las ramas de educación, salud y defensa, el resto de las áreas de la economía estarán abiertas a inversiones externas. A diferencia de 1995, ahora se podrá invertir en agricultura, infraestructura, azúcar, níquel, la renovación de edificios y en negocios de bienes raíces. Como incentivos, la nueva ley recorta a la mitad los impuestos sobre las utilidades, elimina el impuesto sobre el uso de mano de obra y ofrece una moratoria de ocho años para empezar a tributar sobre las ganancias. Igualmente, garantiza la libre transferencia al exterior de las utilidades en moneda libremente convertible y da la posibilidad a los inversores de disponer de sus acciones a favor del Estado cubano o de terceros, siempre que estos resulten aprobados por el Gobierno de la Isla.
Sin embargo, quedan en pie “cuellos de botella” que no dan solución a problemáticas presentes desde 1995. Si bien los emigrados cubanos pueden legalmente invertir en el país (ambas legislaciones lo refrendan: 1995 y 2014) todo parece indicar que no se promoverá gubernamentalmente. Otro asunto peliagudo es el referido a la contratación y pago de la fuerza de trabajo, que seguirá siendo mediante un agente externo que cumplimentará ambas funciones. No se permitirá pagar de manera directa a la fuerza de trabajo. Otro agravante de la nueva Ley es que prohíbe la IED en el floreciente sector privado de la Isla, el cual queda limitado de generar crecimiento y encadenamientos económicos con el sector estatal y a nivel internacional.
Aunque el sector turístico no fue mencionado durante el período extraordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, la inversión extranjera ha constituido punto fundamental para desarrollar infraestructuras y estimular el flujo de viajeros hacia la Isla. Los capitales externos han logrado dotar de un fuerte dinamismo al sector turístico cubano en los últimos 20 años.
Hace apenas cuatro meses, José Reinaldo Daniel, director de negocios del Ministerio de Turismo (Mintur), comentó a la prensa que la inversión extranjera es clave para poder desarrollar la capacidad hotelera del país. Desde el Mintur se ha insistido en las oportunidades de negocios para crear empresas mixtas dedicadas a la construcción y operación de hoteles, desarrollo inmobiliario asociado a campos de golf, contratos de administración y comercialización, además de franquicias en el exterior.
En aquel entonces, diciembre de 2013, el directivo apuntó la disposición del Mintur de examinar intereses de inversión foránea en áreas que aún no están explotadas. Dijo que se busca inversión para la zona sur de las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus (en la colonial ciudad de Trinidad), el norte de Camagüey (playa de Santa Lucía), Las Tunas y Holguín. Especificó que la modificación del Código Civil cubano permite el derecho de superficie por 99 años y a perpetuidad, lo que permite plenas garantías a los extranjeros que compren propiedades.
Cuba cuenta con 60.500 habitaciones hoteleras y para 2020 las autoridades prevén llegar a los 85.000. Los principales polos tendrán un destaque particular, como el balneario de Varadero (en el rango del 31% de todas las habitaciones), además de realce en La Habana, norte de Villa Clara, Jardines del Rey y Holguín. Cuba opera tres terminales de cruceros, siete marinas y 10 aeropuertos internacionales.
Como administración hotelera existen 62 contratos firmados con 17 gerencias extranjeras, de las que 13 son españolas, una canadiense, una jamaicana, otra portuguesa y una francesa, que abarcan 31.277 habitaciones. Al concluir 2013 se firmaron cinco nuevos convenios y la entrada de dos cadenas en planes de administración compartida de hoteles, incluida la NH que había salido de Cuba y regresó para operar el Hotel Capri, recién reinaugurado. Todo parece indicar que, lejos de aminorarla, la nueva normativa potenciará la IED a gran escala en el sector turístico nacional.
Cuba: Ley de Inversión Extranjera, reformas y sector turístico
Detrás de esta nueva normativa se esconde la necesidad apremiante de inyectar capitales a la economía cubana con el objetivo de generar ciclos de crecimiento virtuosos. Especialistas y fuentes gubernamentales han insistido en el imperativo de lograr entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa (IED) para lograr la meta de un crecimiento anual del 7%. Sin embargo, economistas calculan que la IED en Cuba ronda hoy apenas unos pocos cientos de millones de dólares y que la economía debe crecer solo un 2,2%.
La normativa de 1995 focalizaba la IED sobre sectores muy selectos de la economía nacional -industria ligera, turismo, telecomunicaciones, etc.-, los cuales funcionaban como sectores amurallados, sin lograr encadenamientos económicos al interior y al exterior del país. Además, en las estructuras políticas primaba una mentalidad negativa hacia la IED, pues era percibida como “un mal necesario”.
El Gobierno cubano, con la nueva normativa, busca incorporar la IED como un componente estructural de la economía. Exceptuando las ramas de educación, salud y defensa, el resto de las áreas de la economía estarán abiertas a inversiones externas. A diferencia de 1995, ahora se podrá invertir en agricultura, infraestructura, azúcar, níquel, la renovación de edificios y en negocios de bienes raíces. Como incentivos, la nueva ley recorta a la mitad los impuestos sobre las utilidades, elimina el impuesto sobre el uso de mano de obra y ofrece una moratoria de ocho años para empezar a tributar sobre las ganancias. Igualmente, garantiza la libre transferencia al exterior de las utilidades en moneda libremente convertible y da la posibilidad a los inversores de disponer de sus acciones a favor del Estado cubano o de terceros, siempre que estos resulten aprobados por el Gobierno de la Isla.
Sin embargo, quedan en pie “cuellos de botella” que no dan solución a problemáticas presentes desde 1995. Si bien los emigrados cubanos pueden legalmente invertir en el país (ambas legislaciones lo refrendan: 1995 y 2014) todo parece indicar que no se promoverá gubernamentalmente. Otro asunto peliagudo es el referido a la contratación y pago de la fuerza de trabajo, que seguirá siendo mediante un agente externo que cumplimentará ambas funciones. No se permitirá pagar de manera directa a la fuerza de trabajo. Otro agravante de la nueva Ley es que prohíbe la IED en el floreciente sector privado de la Isla, el cual queda limitado de generar crecimiento y encadenamientos económicos con el sector estatal y a nivel internacional.
Aunque el sector turístico no fue mencionado durante el período extraordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, la inversión extranjera ha constituido punto fundamental para desarrollar infraestructuras y estimular el flujo de viajeros hacia la Isla. Los capitales externos han logrado dotar de un fuerte dinamismo al sector turístico cubano en los últimos 20 años.
Hace apenas cuatro meses, José Reinaldo Daniel, director de negocios del Ministerio de Turismo (Mintur), comentó a la prensa que la inversión extranjera es clave para poder desarrollar la capacidad hotelera del país. Desde el Mintur se ha insistido en las oportunidades de negocios para crear empresas mixtas dedicadas a la construcción y operación de hoteles, desarrollo inmobiliario asociado a campos de golf, contratos de administración y comercialización, además de franquicias en el exterior.
En aquel entonces, diciembre de 2013, el directivo apuntó la disposición del Mintur de examinar intereses de inversión foránea en áreas que aún no están explotadas. Dijo que se busca inversión para la zona sur de las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus (en la colonial ciudad de Trinidad), el norte de Camagüey (playa de Santa Lucía), Las Tunas y Holguín. Especificó que la modificación del Código Civil cubano permite el derecho de superficie por 99 años y a perpetuidad, lo que permite plenas garantías a los extranjeros que compren propiedades.
Cuba cuenta con 60.500 habitaciones hoteleras y para 2020 las autoridades prevén llegar a los 85.000. Los principales polos tendrán un destaque particular, como el balneario de Varadero (en el rango del 31% de todas las habitaciones), además de realce en La Habana, norte de Villa Clara, Jardines del Rey y Holguín. Cuba opera tres terminales de cruceros, siete marinas y 10 aeropuertos internacionales.
Como administración hotelera existen 62 contratos firmados con 17 gerencias extranjeras, de las que 13 son españolas, una canadiense, una jamaicana, otra portuguesa y una francesa, que abarcan 31.277 habitaciones. Al concluir 2013 se firmaron cinco nuevos convenios y la entrada de dos cadenas en planes de administración compartida de hoteles, incluida la NH que había salido de Cuba y regresó para operar el Hotel Capri, recién reinaugurado. Todo parece indicar que, lejos de aminorarla, la nueva normativa potenciará la IED a gran escala en el sector turístico nacional.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.martinoticias.com/content/ley-cuba-inversionistas/33651.html
Cuentapropistas excluidos de nueva Ley de Inversiones en Cuba
La ley aprobada por el Parlamento para sacar adelante la estancada economía cubana, ha sido criticada porque no permite a los inversionistas asociarse con los negocios privados de los nacionales.
Los negocios privados cubanos fueron excluidos de la nueva Ley de Inversión Extranjera porque carecen de los capitales que requieren los grandes proyectos económicos, informó el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
"La inversión extranjera responde precisamente a la necesidad de atraer capital del exterior. Ni las empresas estatales ni los cubanos que aquí residimos contamos con los recursos suficientes para lograr el crecimiento de la economía", dijo un responsable del Ministerio a internautas que participaron en un foro en línea el martes, organizado por el portal oficialista Cubadebate.
La ley aprobada el sábado por el Parlamento, que busca atraer capitales para sacar adelante la estancada economía cubana, ha sido criticada porque no permite a los inversionistas asociarse con los negocios privados que han florecido en la isla al amparo de las reformas del general Raúl Castro, pero autoriza la inversión de cubanos que viven en el exterior y que no sean críticos del sistema.
Dos responsables del Ministerio participaron en el diálogo con internautas, pero el sitio Cubadebate no aclaró cuál respondió cada pregunta: Déborah Rivas, directora general de Inversión, y Armando Cuba, asesor jurídico.
La nueva ley, que entrará en vigor en tres meses, autoriza inversiones en 11 sectores de la economía que el gobierno comunista considera prioritarios.
La norma reconoce como potencial inversionista a una persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero -lo que abre las puertas a los cubanos emigrados-, que pueden asociarse únicamente con empresas estatales y cooperativas cubanas.
Ante una pregunta, los funcionarios aclararon que los extranjeros no podrán invertir en medios de comunicación social.
"Nuestra Constitución establece en su Artículo 53 que los medios de difusión masiva son de propiedad estatal social y en ningún caso de propiedad privada", dijo uno de los funcionarios.
Cuentapropistas excluidos de nueva Ley de Inversiones en Cuba
La ley aprobada por el Parlamento para sacar adelante la estancada economía cubana, ha sido criticada porque no permite a los inversionistas asociarse con los negocios privados de los nacionales.
Los negocios privados cubanos fueron excluidos de la nueva Ley de Inversión Extranjera porque carecen de los capitales que requieren los grandes proyectos económicos, informó el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
"La inversión extranjera responde precisamente a la necesidad de atraer capital del exterior. Ni las empresas estatales ni los cubanos que aquí residimos contamos con los recursos suficientes para lograr el crecimiento de la economía", dijo un responsable del Ministerio a internautas que participaron en un foro en línea el martes, organizado por el portal oficialista Cubadebate.
La ley aprobada el sábado por el Parlamento, que busca atraer capitales para sacar adelante la estancada economía cubana, ha sido criticada porque no permite a los inversionistas asociarse con los negocios privados que han florecido en la isla al amparo de las reformas del general Raúl Castro, pero autoriza la inversión de cubanos que viven en el exterior y que no sean críticos del sistema.
Dos responsables del Ministerio participaron en el diálogo con internautas, pero el sitio Cubadebate no aclaró cuál respondió cada pregunta: Déborah Rivas, directora general de Inversión, y Armando Cuba, asesor jurídico.
La nueva ley, que entrará en vigor en tres meses, autoriza inversiones en 11 sectores de la economía que el gobierno comunista considera prioritarios.
La norma reconoce como potencial inversionista a una persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero -lo que abre las puertas a los cubanos emigrados-, que pueden asociarse únicamente con empresas estatales y cooperativas cubanas.
Ante una pregunta, los funcionarios aclararon que los extranjeros no podrán invertir en medios de comunicación social.
"Nuestra Constitución establece en su Artículo 53 que los medios de difusión masiva son de propiedad estatal social y en ningún caso de propiedad privada", dijo uno de los funcionarios.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.martinoticias.com/content/nueva-ley-de-inversiones-disgusta-a-peque%C3%B1os-negociantes-en-cuba/33623.html
Nueva Ley de Inversiones disgusta a pequeños negociantes en Cuba
Hay cubanos que han prosperado en los negocios privados y que pueden invertir en micro empresas de transporte, ventas de ropa y mercancías...
Una paradoja. En un elegante bar particular del Vedado, un extranjero le describía al dueño los pormenores de la Ley para las inversiones extranjeras aprobada por el Parlamento cubano el pasado 29 de marzo.
“¿Pero cómo es posible que no estés informado sobre esa ley?”-indagaba asombrado el forastero. “Por dos razones, una, que por higiene mental no leo la prensa oficial. Dos, que esta nueva ley no me trae ningún beneficio”, respondió el propietario.
Más o menos por esa cuerda andan las opiniones entre los cubanos dueños de pequeños negocios. Yoenis, propietario de tres autos y dos jeeps americanos de los años 50 que los alquila como taxis, sí leyó en Granma todo lo concerniente a la Ley de Inversiones Extranjeras.
“Es otra muestra del desprecio del gobierno hacia los cubanos que vivimos en la isla. Otro nuevo apartheid. Se sigue prohibiendo la participación del capital nacional en futuros negocios. Una estupidez colosal. Lo que hace que una nación se desarrolle son las pequeñas y medianas empresas. ¿Cuántos inversionistas foráneos vendrán a Cuba con 2 mil o 3 mil millones de dólares para invertir? Muy pocos. Sin embargo, hay cubanos que han prosperado en los negocios privados y que pueden invertir en micro empresas de transporte, ventas de ropa y mercancías. Si se nos autorizara a importar vehículos e insumos directamente del extranjero, muchos problemas económicos se resolverían a la vuelta de unos pocos meses”, dice Yoenis.
Habaneros como Yoenis, con pequeños negocios dedicados a la transportación, se encuentran en un limbo jurídico. Algunos tienen una flotilla de hasta 6 o 7 vehículos. Y le dan trabajo a un promedio de 15 personas, entre choferes y mecánicos.
Han demostrado una mayor y mejor gestión que las empresas estatales. “Fíjate, solo en La Habana ruedan alrededor de 10 mil ‘almendrones’ (carros viejos) fabricados hace más 60 años en Estados Unidos. Hace 6 años, el gobierno le compró 500 ómnibus articulados a China y por falta de piezas, hoy la mitad está parado. Un chofer de ómnibus urbano gana legalmente, sin robar el pasaje de la alcancía, entre 900 y 1,200 pesos mensuales. Yo trabajo 12 horas diarias para un señor que es dueño de cuatro autos y en un día malo gano 300 pesos. Trabajo 24 días y al mes como promedio obtengo entre 9,500 y 11 mil pesos. Compara las diferencias”, señala un taxista habanero.
Charles, dueño de un paladar, enciende un cigarrillo y progresivamente se va enfadando mientras disecciona la nueva ley de inversiones. “Además de racista y aislacionista con los cubanos, tiene agujeros que provocan dudas. ¿Por qué un empresario extranjero no puede contratar directamente al personal que trabajará en su negocio si es él quien pone el capital?”.
Luego de aplastar el cigarrillo en un cenicero, añade: “La respuesta es simple. Es para el gobierno darle empleo a sus partidarios y militares jubilados. Lo positivo es que rebajan las tasas de interés, lo hacen por pura necesidad económica. Tampoco abiertamente la nueva ley dice que los cubanos residentes en el exterior puedan invertir en Cuba. La otra ley, de 1995, decía lo mismo. Es verdad que lo que una ley no prohíbe es permitido, pero una comisión gubernamental es la que autoriza los negocios. Esta ley penaliza a un grupo de cuentapropistas, que no somos pocos, casi medio millón, que de una forma u otra hemos recuperado sectores como el gastronómico, de transporte o reparaciones menores donde el rol del Estado era altamente ineficiente”, acota Charles.
Silvio, economista jubilado, es más rotundo. “El régimen envía un mensaje claro al mundo. Por ahora, tendrán bajas tasas arancelarias y una serie de concesiones, debido al hundimiento de las finanzas y lo descapitalizada que se encuentra la economía local. Pero existe un doble rasero. Si de verdad hubiese voluntad de liberalizar la economía, las primeras medidas serían rebajar los excesivos impuestos que ahogan el trabajo por cuenta propia y enmendar, en los lineamiento económicos, el epígrafe donde se plantea que a los particulares se les debe fiscalizar, para que no acumulen grandes cantidades de dinero”.
Osniel, propietario de dos camiones dedicados al flete y transporte de pasajeros, asegura que “si se nos abriese la cancha de juego, contribuiríamos de una forma mucho más efectiva a resolver nudos gordianos como la producción agrícola y el transporte. Nuestra participación en esos dos sectores no entra en contradicción ni afecta al capital extranjero. Más bien se complementan”.
Héctor, campesino dueño de una finca en el centro de la isla, está convencido que la respuesta para despegar definitivamente la producción agrícola la tiene el gobierno en sus manos.
“Cuando se eliminen trabas como los centros estatales de acopio, al cual debemos venderles un alto por ciento de las cosechas a precios injustos, cuando los campesinos podamos comprar paquetes tecnológicos, insumos de trabajo, fertilizantes, tractores o solicitar préstamos, directamente en otros países, tú verás que el marabú desaparece y habrán tantos productos agrícolas que nos convertiríamos en exportadores. Todo pasa por cambiar las reglas del juego”.
Y en valorar la capacidad de sus ciudadanos para los negocios. Cuando en 1959 Fidel Castro llegó al poder, buena parte de la prosperidad económica e industrial de la República, estaba en manos de pequeños, medianos y grandes empresarios nacidos en Cuba o cubanos naturalizados.
Nueva Ley de Inversiones disgusta a pequeños negociantes en Cuba
Hay cubanos que han prosperado en los negocios privados y que pueden invertir en micro empresas de transporte, ventas de ropa y mercancías...
Una paradoja. En un elegante bar particular del Vedado, un extranjero le describía al dueño los pormenores de la Ley para las inversiones extranjeras aprobada por el Parlamento cubano el pasado 29 de marzo.
“¿Pero cómo es posible que no estés informado sobre esa ley?”-indagaba asombrado el forastero. “Por dos razones, una, que por higiene mental no leo la prensa oficial. Dos, que esta nueva ley no me trae ningún beneficio”, respondió el propietario.
Más o menos por esa cuerda andan las opiniones entre los cubanos dueños de pequeños negocios. Yoenis, propietario de tres autos y dos jeeps americanos de los años 50 que los alquila como taxis, sí leyó en Granma todo lo concerniente a la Ley de Inversiones Extranjeras.
“Es otra muestra del desprecio del gobierno hacia los cubanos que vivimos en la isla. Otro nuevo apartheid. Se sigue prohibiendo la participación del capital nacional en futuros negocios. Una estupidez colosal. Lo que hace que una nación se desarrolle son las pequeñas y medianas empresas. ¿Cuántos inversionistas foráneos vendrán a Cuba con 2 mil o 3 mil millones de dólares para invertir? Muy pocos. Sin embargo, hay cubanos que han prosperado en los negocios privados y que pueden invertir en micro empresas de transporte, ventas de ropa y mercancías. Si se nos autorizara a importar vehículos e insumos directamente del extranjero, muchos problemas económicos se resolverían a la vuelta de unos pocos meses”, dice Yoenis.
Habaneros como Yoenis, con pequeños negocios dedicados a la transportación, se encuentran en un limbo jurídico. Algunos tienen una flotilla de hasta 6 o 7 vehículos. Y le dan trabajo a un promedio de 15 personas, entre choferes y mecánicos.
Han demostrado una mayor y mejor gestión que las empresas estatales. “Fíjate, solo en La Habana ruedan alrededor de 10 mil ‘almendrones’ (carros viejos) fabricados hace más 60 años en Estados Unidos. Hace 6 años, el gobierno le compró 500 ómnibus articulados a China y por falta de piezas, hoy la mitad está parado. Un chofer de ómnibus urbano gana legalmente, sin robar el pasaje de la alcancía, entre 900 y 1,200 pesos mensuales. Yo trabajo 12 horas diarias para un señor que es dueño de cuatro autos y en un día malo gano 300 pesos. Trabajo 24 días y al mes como promedio obtengo entre 9,500 y 11 mil pesos. Compara las diferencias”, señala un taxista habanero.
Charles, dueño de un paladar, enciende un cigarrillo y progresivamente se va enfadando mientras disecciona la nueva ley de inversiones. “Además de racista y aislacionista con los cubanos, tiene agujeros que provocan dudas. ¿Por qué un empresario extranjero no puede contratar directamente al personal que trabajará en su negocio si es él quien pone el capital?”.
Luego de aplastar el cigarrillo en un cenicero, añade: “La respuesta es simple. Es para el gobierno darle empleo a sus partidarios y militares jubilados. Lo positivo es que rebajan las tasas de interés, lo hacen por pura necesidad económica. Tampoco abiertamente la nueva ley dice que los cubanos residentes en el exterior puedan invertir en Cuba. La otra ley, de 1995, decía lo mismo. Es verdad que lo que una ley no prohíbe es permitido, pero una comisión gubernamental es la que autoriza los negocios. Esta ley penaliza a un grupo de cuentapropistas, que no somos pocos, casi medio millón, que de una forma u otra hemos recuperado sectores como el gastronómico, de transporte o reparaciones menores donde el rol del Estado era altamente ineficiente”, acota Charles.
Silvio, economista jubilado, es más rotundo. “El régimen envía un mensaje claro al mundo. Por ahora, tendrán bajas tasas arancelarias y una serie de concesiones, debido al hundimiento de las finanzas y lo descapitalizada que se encuentra la economía local. Pero existe un doble rasero. Si de verdad hubiese voluntad de liberalizar la economía, las primeras medidas serían rebajar los excesivos impuestos que ahogan el trabajo por cuenta propia y enmendar, en los lineamiento económicos, el epígrafe donde se plantea que a los particulares se les debe fiscalizar, para que no acumulen grandes cantidades de dinero”.
Osniel, propietario de dos camiones dedicados al flete y transporte de pasajeros, asegura que “si se nos abriese la cancha de juego, contribuiríamos de una forma mucho más efectiva a resolver nudos gordianos como la producción agrícola y el transporte. Nuestra participación en esos dos sectores no entra en contradicción ni afecta al capital extranjero. Más bien se complementan”.
Héctor, campesino dueño de una finca en el centro de la isla, está convencido que la respuesta para despegar definitivamente la producción agrícola la tiene el gobierno en sus manos.
“Cuando se eliminen trabas como los centros estatales de acopio, al cual debemos venderles un alto por ciento de las cosechas a precios injustos, cuando los campesinos podamos comprar paquetes tecnológicos, insumos de trabajo, fertilizantes, tractores o solicitar préstamos, directamente en otros países, tú verás que el marabú desaparece y habrán tantos productos agrícolas que nos convertiríamos en exportadores. Todo pasa por cambiar las reglas del juego”.
Y en valorar la capacidad de sus ciudadanos para los negocios. Cuando en 1959 Fidel Castro llegó al poder, buena parte de la prosperidad económica e industrial de la República, estaba en manos de pequeños, medianos y grandes empresarios nacidos en Cuba o cubanos naturalizados.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.diariodecuba.com/cuba/1395929235_7843.html
Inversiones extranjeras: preguntas sin respuestas
Las nuevas regulaciones reflejan el enfrentamiento abierto y brutal entre los moderados renovadores y las posiciones más recalcitrantes del régimen. Y despiertan un montón de interrogantes.
En un artículo en Juventud Rebelde se dice textualmente, "la nueva Ley de la Inversión Extranjera no será una varita mágica. Y si lo fuera, más de un enemigo preferirá perder un ojo, un brazo, y hasta dos, por tal de romper el hechizo, o denigrarlo".
Es cierto. Subsisten numerosos problemas que tendrán que ser resueltos, porque una economía pequeña, aislada e ineficiente no puede obligar a los inversores extranjeros a que acepten, por imposición, un marco que es ajeno a la realidad de los movimientos de capital en el siglo XXI.
Lo cierto es que esta nueva Ley puede quedar en papel mojado antes de ver la luz porque las contradicciones se acumulan y plantean no pocos problemas de compleja solución dentro del entramado institucional del régimen castrista. Veamos algunas de estas cuestiones sin respuesta.
¿A qué precio se van a pagar los activos objeto de las inversiones? ¿Cómo se determina el valor de mercado de dichas adquisiciones cuando no existe un mecanismo institucional que permita realizar esa valoración en la economía castrista?
Y por la misma cuestión que antes, ¿a qué precio se van a pagar las eventuales ventas de las participaciones de los inversores extranjeros? ¿Quién comprará, y en qué condiciones, una desinversión?
¿Es suficiente el plazo de 8 años para la exención de los impuestos sobre los beneficios? ¿Por qué 8 años, y no 10 o 15? ¿Qué ocurrirá cuando los inversores extranjeros, por la razón que se trate, decidan marcharse antes de ese plazo? ¿Tendrán entonces que reintegrar los beneficios obtenidos o pagar algún tipo impositivo? ¿Cómo se resuelven estas cuestiones?
¿Qué sentido tiene que los beneficios de determinadas actividades como la explotación de recursos naturales, renovables o no, puedan recibir impuestos sobre utilidades, por decisión del Consejo de Ministros, con lo que ello supone de discrecionalidad? ¿Por qué unos sí, y otros no? ¿Qué lleva a que los foráneos queden exentos del gravoso impuesto sobre los ingresos personales y en cambio, a los inversionistas nacionales (que siempre serán personas jurídicas, dentro de lo que se incluye a las cooperativas —al parecer tanto agropecuarias como no agropecuarias) se les puede aplicar un tipo impositivo del 15% sobre la utilidad neta imponible? ¿Por qué esas diferencias entre extranjeros y nacionales?
¿Saben los inversores extranjeros que para sus proyectos en la Isla se deberá cumplir la legislación laboral y de seguridad social vigente en el país, con todo lo que ello supone? Si la empresa extranjera no encuentra personal cualificado en la agencia estatal autorizada por el Ministerio de Comercio Exterior (MINCEX), ¿cómo podrá reclutar los trabajadores que necesita para hacer viable su proyecto? Los trabajadores extranjeros que presten sus servicios en las empresas internacionales, ¿bajo qué legislación estarán contratados, la cubana o del país de procedencia?
Los pagos a los trabajadores se deberán realizar en moneda nacional, es decir, CUP. ¿Saben los inversores extranjeros el problema que supone en Cuba la búsqueda de moneda nacional, escasa y hasta cierto punto, limitada ante la eventual unificación que planean las autoridades sin fecha fija?
¿Por qué las inversiones extranjeras pueden ser autorizadas en todos los sectores, excepto en los servicios de salud y educación a la población y todas las instituciones armadas, salvo en sus sistemas empresariales? ¿A qué factores obedece este principio de reserva?
¿Saben los inversores extranjeros que solo podrán realizar sus proyectos en Cuba bajo fórmulas jurídicas preestablecidas por el régimen, es decir, empresa mixta, contrato de asociación económica internacional o empresa de capital totalmente extranjero, a lo que se añaden los "contratos de asociación económica internacional"? Fuera de esas modalidades, no es posible otro marco de relación, por ejemplo, las franquicias.
¿Son conscientes los inversores extranjeros en Cuba la plena protección y seguridad jurídica que se les pretende ofrecer es puro papel mojado? Es cierto que se afirma que las inversiones no podrán ser expropiadas, para añadir "salvo motivos de utilidad pública o interés social previamente declarados por el Consejo de Ministros".
¿Están los inversores en condiciones de aceptar esa discrecionalidad del régimen castrista en los mecanismos expropiatorios? Ni siquiera justificar la práctica confiscatoria en concordancia con la Constitución y los tratados internacionales suscritos al respecto por el país, otorga garantías suficientes, teniendo en cuenta el modo en que el régimen castrista cumple los tratados internacionales que suscribe, por ejemplo, en materia de derechos humanos.
En cuanto a la indemnización, "establecida por mutuo acuerdo, pagadera en moneda libremente convertible, y con un árbitro que satisfaga a ambas partes", conviene recordar que los expropiados de los años 60 y sus herederos continúan esperando el pago de sus propiedades.
¿Saben los inversores extranjeros que sus proyectos van a ser escrutados y calibrados al más mínimo detalle por burócratas de los distintos departamentos ministeriales? Así por ejemplo, el MINCEX someterá las propuestas de inversión que reciba al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que evaluará su conveniencia desde el punto de vista ambiental, la protección de la propiedad intelectual y las decisiones respectivas. ¿Son conscientes de los retrasos y tropiezos que este tipo de evaluaciones pueden acarrear sobre proyectos que, en ocasiones, buscan la oportunidad de la rapidez?
La conclusión que cabe extraer de lo expuesto es que el éxito de este programa de captación de inversiones extranjeras no va a dar muchos motivos de felicidad y puede acabar siendo un frente de conflicto en el régimen castrista, donde es evidente que existen posiciones muy enfrentadas respecto a la apertura de la economía al exterior.
Basta con echar un somero vistazo a las disposiciones para descubrir, una vez más, que esta nueva regulación de los movimientos de capital refleja el enfrentamiento abierto y brutal entre los moderados renovadores y las posiciones más recalcitrantes del régimen. No se van a encontrar jamás en un texto como este, que no es más que paños calientes para paliar una grave situación que se vislumbra ante la eventual pérdida de los apoyos de Venezuela.
El fracaso está anunciado.
Inversiones extranjeras: preguntas sin respuestas
Las nuevas regulaciones reflejan el enfrentamiento abierto y brutal entre los moderados renovadores y las posiciones más recalcitrantes del régimen. Y despiertan un montón de interrogantes.
En un artículo en Juventud Rebelde se dice textualmente, "la nueva Ley de la Inversión Extranjera no será una varita mágica. Y si lo fuera, más de un enemigo preferirá perder un ojo, un brazo, y hasta dos, por tal de romper el hechizo, o denigrarlo".
Es cierto. Subsisten numerosos problemas que tendrán que ser resueltos, porque una economía pequeña, aislada e ineficiente no puede obligar a los inversores extranjeros a que acepten, por imposición, un marco que es ajeno a la realidad de los movimientos de capital en el siglo XXI.
Lo cierto es que esta nueva Ley puede quedar en papel mojado antes de ver la luz porque las contradicciones se acumulan y plantean no pocos problemas de compleja solución dentro del entramado institucional del régimen castrista. Veamos algunas de estas cuestiones sin respuesta.
¿A qué precio se van a pagar los activos objeto de las inversiones? ¿Cómo se determina el valor de mercado de dichas adquisiciones cuando no existe un mecanismo institucional que permita realizar esa valoración en la economía castrista?
Y por la misma cuestión que antes, ¿a qué precio se van a pagar las eventuales ventas de las participaciones de los inversores extranjeros? ¿Quién comprará, y en qué condiciones, una desinversión?
¿Es suficiente el plazo de 8 años para la exención de los impuestos sobre los beneficios? ¿Por qué 8 años, y no 10 o 15? ¿Qué ocurrirá cuando los inversores extranjeros, por la razón que se trate, decidan marcharse antes de ese plazo? ¿Tendrán entonces que reintegrar los beneficios obtenidos o pagar algún tipo impositivo? ¿Cómo se resuelven estas cuestiones?
¿Qué sentido tiene que los beneficios de determinadas actividades como la explotación de recursos naturales, renovables o no, puedan recibir impuestos sobre utilidades, por decisión del Consejo de Ministros, con lo que ello supone de discrecionalidad? ¿Por qué unos sí, y otros no? ¿Qué lleva a que los foráneos queden exentos del gravoso impuesto sobre los ingresos personales y en cambio, a los inversionistas nacionales (que siempre serán personas jurídicas, dentro de lo que se incluye a las cooperativas —al parecer tanto agropecuarias como no agropecuarias) se les puede aplicar un tipo impositivo del 15% sobre la utilidad neta imponible? ¿Por qué esas diferencias entre extranjeros y nacionales?
¿Saben los inversores extranjeros que para sus proyectos en la Isla se deberá cumplir la legislación laboral y de seguridad social vigente en el país, con todo lo que ello supone? Si la empresa extranjera no encuentra personal cualificado en la agencia estatal autorizada por el Ministerio de Comercio Exterior (MINCEX), ¿cómo podrá reclutar los trabajadores que necesita para hacer viable su proyecto? Los trabajadores extranjeros que presten sus servicios en las empresas internacionales, ¿bajo qué legislación estarán contratados, la cubana o del país de procedencia?
Los pagos a los trabajadores se deberán realizar en moneda nacional, es decir, CUP. ¿Saben los inversores extranjeros el problema que supone en Cuba la búsqueda de moneda nacional, escasa y hasta cierto punto, limitada ante la eventual unificación que planean las autoridades sin fecha fija?
¿Por qué las inversiones extranjeras pueden ser autorizadas en todos los sectores, excepto en los servicios de salud y educación a la población y todas las instituciones armadas, salvo en sus sistemas empresariales? ¿A qué factores obedece este principio de reserva?
¿Saben los inversores extranjeros que solo podrán realizar sus proyectos en Cuba bajo fórmulas jurídicas preestablecidas por el régimen, es decir, empresa mixta, contrato de asociación económica internacional o empresa de capital totalmente extranjero, a lo que se añaden los "contratos de asociación económica internacional"? Fuera de esas modalidades, no es posible otro marco de relación, por ejemplo, las franquicias.
¿Son conscientes los inversores extranjeros en Cuba la plena protección y seguridad jurídica que se les pretende ofrecer es puro papel mojado? Es cierto que se afirma que las inversiones no podrán ser expropiadas, para añadir "salvo motivos de utilidad pública o interés social previamente declarados por el Consejo de Ministros".
¿Están los inversores en condiciones de aceptar esa discrecionalidad del régimen castrista en los mecanismos expropiatorios? Ni siquiera justificar la práctica confiscatoria en concordancia con la Constitución y los tratados internacionales suscritos al respecto por el país, otorga garantías suficientes, teniendo en cuenta el modo en que el régimen castrista cumple los tratados internacionales que suscribe, por ejemplo, en materia de derechos humanos.
En cuanto a la indemnización, "establecida por mutuo acuerdo, pagadera en moneda libremente convertible, y con un árbitro que satisfaga a ambas partes", conviene recordar que los expropiados de los años 60 y sus herederos continúan esperando el pago de sus propiedades.
¿Saben los inversores extranjeros que sus proyectos van a ser escrutados y calibrados al más mínimo detalle por burócratas de los distintos departamentos ministeriales? Así por ejemplo, el MINCEX someterá las propuestas de inversión que reciba al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que evaluará su conveniencia desde el punto de vista ambiental, la protección de la propiedad intelectual y las decisiones respectivas. ¿Son conscientes de los retrasos y tropiezos que este tipo de evaluaciones pueden acarrear sobre proyectos que, en ocasiones, buscan la oportunidad de la rapidez?
La conclusión que cabe extraer de lo expuesto es que el éxito de este programa de captación de inversiones extranjeras no va a dar muchos motivos de felicidad y puede acabar siendo un frente de conflicto en el régimen castrista, donde es evidente que existen posiciones muy enfrentadas respecto a la apertura de la economía al exterior.
Basta con echar un somero vistazo a las disposiciones para descubrir, una vez más, que esta nueva regulación de los movimientos de capital refleja el enfrentamiento abierto y brutal entre los moderados renovadores y las posiciones más recalcitrantes del régimen. No se van a encontrar jamás en un texto como este, que no es más que paños calientes para paliar una grave situación que se vislumbra ante la eventual pérdida de los apoyos de Venezuela.
El fracaso está anunciado.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.oncubamagazine.com/economia-negocios/antonio-zamora-algunas-reflexiones-en-torno-a-la-ley-de-inversion-extranjera/
Antonio Zamora.
Algunas reflexiones en torno a la Ley de inversión extranjera
Con motivo de la aprobación de Ley de inversión extranjera (LIE) el pasado 29 de marzo por la Asamblea Nacional de Poder Popular en sesión extraordinaria, OnCuba ha contactado a distintos especialistas, personalidades y académicos a fin de conocer sus opiniones sobre la citada Ley.
La Ley aprobada despierta interés y suspicacias al mismo tiempo. Su redacción facilita el marco tributario idóneo para el inversor y sólo excluye los servicios de salud, educación y militar. Aunque adolece aún de una discrecionalidad que no es del todo transparente y establece demasiados pasos para la contratación del personal por parte de las entidades, es una herramienta atractiva y plural que dota a Cuba de una Ley amplia, no restrictiva y en sintonía con los procesos de transformación que vive la Isla y las fórmulas al uso en la economía internacional.
Antonio Zamora es un emigrado cubano, abogado con más de cuarenta años de experiencia en algunas de las más prestigiosas firmas de abogados en Florida. Se ha especializado en inversión extranjera desde los Estados Unidos hacia América Latina. Como profesor adjunto de la Florida International University ha ofrecido numerosos cursos y conferencias sobre asuntos cubanos.
En 1961 emigra a los Estados Unidos y ese mismo año participa en la derrotada Invasión de Playa Girón. Funge como abogado de la Fundación Nacional Cubano Americana y luego de su renuncia en 1995 regresa a Cuba y de sus experiencia nace un libro: What I Learned About Cuba By Going to Cuba, donde narra cómo se ha convertido en una persona que aboga por un diálogo y relaciones profundas con su tierra natal.
Como especialista en inversión extranjera, en sentido general, Antonio Zamora aboga por relaciones fluidas entre los gobiernos de EE.UU. y Cuba y por la eliminación de las leyes del embargo que impiden una relación comercial plena entre las dos naciones además de dificultar las relaciones de la Isla con terceros países.
Antonio Zamora advierte que la nueva Ley podría convertirse en un verdadero mecanismo para promover la inversión extranjera, pero señala que “todo depende de cómo se aplique” y pone como ejemplo que la Ley 77 de 1995 “no fue bien aplicada”. Las garantías expresadas en la Ley deben unirse a “los acuerdos que Cuba tiene con más de cuarenta países” y destaca sobre éstos que “son muy importantes si se implementan de forma correcta”.
Uno de los aspectos que llama más la atención del texto aprobado es que no permite invertir en el sector del trabajo por cuenta propia o en iniciativas empresariales que provengan de personas naturales, ante esto Zamora explica que la “mejor alternativa es permitir dentro de la nueva Ley que se puedan crear empresas de micro-lending” Comenta que, además, “también se debería permitir que fondos de inversión extranjeros puedan invertir en empresas privadas”.
Los micro-lending o microcréditos son préstamos inversionistas relativamente pequeños destinados a empresas de rápida amortización. Se han convertido en una fórmula fiable para reflotar economías en crisis y es una vía probada de generar prosperidad económica y empleo. Teniendo en cuenta que en Cuba más de 450000 personas ya viven del trabajo por cuenta propia el hecho de que la Ley no contemple su participación se interpreta como una carencia de la misma.
La Ley no limita la inversión de acuerdo con la nacionalidad. Queda implícito en su texto de cubanos residentes fuera de la Isla podrán participar de este proceso. Esto ha sido ratificado, incluso antes de la aprobación de la Ley por el Cónsul acreditado en la Sección de intereses de Cuba en Washington, Llanio González Pérez.
No obstante hay dudas sobre si el gobierno cubano ejerza la discrecionalidad de la Ley y no permita una inversión fluida de cubanos fuera de la Isla. A la pregunta de si el gobierno cubano permitiría a cubanos residentes en el exterior invertir en Cuba, Zamora dice, “Creo que sí. Hay que considerar varios aspectos; primero: los cubanos residentes en el exterior envían hacia la Isla en dinero, servicios y mercancías unos cinco mil millones de dólares cada año; segundo: la mayoría de ese dinero está generado por cubanos con doble nacionalidad; tercero: hay muchas posibilidades que cubanos residentes en el exterior quieran retirarse y residir en Cuba y compren un lugar donde vivir allí. Lo que quiero expresarle es que tiene toda la potencialidad para convertirse en un mercado interesante y muy grande”.
Los cambios económicos generalmente conducen a cambios políticos, no obstante y aunque Zamora admite esta posibilidad advierte que tomará más tiempo. “Primero la Ley va a generar bastante interés y diferentes inversionistas buscarán proyectos que sean reales y legales”. Este interés “lo veremos en la conferencia Cuba 2014: What the U.S. Legal and Business Need to Know que se celebrará en Orlando los días 8 y 9 de mayo”.
El embargo norteamericano sobre Cuba impide a nacionales estadounidenses invertir en la Isla. La LIE podría impulsar los cambios necesarios para eliminar esta medida, no obstante Zamora cree que “los inversionistas norteamericanos buscarán formas de inversión como, por ejemplo, lo que yo llamo 49/49, es decir, una inversión de minoría en una empresa no cubana ni de EE.UU. que tiene negocios en Cuba. Además los cubanoamericanos pueden invertir con familiares, o incluso repatriarse y residir en la Isla.
Evidentemente las fuerzas de interés norteamericanas y cubanoamericanas buscarían cambios en las regulaciones del embargo para poder invertir legalmente en Cuba. De hecho, muchas de esas regulaciones las podría cambiar la administración de Barack Obama mediante la vía ejecutiva”.
Para Antonio Zamora la recién aprobada Ley de inversión extranjera, aún con sus limitaciones se convertirá en un atractivo para empresarios y generará prosperidad económica para Cuba.
De hecho, al preguntársele si él en capacidad inversionista lo haría, o si recomendaría invertir en Cuba, no duda al responder de forma tajante: Sí.
Antonio Zamora.
Algunas reflexiones en torno a la Ley de inversión extranjera
Con motivo de la aprobación de Ley de inversión extranjera (LIE) el pasado 29 de marzo por la Asamblea Nacional de Poder Popular en sesión extraordinaria, OnCuba ha contactado a distintos especialistas, personalidades y académicos a fin de conocer sus opiniones sobre la citada Ley.
La Ley aprobada despierta interés y suspicacias al mismo tiempo. Su redacción facilita el marco tributario idóneo para el inversor y sólo excluye los servicios de salud, educación y militar. Aunque adolece aún de una discrecionalidad que no es del todo transparente y establece demasiados pasos para la contratación del personal por parte de las entidades, es una herramienta atractiva y plural que dota a Cuba de una Ley amplia, no restrictiva y en sintonía con los procesos de transformación que vive la Isla y las fórmulas al uso en la economía internacional.
Antonio Zamora es un emigrado cubano, abogado con más de cuarenta años de experiencia en algunas de las más prestigiosas firmas de abogados en Florida. Se ha especializado en inversión extranjera desde los Estados Unidos hacia América Latina. Como profesor adjunto de la Florida International University ha ofrecido numerosos cursos y conferencias sobre asuntos cubanos.
En 1961 emigra a los Estados Unidos y ese mismo año participa en la derrotada Invasión de Playa Girón. Funge como abogado de la Fundación Nacional Cubano Americana y luego de su renuncia en 1995 regresa a Cuba y de sus experiencia nace un libro: What I Learned About Cuba By Going to Cuba, donde narra cómo se ha convertido en una persona que aboga por un diálogo y relaciones profundas con su tierra natal.
Como especialista en inversión extranjera, en sentido general, Antonio Zamora aboga por relaciones fluidas entre los gobiernos de EE.UU. y Cuba y por la eliminación de las leyes del embargo que impiden una relación comercial plena entre las dos naciones además de dificultar las relaciones de la Isla con terceros países.
Antonio Zamora advierte que la nueva Ley podría convertirse en un verdadero mecanismo para promover la inversión extranjera, pero señala que “todo depende de cómo se aplique” y pone como ejemplo que la Ley 77 de 1995 “no fue bien aplicada”. Las garantías expresadas en la Ley deben unirse a “los acuerdos que Cuba tiene con más de cuarenta países” y destaca sobre éstos que “son muy importantes si se implementan de forma correcta”.
Uno de los aspectos que llama más la atención del texto aprobado es que no permite invertir en el sector del trabajo por cuenta propia o en iniciativas empresariales que provengan de personas naturales, ante esto Zamora explica que la “mejor alternativa es permitir dentro de la nueva Ley que se puedan crear empresas de micro-lending” Comenta que, además, “también se debería permitir que fondos de inversión extranjeros puedan invertir en empresas privadas”.
Los micro-lending o microcréditos son préstamos inversionistas relativamente pequeños destinados a empresas de rápida amortización. Se han convertido en una fórmula fiable para reflotar economías en crisis y es una vía probada de generar prosperidad económica y empleo. Teniendo en cuenta que en Cuba más de 450000 personas ya viven del trabajo por cuenta propia el hecho de que la Ley no contemple su participación se interpreta como una carencia de la misma.
La Ley no limita la inversión de acuerdo con la nacionalidad. Queda implícito en su texto de cubanos residentes fuera de la Isla podrán participar de este proceso. Esto ha sido ratificado, incluso antes de la aprobación de la Ley por el Cónsul acreditado en la Sección de intereses de Cuba en Washington, Llanio González Pérez.
No obstante hay dudas sobre si el gobierno cubano ejerza la discrecionalidad de la Ley y no permita una inversión fluida de cubanos fuera de la Isla. A la pregunta de si el gobierno cubano permitiría a cubanos residentes en el exterior invertir en Cuba, Zamora dice, “Creo que sí. Hay que considerar varios aspectos; primero: los cubanos residentes en el exterior envían hacia la Isla en dinero, servicios y mercancías unos cinco mil millones de dólares cada año; segundo: la mayoría de ese dinero está generado por cubanos con doble nacionalidad; tercero: hay muchas posibilidades que cubanos residentes en el exterior quieran retirarse y residir en Cuba y compren un lugar donde vivir allí. Lo que quiero expresarle es que tiene toda la potencialidad para convertirse en un mercado interesante y muy grande”.
Los cambios económicos generalmente conducen a cambios políticos, no obstante y aunque Zamora admite esta posibilidad advierte que tomará más tiempo. “Primero la Ley va a generar bastante interés y diferentes inversionistas buscarán proyectos que sean reales y legales”. Este interés “lo veremos en la conferencia Cuba 2014: What the U.S. Legal and Business Need to Know que se celebrará en Orlando los días 8 y 9 de mayo”.
El embargo norteamericano sobre Cuba impide a nacionales estadounidenses invertir en la Isla. La LIE podría impulsar los cambios necesarios para eliminar esta medida, no obstante Zamora cree que “los inversionistas norteamericanos buscarán formas de inversión como, por ejemplo, lo que yo llamo 49/49, es decir, una inversión de minoría en una empresa no cubana ni de EE.UU. que tiene negocios en Cuba. Además los cubanoamericanos pueden invertir con familiares, o incluso repatriarse y residir en la Isla.
Evidentemente las fuerzas de interés norteamericanas y cubanoamericanas buscarían cambios en las regulaciones del embargo para poder invertir legalmente en Cuba. De hecho, muchas de esas regulaciones las podría cambiar la administración de Barack Obama mediante la vía ejecutiva”.
Para Antonio Zamora la recién aprobada Ley de inversión extranjera, aún con sus limitaciones se convertirá en un atractivo para empresarios y generará prosperidad económica para Cuba.
De hecho, al preguntársele si él en capacidad inversionista lo haría, o si recomendaría invertir en Cuba, no duda al responder de forma tajante: Sí.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.martinoticias.com/content/invertir-en-cuba-es-un-enorme-riesgo/33726.html
Invertir en Cuba es un enorme riesgo
Invertir en la Cuba comunista no es fácil y los riesgos son grandes.
Así que inviertan los que se la quieren jugar.
Para invertir en un país extranjero los inversionistas buscan garantías mínimas. Chile es un buen ejemplo de un país donde las inversiones extranjeras fluyen con facilidad ya que los gobiernos chilenos le garantizan la seguridad de sus inversiones y la posibilidad de repatriar sus ganancias sin muchas trabas.
Ahora Cuba busca algo parecido. El único problema es poder demostrar que el gobierno comunista en la isla esta vez si está comprometido a cumplir con esa reglas básicas que exigen las empresas extranjeras.
En Chile, por ejemplo, el gobierno no exige ser el accionista mayoritario en as inversiones extranjeras. Chile tampoco demanda que los empleados contratados sean aquellos que pertenecen a una organización gubernamental.
Cuba no entiende esas sutilezas. El gobierno de Raúl Castro cree que invertir en el paraíso comunista es un privilegio y que las empresas – o mejor dicho en este caso los exiliados – van a disputarse la oportunidad de invertir en su país natal.
No nos equivoquemos. A pesar que el un país donde históricamente las garantías gubernamentales valen poco, el gobierno de Cuba entiende que la nueva ley va a eliminar todas las dudas que tienen los inversionistas.
Esta vez, al igual que dijeron en 1995, el gobierno de Cuba permitiría una inversión extranjera del 100% del negocio, siempre y cuando el gobierno lo apruebe y que los inversionistas accedan a permitir que una agencia del estado diga a quien puede contratar y a quien puede despedir.
Además dejan ver en forma muy clara que prefieren las inversiones en las cuales Cuba tenga el 51% de las acciones y el que pone el dinero sólo tenga una minoría del mismo – el 49%. Para incentivar este tipo de inversiones Cuba dice que los impuestos en las empresas mixtas serían del 15% mientras que el de las empresas extranjeras sin sociedad con el gobierno tendrían que pagar el 30% de impuestos. La realidad es que aunque Cuba hable bonito, los riesgos en la isla siguen siendo muy grandes.
De acuerdo a artículos publicados en mayo del 2013 en diversas publicaciones, inversionistas canadienses y británicos arrestados en el 2011 y acusados de corrupción iban a ser juzgados.
Sarkis Yacoubian, un hombre de negocios canadiense, fue arrestado en el 2011, sentenciado a nueve años de cárcel por corrupción en abril del 2013 y puesto en libertad el 31 de marzo de este año – dos días después que Cuba aprobara la nueva ley de inversiones extranjeras.
Por supuesto que su puesta el libertad el lunes de esta semana fue pura casualidad. Casualidad que yo no me creo. El no es el único. Cy Tokmakjian, canadiense de 73 años, lleva más de dos años preso en la cárcel de La Condesa. Todavía no lo han llevado a juicio ni le han notificado de que lo acusan.
Hay otros. En Cuba las cosas son así de arbitrarias.
Y esas son las condiciones prevalecientes ahora que Cuba quiere abrir el país a inversionistas extranjeros y aunque lo niegue; si son exiliados mejor.
Cuba ahora promete que no van a haber nuevas expropiaciones, como las que tuvieron lugar en los primeros años de la revolución. Eso sólo lo permitirían si el gobierno determina que el bienestar social o del pueblo requiere que lo hagan. O sea, que los negocios siempre pueden ser expropiados a discreción del gobierno. Y la paga por los mismos, ¿quién lo determina? Pues por supuesto que el arbitro es el mismo gobierno.
El Ministro de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca, dijo la semana pasada que Cuba no buscaba – ni prohibía la inversión de los exiliados.
Pero no hay duda que el gobierno cubano está consciente que la comunidad cubana en el exterior manda 2 mil 400 millones de dólares en remesas a sus familiares y otra cantidad similar en viajes a la isla.
Entonces, tiene sentido que ellos busquen la forma de conseguir que los exiliados sean los principales inversionistas. Ellos cuentan con que los exiliados olviden las expropiaciones del pasado, ignoren los abusos de los derechos humanos, y crean en las leyes promulgadas a como les de la gana al gobierno.
Al igual que en 1995, no creo que los exiliados se dejen engañar por una ley propuesta y aprobada por la Asamblea Nacional en menos de una semana, porque de la misma forma que hoy pasaron una ley permitiendo inversiones extranjeras, mañana dicen que les duele una muela y cambian de parecer.
Invertir en la Cuba comunista no es fácil y los riesgos son grandes. Así que inviertan los que se la quieren jugar. No es cosa fácil para los que quieran garantías creíbles.
Invertir en Cuba es un enorme riesgo
Invertir en la Cuba comunista no es fácil y los riesgos son grandes.
Así que inviertan los que se la quieren jugar.
Para invertir en un país extranjero los inversionistas buscan garantías mínimas. Chile es un buen ejemplo de un país donde las inversiones extranjeras fluyen con facilidad ya que los gobiernos chilenos le garantizan la seguridad de sus inversiones y la posibilidad de repatriar sus ganancias sin muchas trabas.
Ahora Cuba busca algo parecido. El único problema es poder demostrar que el gobierno comunista en la isla esta vez si está comprometido a cumplir con esa reglas básicas que exigen las empresas extranjeras.
En Chile, por ejemplo, el gobierno no exige ser el accionista mayoritario en as inversiones extranjeras. Chile tampoco demanda que los empleados contratados sean aquellos que pertenecen a una organización gubernamental.
Cuba no entiende esas sutilezas. El gobierno de Raúl Castro cree que invertir en el paraíso comunista es un privilegio y que las empresas – o mejor dicho en este caso los exiliados – van a disputarse la oportunidad de invertir en su país natal.
No nos equivoquemos. A pesar que el un país donde históricamente las garantías gubernamentales valen poco, el gobierno de Cuba entiende que la nueva ley va a eliminar todas las dudas que tienen los inversionistas.
Esta vez, al igual que dijeron en 1995, el gobierno de Cuba permitiría una inversión extranjera del 100% del negocio, siempre y cuando el gobierno lo apruebe y que los inversionistas accedan a permitir que una agencia del estado diga a quien puede contratar y a quien puede despedir.
Además dejan ver en forma muy clara que prefieren las inversiones en las cuales Cuba tenga el 51% de las acciones y el que pone el dinero sólo tenga una minoría del mismo – el 49%. Para incentivar este tipo de inversiones Cuba dice que los impuestos en las empresas mixtas serían del 15% mientras que el de las empresas extranjeras sin sociedad con el gobierno tendrían que pagar el 30% de impuestos. La realidad es que aunque Cuba hable bonito, los riesgos en la isla siguen siendo muy grandes.
De acuerdo a artículos publicados en mayo del 2013 en diversas publicaciones, inversionistas canadienses y británicos arrestados en el 2011 y acusados de corrupción iban a ser juzgados.
Sarkis Yacoubian, un hombre de negocios canadiense, fue arrestado en el 2011, sentenciado a nueve años de cárcel por corrupción en abril del 2013 y puesto en libertad el 31 de marzo de este año – dos días después que Cuba aprobara la nueva ley de inversiones extranjeras.
Por supuesto que su puesta el libertad el lunes de esta semana fue pura casualidad. Casualidad que yo no me creo. El no es el único. Cy Tokmakjian, canadiense de 73 años, lleva más de dos años preso en la cárcel de La Condesa. Todavía no lo han llevado a juicio ni le han notificado de que lo acusan.
Hay otros. En Cuba las cosas son así de arbitrarias.
Y esas son las condiciones prevalecientes ahora que Cuba quiere abrir el país a inversionistas extranjeros y aunque lo niegue; si son exiliados mejor.
Cuba ahora promete que no van a haber nuevas expropiaciones, como las que tuvieron lugar en los primeros años de la revolución. Eso sólo lo permitirían si el gobierno determina que el bienestar social o del pueblo requiere que lo hagan. O sea, que los negocios siempre pueden ser expropiados a discreción del gobierno. Y la paga por los mismos, ¿quién lo determina? Pues por supuesto que el arbitro es el mismo gobierno.
El Ministro de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca, dijo la semana pasada que Cuba no buscaba – ni prohibía la inversión de los exiliados.
Pero no hay duda que el gobierno cubano está consciente que la comunidad cubana en el exterior manda 2 mil 400 millones de dólares en remesas a sus familiares y otra cantidad similar en viajes a la isla.
Entonces, tiene sentido que ellos busquen la forma de conseguir que los exiliados sean los principales inversionistas. Ellos cuentan con que los exiliados olviden las expropiaciones del pasado, ignoren los abusos de los derechos humanos, y crean en las leyes promulgadas a como les de la gana al gobierno.
Al igual que en 1995, no creo que los exiliados se dejen engañar por una ley propuesta y aprobada por la Asamblea Nacional en menos de una semana, porque de la misma forma que hoy pasaron una ley permitiendo inversiones extranjeras, mañana dicen que les duele una muela y cambian de parecer.
Invertir en la Cuba comunista no es fácil y los riesgos son grandes. Así que inviertan los que se la quieren jugar. No es cosa fácil para los que quieran garantías creíbles.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.diariodecuba.com/cuba/1396823266_8009.html
¿Invertir en Cuba?
Saca a los cubanos de la inversión en su país y pretende emular a otros países latinoamericanos en sus índices de inversión extranjera. ¿Qué garantías brinda el régimen a un capitalista de verdad?
Cuando leí las primeras informaciones sobre la nueva Ley de Inversión Extranjera me acordé de un cuento de Pepito. La maestra le pregunta a varios alumnos qué quieren ser cuando sean adultos. "Yo, médico", dice uno. "Ingeniero", dice otro. "A ver, Pepito, ¿y tú qué quieres ser?"; "Extranjero, maestra".
Y es que en la Isla rinde más beneficios ser extranjero que cubano. Lo peor es cómo el régimen justifica semejante aberración. Según el Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, los cubanos residentes en la Isla no pueden invertir en el país porque carecen de capital.
Una sequía financiera que se precipitó sobre la Isla el 13 de octubre de 1960, cuando el actual gobierno marxista-leninista confiscó y estatizó todas las empresas grandes, las medianas y los bancos de la nación, y que se tornó asfixiante desde el 13 de marzo de 1968 con la estatización o desaparición de los 57.280 pequeños negocios que aún funcionaban.
Si nos atenemos a la semántica de la lengua española, la explicación del ministerio citado significa que ahora con esta nueva ley si los cubanos en la Isla tuviesen capital, o lo consiguiesen, podrían invertirlo.
¿Puede un cubano residente en Marianao montar una pequeña fábrica de hacer muebles, o de zapatos, o adquirir camiones para transportar productos agrícolas si tiene familiares en España, digamos, que le puedan prestar dinero o conseguirle un préstamo bancario?
No puede. Los "Lineamientos" del VI Congreso del Partido Comunista establecen: "No se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas (negocios privados) o naturales" (individuos). O sea, en Cuba está prohibido crear capital nacional. Excluyendo al de Corea del Norte, no hay en el mundo otro gobierno que impida a sus ciudadanos crear riquezas, acumular capital y progresar.
Uno de los factores que hizo inviable el experimento social diseñado por Carlos Marx fue que este ignoró a Adam Smith, el fundador de la economía política moderna. En La riqueza de las naciones (1776), el economista escocés escribió: "Es solo por su propio provecho que un hombre emplea su capital en apoyo a la industria (…) En esto está, como en otros muchos casos, guiado por una mano invisible para alcanzar un fin que no formaba parte de su intención (…) Al buscar su propio interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo".
O sea, por instinto natural todos los seres humanos buscamos un claro beneficio personal, pero a medida que lo logramos automáticamente se beneficia toda la sociedad. La riqueza material de una nación no es más que la sumatoria de las riquezas creadas por los individuos. Para decirlo con palabras del sabio griego Arquímedes, el sector privado es la palanca que mueve la economía, al menos en este planeta.
¿Tan cubana como las palmas?
Al prohibir a los cubanos crear riquezas libremente, la revolución tan "cubana como las palmas", como la calificaba Fidel Castro, es lo más anticubano, discriminatorio, y antipatriótico que ha existido nunca en la historia de la República.
El ministro cubano del ramo, Rodrigo Malmierca, hizo aún más evidente el enfermizo desprecio castrista por el pueblo cubano y su bienestar al declarar: "Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami. La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve".
Lo primero que hicieron China y Vietnam cuando se despojaron de sus dogmas y musarañas ideológicas marxistas e iniciaron reformas económicas de mercado fue, no solo abrir las puertas sin trucos al capital foráneo, sino estimular la inversión directa de sus ciudadanos residentes en el extranjero y sus descendientes.
Y en ambos países ha mejorado ostensiblemente el nivel de vida de la gente. China es hoy la segunda economía más grande del mundo. Y la de Vietnam se expande a un ritmo superior al del resto de las naciones asiáticas, gracias a que ya no sigue las "enseñanzas de Ho Chi Minh". En 2013 ese país recibió más de 20.000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas (IED).
El régimen cubano ha adelantado que quiere captar entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales. Probablemente esa cifra surgió de un vistazo a las estadísticas de la CEPAL sobre la IED en Latinoamérica, sobre todo los capitales captados por países más pequeños que Cuba en población. Panamá en 2012 recibió 3.020 millones, Costa Rica, 2.265 millones; y Uruguay, 2.710 millones. El promedio para esos tres países fue de 2.665 millones, y eso encaja con el deseo de los Castro.
Pero no se fijaron en un "detalle": Venezuela, con 30 millones de habitantes, recibió 3.216 millones, para un per cápita de 107 dólares, en vez de los casi 800 dólares per cápita de Panamá. Y Perú, con igual población que la venezolana, captó 12.240 millones, cuatro veces más que Venezuela con su populismo socializante.
Por cierto, Chile en 2012 obtuvo 30.323 millones de IED, para un per cápita de 1.742 dólares. Y los empresarios chilenos invirtieron en el extranjero 21.090 millones de dólares. O sea, el país más liberal de Latinoamérica ya es gran exportador de capitales. Y ojo, Cuba y Chile en 1958 tenían economías de igual tamaño y un ingreso per cápita casi idéntico.
No captarán capitales
No creo que Cuba pueda obtener siquiera la décima parte de los capitales captados anualmente por Panamá mientras gobiernen los Castro. El capital no tiene ideología y va a donde se cumplen al menos tres condiciones: garantías legales a la propiedad y la operatividad de la compañía, seguridad de que obtendrá un rápido retorno en ingresos que cubran el monto de la inversión realizada, y la existencia de un mercado, interno o externo, que prometa buenas ganancias . El régimen no ofrece ninguna de ellas.
Además, el mayor emisor de IED en Latinoamérica es Estados Unidos y mientras el castrismo continúe pisoteando los derechos humanos y no conceda libertad económica y política a sus ciudadanos, el embargo de EEUU seguirá vigente. Ni capitales estadounidenses, ni cubanoamericanos irán a la Isla.
Ante el peligro de perder los subsidios venezolanos, nada hace La Habana con reducir los impuestos al capital extranjero si el país no tiene credibilidad alguna en el mundo financiero y empresarial internacional. No paga ni los intereses de su enorme deuda comercial externa y, encima, periódicamente deja de pagar a los inversionistas en territorio cubano. La credibilidad solo se logra jugando limpio, con leyes que protejan realmente al capital extranjero contra las arbitrariedades de la nomenklatura comunista, a la cual, para colmo, está obligado a asociarse todo inversionista foráneo.
Por último, Cuba no tiene un mercado interno y encima cuenta con dos monedas. Una de ellas, con la que se pagan los salarios, no vale nada, y la masa circulante de pesos convertibles (CUC) es insuficiente. O sea, si un inversionista extranjero produjese arroz solo obtendría ganancias suficientes si lo exporta, o se lo vende al Estado en moneda extranjera. ¿Qué gana el país con este reciclaje, salvo quizás pagar un precio más bajo que si lo importa de Vietnam o China?
Por eso es bueno recomendarle a la cúpula castrista que no se haga ilusiones. Los capitalistas de verdad no se chupan el dedo.
¿Invertir en Cuba?
Saca a los cubanos de la inversión en su país y pretende emular a otros países latinoamericanos en sus índices de inversión extranjera. ¿Qué garantías brinda el régimen a un capitalista de verdad?
Cuando leí las primeras informaciones sobre la nueva Ley de Inversión Extranjera me acordé de un cuento de Pepito. La maestra le pregunta a varios alumnos qué quieren ser cuando sean adultos. "Yo, médico", dice uno. "Ingeniero", dice otro. "A ver, Pepito, ¿y tú qué quieres ser?"; "Extranjero, maestra".
Y es que en la Isla rinde más beneficios ser extranjero que cubano. Lo peor es cómo el régimen justifica semejante aberración. Según el Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, los cubanos residentes en la Isla no pueden invertir en el país porque carecen de capital.
Una sequía financiera que se precipitó sobre la Isla el 13 de octubre de 1960, cuando el actual gobierno marxista-leninista confiscó y estatizó todas las empresas grandes, las medianas y los bancos de la nación, y que se tornó asfixiante desde el 13 de marzo de 1968 con la estatización o desaparición de los 57.280 pequeños negocios que aún funcionaban.
Si nos atenemos a la semántica de la lengua española, la explicación del ministerio citado significa que ahora con esta nueva ley si los cubanos en la Isla tuviesen capital, o lo consiguiesen, podrían invertirlo.
¿Puede un cubano residente en Marianao montar una pequeña fábrica de hacer muebles, o de zapatos, o adquirir camiones para transportar productos agrícolas si tiene familiares en España, digamos, que le puedan prestar dinero o conseguirle un préstamo bancario?
No puede. Los "Lineamientos" del VI Congreso del Partido Comunista establecen: "No se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas (negocios privados) o naturales" (individuos). O sea, en Cuba está prohibido crear capital nacional. Excluyendo al de Corea del Norte, no hay en el mundo otro gobierno que impida a sus ciudadanos crear riquezas, acumular capital y progresar.
Uno de los factores que hizo inviable el experimento social diseñado por Carlos Marx fue que este ignoró a Adam Smith, el fundador de la economía política moderna. En La riqueza de las naciones (1776), el economista escocés escribió: "Es solo por su propio provecho que un hombre emplea su capital en apoyo a la industria (…) En esto está, como en otros muchos casos, guiado por una mano invisible para alcanzar un fin que no formaba parte de su intención (…) Al buscar su propio interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo".
O sea, por instinto natural todos los seres humanos buscamos un claro beneficio personal, pero a medida que lo logramos automáticamente se beneficia toda la sociedad. La riqueza material de una nación no es más que la sumatoria de las riquezas creadas por los individuos. Para decirlo con palabras del sabio griego Arquímedes, el sector privado es la palanca que mueve la economía, al menos en este planeta.
¿Tan cubana como las palmas?
Al prohibir a los cubanos crear riquezas libremente, la revolución tan "cubana como las palmas", como la calificaba Fidel Castro, es lo más anticubano, discriminatorio, y antipatriótico que ha existido nunca en la historia de la República.
El ministro cubano del ramo, Rodrigo Malmierca, hizo aún más evidente el enfermizo desprecio castrista por el pueblo cubano y su bienestar al declarar: "Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami. La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve".
Lo primero que hicieron China y Vietnam cuando se despojaron de sus dogmas y musarañas ideológicas marxistas e iniciaron reformas económicas de mercado fue, no solo abrir las puertas sin trucos al capital foráneo, sino estimular la inversión directa de sus ciudadanos residentes en el extranjero y sus descendientes.
Y en ambos países ha mejorado ostensiblemente el nivel de vida de la gente. China es hoy la segunda economía más grande del mundo. Y la de Vietnam se expande a un ritmo superior al del resto de las naciones asiáticas, gracias a que ya no sigue las "enseñanzas de Ho Chi Minh". En 2013 ese país recibió más de 20.000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas (IED).
El régimen cubano ha adelantado que quiere captar entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales. Probablemente esa cifra surgió de un vistazo a las estadísticas de la CEPAL sobre la IED en Latinoamérica, sobre todo los capitales captados por países más pequeños que Cuba en población. Panamá en 2012 recibió 3.020 millones, Costa Rica, 2.265 millones; y Uruguay, 2.710 millones. El promedio para esos tres países fue de 2.665 millones, y eso encaja con el deseo de los Castro.
Pero no se fijaron en un "detalle": Venezuela, con 30 millones de habitantes, recibió 3.216 millones, para un per cápita de 107 dólares, en vez de los casi 800 dólares per cápita de Panamá. Y Perú, con igual población que la venezolana, captó 12.240 millones, cuatro veces más que Venezuela con su populismo socializante.
Por cierto, Chile en 2012 obtuvo 30.323 millones de IED, para un per cápita de 1.742 dólares. Y los empresarios chilenos invirtieron en el extranjero 21.090 millones de dólares. O sea, el país más liberal de Latinoamérica ya es gran exportador de capitales. Y ojo, Cuba y Chile en 1958 tenían economías de igual tamaño y un ingreso per cápita casi idéntico.
No captarán capitales
No creo que Cuba pueda obtener siquiera la décima parte de los capitales captados anualmente por Panamá mientras gobiernen los Castro. El capital no tiene ideología y va a donde se cumplen al menos tres condiciones: garantías legales a la propiedad y la operatividad de la compañía, seguridad de que obtendrá un rápido retorno en ingresos que cubran el monto de la inversión realizada, y la existencia de un mercado, interno o externo, que prometa buenas ganancias . El régimen no ofrece ninguna de ellas.
Además, el mayor emisor de IED en Latinoamérica es Estados Unidos y mientras el castrismo continúe pisoteando los derechos humanos y no conceda libertad económica y política a sus ciudadanos, el embargo de EEUU seguirá vigente. Ni capitales estadounidenses, ni cubanoamericanos irán a la Isla.
Ante el peligro de perder los subsidios venezolanos, nada hace La Habana con reducir los impuestos al capital extranjero si el país no tiene credibilidad alguna en el mundo financiero y empresarial internacional. No paga ni los intereses de su enorme deuda comercial externa y, encima, periódicamente deja de pagar a los inversionistas en territorio cubano. La credibilidad solo se logra jugando limpio, con leyes que protejan realmente al capital extranjero contra las arbitrariedades de la nomenklatura comunista, a la cual, para colmo, está obligado a asociarse todo inversionista foráneo.
Por último, Cuba no tiene un mercado interno y encima cuenta con dos monedas. Una de ellas, con la que se pagan los salarios, no vale nada, y la masa circulante de pesos convertibles (CUC) es insuficiente. O sea, si un inversionista extranjero produjese arroz solo obtendría ganancias suficientes si lo exporta, o se lo vende al Estado en moneda extranjera. ¿Qué gana el país con este reciclaje, salvo quizás pagar un precio más bajo que si lo importa de Vietnam o China?
Por eso es bueno recomendarle a la cúpula castrista que no se haga ilusiones. Los capitalistas de verdad no se chupan el dedo.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://temi.repubblica.it/limes/a-cuba-piu-di-zunzuneo-interessano-gli-investimenti/60374
Quasi in contemporanea alla polemica su ZunZuneo, nella prima sessione straordinaria in quattro anni di legislatura (29 marzo), i 600 deputati dell’Assemblea nazionale hanno approvato una nuova legge sugli investimenti esteri: con l’obiettivo esplicito di attrarre almeno 2,5 miliardi di dollari, questa dimezza l’imposizione fiscale sugli Ide dal 30% attuale (derivante da una norma voluta da Fidel Castro nel 1995), al 15%, con possibilità di piena esenzione per 8 anni ulteriormente prorogabile.
Unici settori esclusi: salute, istruzione - che i fratelli Castro continuano a considerare il fiore all’occhiello e la giustificazione del loro regime - e istituzioni militari, per evidenti preoccupazioni di sicurezza. Sarà invece compreso nella riforma quell’ampio settore di imprese che appartiene alle Forze armate ma non riguarda la difesa in senso stretto. Priorità negli investimenti sarà data all’industria dello zucchero e al nichel, storici punti di forza dell’export (anche se di recente il settore zuccheriero è talmente in crisi che l’isola è stata costretta a importare zucchero), all' agricoltura e al settore immobiliare, per risolvere i gravi problemi dei cubani nel nutrirsi e trovare casa. Segue l'attenzione alle infrastrutture, a loro volta bisognose di una forte messa a punto.
L’autentica avversione del regime cubano per ogni forma di trasparenza è ulteriormente confermata dal particolare che la votazione è stata fatta senza che la stampa straniera abbia potuto accedere alla seduta. Tuttavia, l’apertura al capitale straniero sembra genuina. Come ha indicato il capo della commissione sulle riforme di mercato, Marino Murillo, se quei due miliardi e mezzo all’anno non arriveranno, non si potrà raggiungere il 6-8% di crescita annua di cui Cuba ha bisogno “per salvare il suo sistema socialista”.
Il problema è che dopo il collasso dell’Unione Sovietica e le ristrettezze del “periodo speciale”, il regime castrista ha potuto tornare a respirare solo grazie all’aiuto del Venezuela di Hugo Chávez: il governo post-chavista di Maduro si trova nella necessità di tagliare grandemente i cordoni della borsa, anche per i problemi interni.
Al posto di Caracas dovrebbe diventare sempre più importante il Brasile. L'investimento da oltre un miliardo di dollari fatto sull'isola dal colosso brasiliano Odebrecht e il finanziamento da 682 milioni del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (Bndes) - che risponde direttamente al governo federale brasiliano - hanno creato una "zona economica speciale alla cinese" attorno al porto di Mariel, a 45 km dall’Avana. La Zes è stata inaugurata il 27 gennaio alla presenza di Dilma Rousseff.
Oltre al Brasile c'è la Cina, che costituisce il modello cui Raúl Castro si ispira. La Russia ha da poco chiesto a Cuba il permesso di aprire sull'isola delle basi militari. Anche il Messico, che ha a Cuba investimenti per 730 milioni di dollari, è in prima linea. Insomma, i partner di Cuba sono tutti paesi che in questo momento tendono a guardare più agli affari che all’ideologia.
“Se l’economia non cresce a livelli del 7% non riusciremo a svilupparci”, ha a sua volta spiegato il ministro del Commercio estero, Rodrigo Malmierca. Per far respirare le finanze statali, il settore pubblico ha già licenziato 600 mila persone in 4 anni, ma la drastica cura dimagrante dovrà continuare, e se non ci sarà un forte investimento capace di riassorbire questi disoccupati nel settore privato, un’esplosione sociale diventerebbe inevitabile.
Con il precedente sistema fiscale, il numero delle imprese straniere presenti nell’isola si è dimezzato negli ultimi 10 anni, passando da oltre 400 a poco più di 200. Malmierca ha sottolineato le garanzie a protezione delle proprietà acquisite e il libero trasferimento all’estero degli utili in divise forti.
Un punto ambiguo è la possibilità di investimento per gli esuli cubani, che con il successo ottenuto a Miami e in altri luoghi della diaspora potrebbero in teoria comprarsi l’isola senza la necessità di far cadere i fratelli Castro. Tecnicamente la nuova legge non impedisce loro di venire, così come non lo impediva la legge precedente. Malmierca, parlando con Prensa Latina, ha avvertito: “Cuba non andrà a cercare investimenti stranieri a Miami. La legge non lo proibisce, la politica non lo promuove”. Un investitore ci sarebbe già: è il magnate dello zucchero Alfonso Fanjul. Il 76enne, che scappò in Florida dopo la Rivoluzione, ha fatto sapere che se gli permettessero di tornare a investire nell’isola materna, non ci penserebbe due volte.
Infine, l'Europa: il 29 e 30 aprile si tiene all’Avana il primo round di negoziati tra Ue e Cuba, con l’obiettivo di stabilire un’agenda per quelli successivi, alla presenza del viceministro cubano degli Esteri, Abelardo Moreno e del direttore per le Americhe del Servizio europeo di azione esterna, Christian Leffler. Il 10 febbraio il Consiglio dei ministri degli Esteri dell’Ue ha dato mandato per negoziare un accordo bilaterale; l’idea è di continuare con tavoli negoziali bimestrali.
Questa evoluzione supera la “posizione comune” restrittiva adottata nel 1996, ma l’Ue insiste sull'obiettivo di ottenere un maggior rispetto dei diritti umani, da accompagnare sempre alle riforme economiche
Quasi in contemporanea alla polemica su ZunZuneo, nella prima sessione straordinaria in quattro anni di legislatura (29 marzo), i 600 deputati dell’Assemblea nazionale hanno approvato una nuova legge sugli investimenti esteri: con l’obiettivo esplicito di attrarre almeno 2,5 miliardi di dollari, questa dimezza l’imposizione fiscale sugli Ide dal 30% attuale (derivante da una norma voluta da Fidel Castro nel 1995), al 15%, con possibilità di piena esenzione per 8 anni ulteriormente prorogabile.
Unici settori esclusi: salute, istruzione - che i fratelli Castro continuano a considerare il fiore all’occhiello e la giustificazione del loro regime - e istituzioni militari, per evidenti preoccupazioni di sicurezza. Sarà invece compreso nella riforma quell’ampio settore di imprese che appartiene alle Forze armate ma non riguarda la difesa in senso stretto. Priorità negli investimenti sarà data all’industria dello zucchero e al nichel, storici punti di forza dell’export (anche se di recente il settore zuccheriero è talmente in crisi che l’isola è stata costretta a importare zucchero), all' agricoltura e al settore immobiliare, per risolvere i gravi problemi dei cubani nel nutrirsi e trovare casa. Segue l'attenzione alle infrastrutture, a loro volta bisognose di una forte messa a punto.
L’autentica avversione del regime cubano per ogni forma di trasparenza è ulteriormente confermata dal particolare che la votazione è stata fatta senza che la stampa straniera abbia potuto accedere alla seduta. Tuttavia, l’apertura al capitale straniero sembra genuina. Come ha indicato il capo della commissione sulle riforme di mercato, Marino Murillo, se quei due miliardi e mezzo all’anno non arriveranno, non si potrà raggiungere il 6-8% di crescita annua di cui Cuba ha bisogno “per salvare il suo sistema socialista”.
Il problema è che dopo il collasso dell’Unione Sovietica e le ristrettezze del “periodo speciale”, il regime castrista ha potuto tornare a respirare solo grazie all’aiuto del Venezuela di Hugo Chávez: il governo post-chavista di Maduro si trova nella necessità di tagliare grandemente i cordoni della borsa, anche per i problemi interni.
Al posto di Caracas dovrebbe diventare sempre più importante il Brasile. L'investimento da oltre un miliardo di dollari fatto sull'isola dal colosso brasiliano Odebrecht e il finanziamento da 682 milioni del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (Bndes) - che risponde direttamente al governo federale brasiliano - hanno creato una "zona economica speciale alla cinese" attorno al porto di Mariel, a 45 km dall’Avana. La Zes è stata inaugurata il 27 gennaio alla presenza di Dilma Rousseff.
Oltre al Brasile c'è la Cina, che costituisce il modello cui Raúl Castro si ispira. La Russia ha da poco chiesto a Cuba il permesso di aprire sull'isola delle basi militari. Anche il Messico, che ha a Cuba investimenti per 730 milioni di dollari, è in prima linea. Insomma, i partner di Cuba sono tutti paesi che in questo momento tendono a guardare più agli affari che all’ideologia.
“Se l’economia non cresce a livelli del 7% non riusciremo a svilupparci”, ha a sua volta spiegato il ministro del Commercio estero, Rodrigo Malmierca. Per far respirare le finanze statali, il settore pubblico ha già licenziato 600 mila persone in 4 anni, ma la drastica cura dimagrante dovrà continuare, e se non ci sarà un forte investimento capace di riassorbire questi disoccupati nel settore privato, un’esplosione sociale diventerebbe inevitabile.
Con il precedente sistema fiscale, il numero delle imprese straniere presenti nell’isola si è dimezzato negli ultimi 10 anni, passando da oltre 400 a poco più di 200. Malmierca ha sottolineato le garanzie a protezione delle proprietà acquisite e il libero trasferimento all’estero degli utili in divise forti.
Un punto ambiguo è la possibilità di investimento per gli esuli cubani, che con il successo ottenuto a Miami e in altri luoghi della diaspora potrebbero in teoria comprarsi l’isola senza la necessità di far cadere i fratelli Castro. Tecnicamente la nuova legge non impedisce loro di venire, così come non lo impediva la legge precedente. Malmierca, parlando con Prensa Latina, ha avvertito: “Cuba non andrà a cercare investimenti stranieri a Miami. La legge non lo proibisce, la politica non lo promuove”. Un investitore ci sarebbe già: è il magnate dello zucchero Alfonso Fanjul. Il 76enne, che scappò in Florida dopo la Rivoluzione, ha fatto sapere che se gli permettessero di tornare a investire nell’isola materna, non ci penserebbe due volte.
Infine, l'Europa: il 29 e 30 aprile si tiene all’Avana il primo round di negoziati tra Ue e Cuba, con l’obiettivo di stabilire un’agenda per quelli successivi, alla presenza del viceministro cubano degli Esteri, Abelardo Moreno e del direttore per le Americhe del Servizio europeo di azione esterna, Christian Leffler. Il 10 febbraio il Consiglio dei ministri degli Esteri dell’Ue ha dato mandato per negoziare un accordo bilaterale; l’idea è di continuare con tavoli negoziali bimestrali.
Questa evoluzione supera la “posizione comune” restrittiva adottata nel 1996, ma l’Ue insiste sull'obiettivo di ottenere un maggior rispetto dei diritti umani, da accompagnare sempre alle riforme economiche
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Re: Nuova legge sugli investimenti esteri
http://www.oncubamagazine.com/economia-negocios/cambios-politicos-no-es-un-concepto-equivalente-a-cambio-de-gobierno/
Cambios políticos no es un concepto equivalente a cambio de gobierno
Esta vez Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Denver, reconocido analista político y económico, responde a nuestras preguntas y aporta una reflexión crítica sobre el texto aprobado.
Las garantías certificadas en la Ley son, en el papel, suficientes para atraer la inversión hacia la Isla, preguntado sobre si serían suficiente atractivo y si suscitan la confianza necesaria en los posibles inversores López-Levy responde:
“Es muy temprano para decir. Las garantías de la nueva Ley de Inversión Extranjera son un paso significativo de avance con respecto a su antecesora de 1995 pero el reto no es solo dar garantías al capital sino competir con otros mercados por atraer proyectos de envergadura y a largo plazo. En ese sentido, la ventaja más importante con respecto a la anterior legislación no es el periodo de gracia fiscal, ni las nuevas exenciones por concepto de ingreso y uso de la fuerza laboral, o la reducción de 30 a 15 % del impuesto sobre la ganancia. Es la nueva actitud proclamada como política hacia la propiedad privada, el mercado y la inversión extranjera.
El debate sobre la ley evidenció un mayor entendimiento dentro del gobierno de la competencia existente a nivel mundial por atraer capitales y aumentar las tasas de reinversión de ganancias de los mismos. Hay que recordar que las aperturas de la ley de 1995 nunca fueron usadas a plenitud. El reto ahora está en implementar la ley, con una actitud competitiva y contraria al inmovilismo burocrático y la corrupción, alentando toda la inversión posible que sirva al interés nacional supremo de lograr tasas de crecimiento del 5-7% en el mediano plazo.
Un medidor del impacto de esa nueva actitud estaría en el progreso de las zonas económicas especiales pues allí la frescura de contar con su propia regulación, sin los cuellos de botella heredados de la economía de comando, permite institucionalmente acelerar las oportunidades de inversiones industriales con menor trámite burocrático. El otro estaría en la agricultura donde el gobierno ha proclamado la prioridad pública de una reanimación acelerada como cuestión urgente de sobrevivencia. ¿Cuán flexible será el gobierno con la inversión en esa rama, en la creación de empresas mixtas con el sector no estatal, en la contratación o permitiendo importar maquinaria, pies de cría, etc.?
La experiencia de otras economías en transición demuestra que un problema subestimado por políticos y analistas es la incertidumbre agregada. Aquí es importante mirar el punto inicial de aplicación de la ley con realismo. La incertidumbre asociada al riesgo-país es alta. A los errores, falta de transparencia y desviaciones de los estándares internacionales heredados del pasado de economía de comando, súmese la campaña de desinformación y el acoso del que Cuba y sus socios económicos son víctimas por parte de la primera potencia mundial, Estados Unidos.
Dentro de un año o dos quizás podamos evaluar cuánto de las declaraciones sobre la necesidad de inversión extranjera y más favorables a la competencia en la Asamblea Nacional se ha plasmado en un sector público más eficiente, mejor aplicación de las leyes, con promoción y protección de los nuevos sectores no estatales y sus derechos de propiedad. También podremos saber cuánto de las garantías e incentivos en la implementación de la ley debilitan el embargo estadounidense y alientan a los sectores económicos y gobiernos de otros países a socavarlo”
Se ha hecho más que evidente que la limitación para invertir en pequeños negocios y en el sector del trabajo por cuenta propia es una de las deficiencias notorias de la Ley. Muchos analistas señalan que las economías en desarrollo deben fomentar la micro inversión como herramienta para la creación de economía local y generar empleos. ¿Considera Usted que se debería expandir la inversión hacia este sector?
“La prevención de invertir en pequeños negocios privados y las críticas a la concentración de la propiedad contenidas en los lineamientos del congreso han dañado la marcha de la reforma económica no solo por los negocios que han impedido sino también por las señales que envía.
Es evidente que dada la discrecionalidad que la ley otorga a los consejos de estado y de ministros abrir el espacio de la misma a los pequeños negocios seria sobrecargar aún más ese cuello de botella. Ni el Consejo de Ministros, ni sus funcionarios pueden ocuparse de decidir negocios menores. Es necesario permitir la inversión extranjera en los pequeños negocios pero el gobierno cubano necesita crear la estructura legal, regulatoria y política para que de esas decisiones se ocupen provincias, municipios y organismos sectoriales. Los mayores promotores de ese tipo de negocios son los actores locales, y en esa área también es necesaria una descentralización ordenada, con claras delimitaciones de funciones y oportunidades para la competencia entre las autoridades locales de forma tal que se identifiquen las mejores prácticas no en función de reafirmación ideológica sino de resultados. Aquí es importante que el gobierno central deje a la competencia su papel y que los burócratas y las empresas ineficientes no sean rescatados.
Es desafortunado que mientras el gobierno toma acciones significativas de apertura vuelva a repetir errores como la discriminación para invertir contra los cubanos que viven en la isla. Tales proyecciones perjudican al ciudadano no solo en términos de sus derechos sino también al limitar el desarrollo nacional. Con rezagos como esos (la clausura de las tiendas privadas de ropa importada sin tener una industria textil nacional a proteger es otro ejemplo), se envía la desafortunada señal de que las autoridades no están convencidas aun de la inviabilidad de una economía de comando. El gobierno prioriza sus ingresos monopólicos a través de las tiendas recaudadoras de divisas sobre la creación de un ambiente de competencia económica e iniciativa empresarial.
La delimitación regulatoria entre pequeños y grandes negocios es útil para una estrategia anticorrupción, componente esencial de la reforma, a la hora de lidiar con contratos estatales, privatizaciones de compañías del gobierno, valoración de activos, y otras actividades con oportunidades de rentas. Un mal manejo de las grandes inversiones podría conducir a un ambiente como el de la Rusia de Yeltsin, donde los oligarcas paralizaron ulteriores reformas, y desacreditaron la legitimidad de necesarios procesos de des-colectivización. En Cuba no faltan funcionarios, a los que gustaría iniciar la economía de mercado, con ellos como capitalistas y el resto de la población, como proletarios. No se les debe dar esa oportunidad.
Sin embargo focalizar esfuerzos fiscalizadores y reguladores en las grandes inversiones no es equivalente a subestimar el papel de los negocios pequeños y medianos. Desafortunadamente, esa subestimación ha sido un rasgo reiterado no solo por la nueva legislación sino también por declaraciones de altos funcionarios como los ministros Rodrigo Malmierca y Bruno Rodríguez. Son expresiones de una vieja mentalidad a rectificar si el propósito es la transición a una economía mixta. Hay importantes sinergias entre el auge de los negocios pequeños y medianos y el ambiente general de la economía que los inversionistas grandes toman en cuenta a la hora de decidir dónde poner su capital”
Aunque la Ley admite implícitamente que no existirán limitaciones en relación con la nacionalidad de modo que cubanos residentes fuera de la Isla podrían invertir, debido a la discresionalidad de las autorizaciones aún hay reticencia en este punto. ¿Cree Usted que el Gobierno cubano permitirá fluidamente la inversión de cubanos en la Isla?
“En ese punto soy todavía escéptico. La ley y el debate en torno a la misma ilustró que la actitud hacia los emigrados es mucho más abierta que en 1995 pero la declaración del ministro Rodrigo Malmierca de que “la ley lo permite pero la política no lo promueve” sobre la posible inversión desde Miami es un jarro de agua fría. La frase parece destinada a consolar a los sectores más conservadores y rígidos de la nomenklatura al costo de enviar la peor señal a los sectores empresariales anti-embargo en EE.UU, particularmente en Miami, de que sus capitales no son tan bienvenidos como los demás. Discrepo con el ministro, la ley debería alentar la inversión de cubanos de cualquier parte del mundo, y la política debería promover esa participación cada segundo de cada día de la semana.
Cuba está compitiendo con otros mercados por la inversión de cualquiera que tenga un capital legítimamente adquirido. No hay razón desde un punto de vista nacionalista para que el gobierno cubano no actué de modo pro-activo ofreciendo garantías e incentivos a los cubanos residentes en el exterior más allá de las derivadas de la protección de la seguridad nacional del país. Habrá que ver en los próximos meses cuan pragmática y diferente a las rigideces pasadas es la implementación de la ley con respecto a inversionistas cubanos residentes en países no limitados por las leyes del bloqueo. Una repatriación expedita por ejemplo permitiría la inversión como cubanos en pequeños y medianos negocios. Las zonas económicas especiales pueden permitir a cubanos que residan en otros países invertir su capital como extranjero, dentro de corporaciones registradas en otros países, si así lo prefieren”
Esta Ley es parte de los procesos de transformación y reforma que vive la Cuba de hoy. Los cambios en la manera de funcionar el Estado son evidentes, aunque persisten limitaciones para la iniciativa ciudadana y el pleno funcionamiento de la sociedad civil. ¿Considera usted que los cambios económicos traerán cambios políticos?
“Ya los ha traído. Nótese el ambiente de discusión sobre las políticas públicas y sus efectos en la sociedad en términos de acceso a internet, viajes, impactos en raza y región. Los cambios económicos afectan las dinámicas de relación entre el estado y la sociedad civil, y entre Cuba y su entorno exterior. También potencian el desarrollo de nuevos roles e identidades al interior de la sociedad cubana y en su relación con otras sociedades como los de empresarios, contratistas, sub-contratistas, representantes, y administradores. Ahora, cambios políticos no es un concepto equivalente a cambio de gobierno. Las elites del PCC y las FAR han iniciado este proceso de adaptación estratégica a las nuevas condiciones históricas, no para suicidarse políticamente sino para mantener el poder. Ni una economía mixta ni una mayor apertura al capital nacional e internacional implican regalo alguno a los sectores opositores. Como es de esperar, el gobierno planifica las reformas minimizando sus incertidumbres y vulnerabilidades, aun cuando algunas son inevitables. Los cambios económicos reducen los controles del gobierno sobre la sociedad civil y ofrecen oportunidades para un mayor pluralismo pero eso no significa viabilidad para la estrategia plattista de cambio de régimen impuesto desde fuera y financiados según la ley Helms-Burton. De hecho, los mayores adversarios de la reforma son los partidarios del embargo, saben que de triunfar la misma, sería su derrota definitiva”
Los posibles inversores norteamericanos están impedidos de participar de la apertura económica de Cuba debido a las leyes que sustentan el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba. Hay cierto optimismo en que esta Ley, unida a los cambios económicos en Cuba podría precipitar cambios en esa política absurda. Únase a que el embargo no sólo limita a empresarios norteamericanos; debido a la extraterritorialidad de la misma afecta también a inversionistas de terceros países. ¿Considera Usted que podría propiciar cambios en la política de EE.UU. hacia Cuba?
“Depende de la implementación de la ley. Una implementación cerrada dará munición a los que presentan en EE.UU una Cuba inmovilista, como una economía de comando, cerrada al estilo de Corea del Norte y anclada en la guerra fría. Una implementación pro-activa sería un acicate para las apetencias empresariales de amplios sectores de la comunidad cubano americana y de EE.UU. Con o sin partido único en Cuba, el lobby pro-embargo no tiene espalda para contener el buldócer de una comunidad de negocios estadounidense y cubano-americana motivada a tener una relación de comercio e inversión con Cuba. Como gustaba decir al presidente Calvin Coolidge, The bussiness of America is business”.
Cambios políticos no es un concepto equivalente a cambio de gobierno
Esta vez Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Denver, reconocido analista político y económico, responde a nuestras preguntas y aporta una reflexión crítica sobre el texto aprobado.
Las garantías certificadas en la Ley son, en el papel, suficientes para atraer la inversión hacia la Isla, preguntado sobre si serían suficiente atractivo y si suscitan la confianza necesaria en los posibles inversores López-Levy responde:
“Es muy temprano para decir. Las garantías de la nueva Ley de Inversión Extranjera son un paso significativo de avance con respecto a su antecesora de 1995 pero el reto no es solo dar garantías al capital sino competir con otros mercados por atraer proyectos de envergadura y a largo plazo. En ese sentido, la ventaja más importante con respecto a la anterior legislación no es el periodo de gracia fiscal, ni las nuevas exenciones por concepto de ingreso y uso de la fuerza laboral, o la reducción de 30 a 15 % del impuesto sobre la ganancia. Es la nueva actitud proclamada como política hacia la propiedad privada, el mercado y la inversión extranjera.
El debate sobre la ley evidenció un mayor entendimiento dentro del gobierno de la competencia existente a nivel mundial por atraer capitales y aumentar las tasas de reinversión de ganancias de los mismos. Hay que recordar que las aperturas de la ley de 1995 nunca fueron usadas a plenitud. El reto ahora está en implementar la ley, con una actitud competitiva y contraria al inmovilismo burocrático y la corrupción, alentando toda la inversión posible que sirva al interés nacional supremo de lograr tasas de crecimiento del 5-7% en el mediano plazo.
Un medidor del impacto de esa nueva actitud estaría en el progreso de las zonas económicas especiales pues allí la frescura de contar con su propia regulación, sin los cuellos de botella heredados de la economía de comando, permite institucionalmente acelerar las oportunidades de inversiones industriales con menor trámite burocrático. El otro estaría en la agricultura donde el gobierno ha proclamado la prioridad pública de una reanimación acelerada como cuestión urgente de sobrevivencia. ¿Cuán flexible será el gobierno con la inversión en esa rama, en la creación de empresas mixtas con el sector no estatal, en la contratación o permitiendo importar maquinaria, pies de cría, etc.?
La experiencia de otras economías en transición demuestra que un problema subestimado por políticos y analistas es la incertidumbre agregada. Aquí es importante mirar el punto inicial de aplicación de la ley con realismo. La incertidumbre asociada al riesgo-país es alta. A los errores, falta de transparencia y desviaciones de los estándares internacionales heredados del pasado de economía de comando, súmese la campaña de desinformación y el acoso del que Cuba y sus socios económicos son víctimas por parte de la primera potencia mundial, Estados Unidos.
Dentro de un año o dos quizás podamos evaluar cuánto de las declaraciones sobre la necesidad de inversión extranjera y más favorables a la competencia en la Asamblea Nacional se ha plasmado en un sector público más eficiente, mejor aplicación de las leyes, con promoción y protección de los nuevos sectores no estatales y sus derechos de propiedad. También podremos saber cuánto de las garantías e incentivos en la implementación de la ley debilitan el embargo estadounidense y alientan a los sectores económicos y gobiernos de otros países a socavarlo”
Se ha hecho más que evidente que la limitación para invertir en pequeños negocios y en el sector del trabajo por cuenta propia es una de las deficiencias notorias de la Ley. Muchos analistas señalan que las economías en desarrollo deben fomentar la micro inversión como herramienta para la creación de economía local y generar empleos. ¿Considera Usted que se debería expandir la inversión hacia este sector?
“La prevención de invertir en pequeños negocios privados y las críticas a la concentración de la propiedad contenidas en los lineamientos del congreso han dañado la marcha de la reforma económica no solo por los negocios que han impedido sino también por las señales que envía.
Es evidente que dada la discrecionalidad que la ley otorga a los consejos de estado y de ministros abrir el espacio de la misma a los pequeños negocios seria sobrecargar aún más ese cuello de botella. Ni el Consejo de Ministros, ni sus funcionarios pueden ocuparse de decidir negocios menores. Es necesario permitir la inversión extranjera en los pequeños negocios pero el gobierno cubano necesita crear la estructura legal, regulatoria y política para que de esas decisiones se ocupen provincias, municipios y organismos sectoriales. Los mayores promotores de ese tipo de negocios son los actores locales, y en esa área también es necesaria una descentralización ordenada, con claras delimitaciones de funciones y oportunidades para la competencia entre las autoridades locales de forma tal que se identifiquen las mejores prácticas no en función de reafirmación ideológica sino de resultados. Aquí es importante que el gobierno central deje a la competencia su papel y que los burócratas y las empresas ineficientes no sean rescatados.
Es desafortunado que mientras el gobierno toma acciones significativas de apertura vuelva a repetir errores como la discriminación para invertir contra los cubanos que viven en la isla. Tales proyecciones perjudican al ciudadano no solo en términos de sus derechos sino también al limitar el desarrollo nacional. Con rezagos como esos (la clausura de las tiendas privadas de ropa importada sin tener una industria textil nacional a proteger es otro ejemplo), se envía la desafortunada señal de que las autoridades no están convencidas aun de la inviabilidad de una economía de comando. El gobierno prioriza sus ingresos monopólicos a través de las tiendas recaudadoras de divisas sobre la creación de un ambiente de competencia económica e iniciativa empresarial.
La delimitación regulatoria entre pequeños y grandes negocios es útil para una estrategia anticorrupción, componente esencial de la reforma, a la hora de lidiar con contratos estatales, privatizaciones de compañías del gobierno, valoración de activos, y otras actividades con oportunidades de rentas. Un mal manejo de las grandes inversiones podría conducir a un ambiente como el de la Rusia de Yeltsin, donde los oligarcas paralizaron ulteriores reformas, y desacreditaron la legitimidad de necesarios procesos de des-colectivización. En Cuba no faltan funcionarios, a los que gustaría iniciar la economía de mercado, con ellos como capitalistas y el resto de la población, como proletarios. No se les debe dar esa oportunidad.
Sin embargo focalizar esfuerzos fiscalizadores y reguladores en las grandes inversiones no es equivalente a subestimar el papel de los negocios pequeños y medianos. Desafortunadamente, esa subestimación ha sido un rasgo reiterado no solo por la nueva legislación sino también por declaraciones de altos funcionarios como los ministros Rodrigo Malmierca y Bruno Rodríguez. Son expresiones de una vieja mentalidad a rectificar si el propósito es la transición a una economía mixta. Hay importantes sinergias entre el auge de los negocios pequeños y medianos y el ambiente general de la economía que los inversionistas grandes toman en cuenta a la hora de decidir dónde poner su capital”
Aunque la Ley admite implícitamente que no existirán limitaciones en relación con la nacionalidad de modo que cubanos residentes fuera de la Isla podrían invertir, debido a la discresionalidad de las autorizaciones aún hay reticencia en este punto. ¿Cree Usted que el Gobierno cubano permitirá fluidamente la inversión de cubanos en la Isla?
“En ese punto soy todavía escéptico. La ley y el debate en torno a la misma ilustró que la actitud hacia los emigrados es mucho más abierta que en 1995 pero la declaración del ministro Rodrigo Malmierca de que “la ley lo permite pero la política no lo promueve” sobre la posible inversión desde Miami es un jarro de agua fría. La frase parece destinada a consolar a los sectores más conservadores y rígidos de la nomenklatura al costo de enviar la peor señal a los sectores empresariales anti-embargo en EE.UU, particularmente en Miami, de que sus capitales no son tan bienvenidos como los demás. Discrepo con el ministro, la ley debería alentar la inversión de cubanos de cualquier parte del mundo, y la política debería promover esa participación cada segundo de cada día de la semana.
Cuba está compitiendo con otros mercados por la inversión de cualquiera que tenga un capital legítimamente adquirido. No hay razón desde un punto de vista nacionalista para que el gobierno cubano no actué de modo pro-activo ofreciendo garantías e incentivos a los cubanos residentes en el exterior más allá de las derivadas de la protección de la seguridad nacional del país. Habrá que ver en los próximos meses cuan pragmática y diferente a las rigideces pasadas es la implementación de la ley con respecto a inversionistas cubanos residentes en países no limitados por las leyes del bloqueo. Una repatriación expedita por ejemplo permitiría la inversión como cubanos en pequeños y medianos negocios. Las zonas económicas especiales pueden permitir a cubanos que residan en otros países invertir su capital como extranjero, dentro de corporaciones registradas en otros países, si así lo prefieren”
Esta Ley es parte de los procesos de transformación y reforma que vive la Cuba de hoy. Los cambios en la manera de funcionar el Estado son evidentes, aunque persisten limitaciones para la iniciativa ciudadana y el pleno funcionamiento de la sociedad civil. ¿Considera usted que los cambios económicos traerán cambios políticos?
“Ya los ha traído. Nótese el ambiente de discusión sobre las políticas públicas y sus efectos en la sociedad en términos de acceso a internet, viajes, impactos en raza y región. Los cambios económicos afectan las dinámicas de relación entre el estado y la sociedad civil, y entre Cuba y su entorno exterior. También potencian el desarrollo de nuevos roles e identidades al interior de la sociedad cubana y en su relación con otras sociedades como los de empresarios, contratistas, sub-contratistas, representantes, y administradores. Ahora, cambios políticos no es un concepto equivalente a cambio de gobierno. Las elites del PCC y las FAR han iniciado este proceso de adaptación estratégica a las nuevas condiciones históricas, no para suicidarse políticamente sino para mantener el poder. Ni una economía mixta ni una mayor apertura al capital nacional e internacional implican regalo alguno a los sectores opositores. Como es de esperar, el gobierno planifica las reformas minimizando sus incertidumbres y vulnerabilidades, aun cuando algunas son inevitables. Los cambios económicos reducen los controles del gobierno sobre la sociedad civil y ofrecen oportunidades para un mayor pluralismo pero eso no significa viabilidad para la estrategia plattista de cambio de régimen impuesto desde fuera y financiados según la ley Helms-Burton. De hecho, los mayores adversarios de la reforma son los partidarios del embargo, saben que de triunfar la misma, sería su derrota definitiva”
Los posibles inversores norteamericanos están impedidos de participar de la apertura económica de Cuba debido a las leyes que sustentan el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba. Hay cierto optimismo en que esta Ley, unida a los cambios económicos en Cuba podría precipitar cambios en esa política absurda. Únase a que el embargo no sólo limita a empresarios norteamericanos; debido a la extraterritorialidad de la misma afecta también a inversionistas de terceros países. ¿Considera Usted que podría propiciar cambios en la política de EE.UU. hacia Cuba?
“Depende de la implementación de la ley. Una implementación cerrada dará munición a los que presentan en EE.UU una Cuba inmovilista, como una economía de comando, cerrada al estilo de Corea del Norte y anclada en la guerra fría. Una implementación pro-activa sería un acicate para las apetencias empresariales de amplios sectores de la comunidad cubano americana y de EE.UU. Con o sin partido único en Cuba, el lobby pro-embargo no tiene espalda para contener el buldócer de una comunidad de negocios estadounidense y cubano-americana motivada a tener una relación de comercio e inversión con Cuba. Como gustaba decir al presidente Calvin Coolidge, The bussiness of America is business”.
mosquito- Admin
- Messaggi : 16420
Data d'iscrizione : 25.04.12
Località : Bollo.gna
Carattere : el VIEJO puttaniere
Argomenti simili
» Investimenti esteri nel turismo a partire da marzo?
» boom del mercato immobiliare cubano dopo la nuova legge sulla compravendita
» Ministro degli esteri de Alemania(Steinmeier) de visita en kuba
» Divorzio cubano dalla legge e la pratica
» In visita il ministro degli esteri olandese,chiede l'"attualizzazione" dei rapporti kuba-UE
» boom del mercato immobiliare cubano dopo la nuova legge sulla compravendita
» Ministro degli esteri de Alemania(Steinmeier) de visita en kuba
» Divorzio cubano dalla legge e la pratica
» In visita il ministro degli esteri olandese,chiede l'"attualizzazione" dei rapporti kuba-UE
Pagina 1 di 1
Permessi in questa sezione del forum:
Non puoi rispondere agli argomenti in questo forum.
Mer 18 Apr 2018 - 0:14 Da mosquito
» Camila CABELLO : "MADE EN MIAMI " documental sobre la EXITOSA CANTANTE CUBANA
Mer 28 Feb 2018 - 2:52 Da mosquito
» Giu' nuestro mariconcito.. .volvio'
Mer 28 Feb 2018 - 2:17 Da mosquito
» Se suicida FIDELITO -( Fidel Castro Diaz Balart)
Sab 3 Feb 2018 - 1:04 Da mosquito
» FELIZ NAVIDAD Y ANO NUEVO !
Dom 31 Dic 2017 - 18:37 Da giumiro
» Gravi incidenti con gravi ustionati per i fuochi artificiali alle Parrandas de Remedios
Sab 30 Dic 2017 - 16:06 Da giumiro
» Squalo killer morde mortalmente un giovane holguinero che faceva il bagno di notte presso playa Guardalavaca
Mar 7 Nov 2017 - 3:27 Da mosquito
» Ataques acusticos
Lun 23 Ott 2017 - 1:01 Da mosquito
» Ladas Vesta en Kuba
Ven 13 Ott 2017 - 22:04 Da mosquito