Madre cubana espera sentencia del hombre que la mutiló a machetazos

Lo intenta pero no puede, mas lo vuelve a intentar, hasta que finalmente logra ponerle los zapatos a su pequeño hijo Danger Emmanuel, de un año y medio de edad.



Dayna Tamayo Romero, de 23 años, fue mutilada con un machete por Vicent Manuel Magara Pérez, de 21 y padre de su único hijo. El suceso ocurrió el pasado 25 de junio y conmocionó a los residentes de la violenta barriada del El Moro en el municipio de Arroyo Naranjo.

El caso es sintomático de la creciente ola de violencia doméstica y trifulcas callejeras que se expande actualmente en la sociedad cubana.

Magara, quien ya hacía más de cinco meses no tenía relaciones matrimoniales con Dayna, había sido advertido por las autoridades por las amenazas proferidas contra la joven, ex trabajadora social. Por entonces ella terminaba un curso como Criminalista del Ministerio del Interior (MININT).

Una agresión salvaje

El suceso ocurrió una noche cuando Vicent irrumpió en la vivienda de Dayna mientras ella conversaba con un joven. El atacante se abalanzó sobre su ex esposa, propinándole un machetazo en la parte lateral del cráneo que le provocó una herida profunda.

Pero el salvaje ataque no paró ahí. Con el machete le arrancó los dedos de la mano izquierda y le desmembró el brazo. Otros machetazos le dañaron el brazo derecho.

Los médicos tuvieron que reconstruirle la mano, que le quedó totalmente desmembrada. A la vez, un tajazo bajo el hombro izquierdo le provocó mucho derramamiento de sangre, poniendo en peligro su vida.

“Había mucha sangre por todos lados, pero yo solo atine a defenderme con mis manos”, recordó Dayna visiblemente emocionada.

Pero lo más difícil de entender todavía es la indiferencia con que actuaron las autoridades policiales ante su denuncia previa sobre las amenazas de su ex pareja.

Sola y desamparada

"Yo le realicé una acusación por amenaza en la Unidad Policial de El Capri unos días antes de que él me atacara, no entendí nunca por qué fue puesto en libertad horas después... Si los policías se equivocaron, por qué no han respondido por su error ante las autoridades judiciales", relató la mujer.

Dayna confiesa sentirse sola y desamparada por su familia y por las autoridades gubernamentales. Su padre, que nunca estuvo presente en su vida, apareció momentáneamente tras el incidente, pero no lo ha visto más. La madre, que vive con ella, no se cansa de recordarle lo sucedido.

"Mi madre no me está ayudando a superar esta crisis”, comentó decepcionada.

Mientras, las autoridades gubernamentales no le ofrecen ningún tipo de ayuda. La respuesta de sus ex colegas del MININT no ha sido la mejor.

"En el MININT donde yo había terminado el curso de Criminalística me dijeron que ese no era lugar para impedidos físicos y en las oficinas de Trabajadores Sociales me dijeron que esperara en mi casa, que cuando hubiera algo me avisaban... sentí que esas personas salían de mí como si yo fuera alguna cosa apestosa", contó Dayana.

A la espera de indemnización

Nunca más la han llamado, ni siquiera para saber de su destino.

Magara, el atacante, fue llevado a juicio ante el Tribunal Provincial de la Habana el pasado 9 de febrero. La petición fiscal fue de 30 años de privación de libertad, pero aún no se ha dictado sentencia en el caso.

El acusado se encuentra confinado en la prisión de Valle Grande, en La Habana.

A estas alturas, Dayna no ha podido obtener la prótesis (férula). Cada vez que ha acudido a la empresa Cuba Rada, donde las realizan, sus gestiones han resultado infructuosas.

Sólo aguarda por la sentencia con la única esperanza de ser indemnizada y poder obtener una ayuda que le permita mantener a su hijo. Pero las últimas semanas la han sumido en una fuerte depresión.

"El asunto es quién me devuelve todo lo que he perdido, si no fuera por mi pequeño hijo no se que hubiera hecho con mi existencia", confesó la joven.

Tal vez esta dramática historia no haya contado aún su final definitivo.