Sex in the city: ¿libertad o libertinaje apadrinado?

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Sex in the city. Homoerotismo en el arte cubano actual, exposición instalada desde el 18 de enero en la habanera Galería La Acacia, es una propuesta dura y sin prevenciones que está dando mucho de qué hablar.

Intenta ser una mirada atrevida y sin prejuicios al erotismo lésbico, gay, bisexual y transgénero. En ella participan más de 25 artistas de varias generaciones, mediante una muestra organizada por el joven curador Piter Ortega, un crítico polémico que dice no soportar la indiferencia.

La convocatoria de la muestra caminó mucho sobre las líneas de la red. También sorprende que algún diario y canal televisivo de alcance nacional la amplificara. Aunque no podemos pasar por alto que la exposición cuenta con buenos patrocinadores, como La Embajada del Reino de Noruega, la famosa paladar La Guarida, Génesis, Ceiba y Piter Ortega Proyectos Curatoriales.

El homoerotismo es un tema que ya había sido trabajado en la pintura cubana por maestros de la vanguardia de la primera mitad del siglo XX, como Servando Cabrera Moreno ( 1923-1981), y Raúl Martínez ( 1927-1995), ambos marcados por las heridas del totalitarismo verde olivo, debido a su condición de homosexuales.

En esta ocasión participan en la muestra desde el Premio Nacional de Artes Plástica, Roberto Fabelo, hasta una mujer de alta peligrosidad para el arte cubano como Roció García, no siempre anclada en el fetichismo masculino, pasando por las pinturas de Gustavo Cesar Echevarría (Cutty), siempre vistas como un atentado público a la noción del pudor privado, aunque a muchos no molesten las féminas de Cuty, consideradas unas gozadoras de la vida que siempre son sorprendidas en el ejercicio del aseo y el deseo. También se exponen, entre otros, los collages fotográficos de Eduardo Hernández, o la honestidad confesional de Rene Peña en cuanto a la estética corporal del hombre negro.

La muestra es como una bomba que ha provocado muchísimas tensiones, polémica para unos, grotesca para otros. Unas obras fueron bienvenidas y otras no, por parte de un público diverso que superó la expectativa de los organizadores. Más de mil personas asistieron a la inauguración, record que no se había registrado antes, pues el público de galería es minoritario.

Nilo Julián González Preval, quien fuera fundador del Primer Salón de Arte Erótico de Cuba y del Primer Salón de Arte Erótico de Centro América y el Caribe, en el año 1994, comenta: “Creo que esta exposición tiene una tremendísima falta de imaginación a la hora de usar el cuerpo humano, creo que hay un culto a la falocracia, hay una excesiva muestra del pene sin ningún sentido. Técnicamente la exposición está muy bien montada, mucho sponsor y algunas fotos que aparentan ser muy arriesgadas, como la obra Escudo, de Jorge Otero”.

Sobre uno de los más controvertidos enfoques de la exposición, González Preval añade: “Todo el mundo conoce el elevado exponente bisexual y homosexual que hay en las Fuerzas Armadas cubanas, las tropas fueron sometidas a una violenta purga homofóbica, purgas sexuales de todo tipo. Recuerdo que no se podía ir a Angola si eras gay, y en las fuerzas armadas hay larguísimas historias de suicidios, historias tristes sobre la prisión militar de Ganuza. Ahora estamos en un momento en el cual hay una ansiedad por ver imágenes homoeróticas, pues durante 50 años han censurado la imagen social de Cuba, y ya no pueden tener ese control. El Estado se abroga el derecho de defender a los homosexuales en la persona de Mariela Castro, pero en Cuba no va a haber libertad en todos los órdenes mientras no haya espacio de comunicación social y las diversas ideas circulen por todo el país, mientras no haya una campaña efectiva contra el machismo, el racismo, la violencia contra la mujer y una campaña efectiva a favor de la libertad humana”.

“En esta mirada desde el arte la representación de las lesbianas es pobre y en la misma apenas hay negros, el ‘pájaro’ (gay) cubano es machista y también racista. El racismo cubano se extiende a todas las facetas de la sociedad cubana, y eso no puede dejar de ser un punto de estudio”, resume Nilo Julián González Preval.

Dos horas antes de la inauguración de Sex in the city, se había inaugurado, en el Hostal Conde de Villanueva, de la Habana Vieja, la exposición de poesía visual Arrastrando hojas en la oscuridad, del polémico escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez, quien, en presencia del embajador de España, denunció a la gerencia del lugar por censurar la exhibición de 14 cuadros que contenían desnudos, lo cual no permitió que la muestra estuviera completa.

Según el investigador social Pablo Morales Marchant: “Durante 54 años hubo muchísima represión, y lo que estamos viviendo me recuerda el último suspiro del franquismo en España. Creo que una propuesta como esta es una manera de romper con toda la mojigatería y aceptar de una vez la diversidad sexual. Ahora, el arte debe justificarse en sus principios artísticos, no puede ser deliberadamente transgresor y herir sensibilidades ajenas, pensamientos y conductas, porque si es verdad que la homosexualidad es un tema tabú, tiene que ir siendo aceptado gradualmente, en la mentalidad de la gente no puede ser impuesto a la fuerza, no puede ser impuesto violentamente”.

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